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¿Liberalismo o populismo? Dos modelos, una sola salida

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Una discusión interminable
Una discusión interminable

¿Acaso existen en el mundo actual más que dos modelos de gestión como lo son el liberalismo financiero y el populismo distributivo? Me animaría a decir rotundamente que no, salvo excepciones de algunas naciones que realizan un experimento de ambos utilizando como práctica, según el caso, un pragmatismo extremo ausente de cualquier ideología. Si esto es así lo más lógico sería la búsqueda de lo mejor que sostienen ambos modelos y aplicarlo a la economía de nuestro país para salir del laberinto en el que se encuentra nuestra economía; este experimento sería posible si no fuera que intereses locales y extranjeros no tuvieran otros planes para el futuro de nuestra economía.

 

La situación limite en la que se encuentra la Argentina que heredó Alberto Fernández exige la búsqueda de un constante equilibrio entre quienes encarnan los intereses de estos dos modelos, esto es: consensuar la toma de decisiones para bucear juntos y ver en el fondo de este océano de incertidumbres como funcionan esos países que aplican para casos similares un pragmatismo extremo y en consecuencia, medir por los resultados.

En nuestro país acaba de asumir un nuevo gobierno y con él surge una nueva esperanza que en la medida de las posibilidades reales y a pesar de la situación en la que se encuentra la economía argentina, el gobierno intenta provocar un shock de confianza en la población que espera con gran expectativa que se produzcan cambios drásticos en la política nacional y que impulse a la economía de nuestro país a soluciones más o menos rápidas; sin embargo y a pesar de lo imperioso de proponer cualquier “paliativo” para la emergencia, el nuevo gobierno sabe que corre contra reloj y cada minuto en que transcurra el acontecer económico de Argentina se acerca a un callejón con dos salidas: una es atar su suerte al FMI como lo hizo el gobierno de Macri y el otro es socializar los esfuerzos para evitar que nos alcance la espada de Damocles del FMI que persigue inflexiblemente al gobierno argentino para que cumpla con los pagos tal cual fueron pautados con el gobierno anterior.

El presidente Fernández y todo su equipo económico saben de las dificultades que todavía deben enfrentar más allá de haber tejido rápidamente una red de contención y de acuerdos con cada uno de los sectores que conforman la estructura de poder en Argentina: empresarios, sindicalistas, movimientos sociales, partidos políticos y aun con los organismos internacionales de crédito que estarían de acuerdo en avanzar sobre dos ejes fundamentales para destrabar la compleja trama de dificultades en la que habría dejado al país el gobierno anterior: por un lado atender a la emergencia social con toda la complejidad que esto implica, es ni más ni menos que obtener respuestas urgentes para frenar la extrema pobreza, atender la emergencia alimentaria y sanitaria e incentivar las escasas ofertas laborales que permitan que la inmensa masa de desocupados encuentren una salida laboral y comiencen a mover la rueda “virtuosa” de la economía. En segundo lugar, la estrategia del gobierno es ganar tiempo dando señales claras de que no desea entrar en default, en todo caso lo que la Argentina quiere es reconfigurar las fechas de pagos, sobre todo en lo que hace a los vencimientos inminentes que de retrasar el calendario de pagos le permitiría alejarse de la zona de peligro apremiante antes que se caiga el acuerdo político social que hoy contiene el conflicto social en Argentina.

Lo cierto es que ni el liberalismo económico ni el populismo distributivo han podido dar respuestas duraderas a las demandas de los pueblos; el liberalismo expresado en el modelo Chileno (por tomar un caso emblemático) colapsó luego de haber dejado un tendal de pobres en el camino con el agravante de que en ese país los servicios básicos esenciales para la población (educación, salud y trabajo) son privados e inalcanzable para los trabajadores y sus familias. En el mismo orden y con el mismo rigor, hay que decir que los modelos populistas representados por gobiernos como el de Bolivia (por tomar un caso) no alcanzan a completar un círculo virtuoso de desarrollo por la falta de inversiones que le impiden pasar a una fase superior de capitalismo productivo.

La situación en el mundo es por demás preocupante. Los únicos que han podido perforar esta ecuación perversa de las democracias imperfectas son precisamente aquellas naciones que utilizan la democracia como mecanismo de legitimación de sus actos de gobierno hacia adentro de sus naciones (EEUU. Rusia y China) pero hacia afuera ejercen presión constante con un desarrollo militar cada vez más acentuado y riesgoso para la paz mundial.

