El pasado 5 de julio, informamos acerca del intento de la Jueza Forns de excusarse de intervenir en el expediente donde tramita la ciudadanía de Catherine Fulop, en razón de las desafortunadas declaraciones de tinte antisemita de la actriz venezolana, por las cuales debió pedir disculpas oportunamente.
Lo hicimos, porque la noticia había sido presentada como si se le hubiera negado la nacionalización, cuando, en realidad, lo que ocurría era que esa jueza en particular no deseaba continuar al frente de dicho expediente.
La Cámara le negó la excusación a la magistrada, quien hoy mismo sigue a cargo del expediente.
La novedad es que, ahora, la Jueza Forns, la misma que frenó los vuelos nocturnos de las “low cost” en El Palomar, participó de un curioso intercambio con la secretaria de su Juzgado, que quedó plasmado por escrito en el expediente.
En efecto, el pasado 25 de octubre, la Secretaria del Juzgado, Viviana Inés Geroldi, se dirigió por escrito a la magistrada en el expediente de Fulop: “Cumplo en informar a SS respecto del estado del expediente que, de forma involuntaria se ha volcado una taza con té, lo que provocó las manchas en fs. 16/23, fs. 27, fs. 36/41, fs. 44.” .
Con gran celeridad, la Dra. Forns, contestó, también en el expediente: “A lo informado por la Actuaria, hácese saber que deberá tomar los recaudos para evitar situaciones como la descripta.”
Luego, ordenó oficios a la Justicia Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, para requerir información sobre el estado de dos causas abiertas contra la actriz venezolana, durante el corriente año, con motivo de los dichos que motivaran el intento de excusación de la magistrada.
Las residencias y nacionalidades deberían darlas la DNM como sucede en muchos países del mundo, o en su defecto la nacionalidad y/o naturalización de un extranjero debe ser otorgada por el presidente de la república. En Argentina aún tenemos la anticuada ley que dice que un juez decide otorgar o no la nacionalidad.
Hay juezas que necesitan obtener algun tipo de notoriedad, algo de fama, ser mas nombradas y ser mas apreciadas , tal vez. Referente a la actriz haya dicho lo que haya dicho, ella es libre de tener una opinion. No estamos aun en una sociedad comunista donde hay que coserse la boca porque hay que estar politicamente correcto. Si a ella se le antojo hablar mal de los mahometanos, de los judios, o de los polacos, ahi ella. Y como diria hoy el que sera nuestro futuro presidente: " si hable mal fue solo un comentario" Lo de esta hermosa mujer, ha sido igual: ha sido solo un comentario. No es posible estigmatizar a una persona por sus opiniones. Sean las que sean. Todavia tenemos un pais donde se practica la libertad de opinion.
Hay algo que se pasa por alto con total liviandad y es realmente monstruoso, morboso, terrible, patético y definitivo para cualquier toldería que tenga pretensiones de sociedad. Si hablamos de alguien al que se ha acusado de una falta grave, cualquier noción de responsabilidad obliga a buscar argumentos de calidad acordes con la gravedad de la acusación. Es evidente que cualquier cosa se puede hacer, pero no es serio ni ético ni moral ni denota autoridad moral o intelectual alguna el hecho de contemplar cómo alguien es acusado de racista o anti algo apenas por el “tinte” de un comentario. Una acusación fuerte requiere un argumento más fuerte que un “tinte”. Y en el caso de Fulop no existe ese argumento. Es más, cualquier interpretación que se haga de esa acusación deja a los acusadores en muy mala posición y no solamente desde el punto de vista de la interpretación de textos. A Fulop como mucho se la puede acusar de no ser una hábil declarante, pero lo que quiso expresar se entiende perfectamente. La manipulación que hacen los tiranos sobre sus seguidores para ponerlos en contra de su propia gente o incluso de sus familias, está documentada en toda la historia y en los mitos prehistóricos también. No es cuestión de razas ni de pueblos, aunque Fulop elige demostrar con el caso más extremo que recuerda. No es lo más hábil eso de demostrar con el caso más extremo, pero eso mismo indica que para Fulop eso no es la regla sino una excepción horrorosa, de modo que lejos está de poder demostrar algún prejuicio antisemita. Lo que nadie quiere escuchar es que Fulop está diciendo que todo su pueblo está sometido a una tiranía y que una parte de ese pueblo ha sido reclutado para destruir a la otra parte, y que esa parte ha aceptado ese rol por una cuestión de supervivencia pero también de autoritarismo. No la veo a Fulop citando el experimento Milgram, pero exactamente de eso habla; y no creo que sea motivo para descalificarla o acusarla de nada sino todo lo contrario. Lo preocupante es que tanto en el discurso público monopolizado por los medios, como en el judicial, parece que ya no queda gente capaz de hacer una lectura responsable de una situación. La jueza también la va a acusar de “tinte” por haber elegido el caso reciente más resonante de tiranía y genocidio y no otros más antiguos? ¿Debemos suponer que hay razas que por genética no tienen individuos capaces de ceder en situaciones como las del experimento Milgram o el de la cárcel de Stanford?