 

4 comentarios Dejá tu comentario

  1. Realmente comparar la economía chilena con el desastre argentino de los últimos años es un disparate en todo sentido. Decir que el sistema chileno dejó un "tendal de pobres" es de una ignorancia mayúscula. Es el país de Sudamérica con mayor cantidad de clase media, el desbarajuste, hoy controlado, no vino tanto por el lado de las carencias, sino por lo injusto de algunas asimetrías en el esfuerzo. Decir que el trabajo es "un servicio" al que el pueblo chileno no accede entre otros servicios como educación y salud, otro disparate, es ponderar como virtud que educación y salud en Argentina sean "gratis" aún a argentinos que se la pueden pagar con holgura. Habla de shocks de confianza de AF, cuando no está haciendo otra cosa que joder a los jubilados, suspender por decreto mediante la doble indemnización que mas empleadores tomen empleados, saquear al campo con la pretensión de apoderarse de mas del 50% de la cosecha (liquidan con el dolar a 59, le sacan el 30 y luego ir a comprar el blue a 77), imponer impuesto del 30 al dolar, terrorífico!! Lo mas cómico es cuando dicen "queremos pagar, pero así no podemos", anda a decirle lo mismo a tus acreedores jajajaj, la patada que te dan en el tujes te saca las ganas. Gastan mas de la que generan reventándonos a impuestos, salen a manguear y después no pueden pagar. Alguien en su sano juicio cree que si nos sacaran el 80% de lo que producimos todos los argentinos, les alcanzaría?. Nunca les va a a alcanzar por una sencilla razón, son ladrones que viven de nosotros, mas le das, mas gastan. El que escribió esto, no sé si en inocente u otro bolche de café que cree que las cosas se corrigen haciendo las mismas cagadas de siempre.

  2. Gabriel, sos un IGNORANTE, El relato Chileno no corre mas, quedo al descubierto. Chile esta sumergido en la pobreza. Esta demostrado, Chile esta entre los 10 país mas desigual del mundo. Si en el país vecino se mediría la pobreza según los parámetros de nuestro INDEC, tendría un indice cercano al 70% de pobres. Por favor abandona la compra de espejitos de colores que te vendió la MAFIA que nos goberno los últimos 4 años, ellos fueron el mejor ejemplo de como un gobierno LIBERAL destroza una Nación. Lo hicieron entre el 76 y 82 con los militares,lo hicieron durante el Gobierno de Menen y De la Ruina y con el MAFIA de cambiemos comandada por el saqueador y evasor numero uno, MACRI.

  3. La nota manifiesta una tremenda ignorancia desde el título. Ni el populismo ni el liberalismo financiero son modelos. En la Comunidad Europea, claramente afín con el liberalismo financiero, los gobiernos progresistas y muchas veces con el término socialista o socialdemócrata en su membrete, le llaman populismo a cualquier partido pequeño que haga campaña con las necesidades evidentes de la gente. El populismo sería un estilo de hacer política que anuncia a sus seguidores que está todo mal y hay que cambiar lo instalado y establecido. El líder populista se define por la característica de su discurso que lo define como un salvador providencial que no promete ni se compromete a nada. Es paradójico, pero la misma actitud ya ha sido asumida por el progresismo, que también se postula como la única opción y acusa a la oposición, tipo brexit o derechas como en Austria o Alemania, de ser populistas. En el mismo sentido los demócratas de EU descalifican a Trump tildándolo de populista. En los países hispanos ocurre algo diferente, pero no tanto. Lo que hace a un gobierno o a un partido populista no es la supuesta intención de ayudar a los pobres. Si bien una característica del populismo es que se apodera de la noción de pueblo a su conveniencia, la característica principal del populismo es siempre la misma, un gobierno que reclama total impunidad y discrecionalidad como si se hiciera cargo de un naufragio. Por eso, declarar tierra arrasada es primordial para el populismo, porque con eso buscan la discrecionalidad y la impunidad. Del liberalismo financiero no hay mucho que decir. Lo que es básico es que para ser un sistema de gobierno, o un modelo, no basta con algunas características como estas. Todo sistema de gobierno, y cualquier cosa que se defina como “modelo” también, requiere un sistema legal, un sistema judicial, un sistema fiscal y tributario, un sistema educativo, un sistema de salud, fuerzas de seguridad, manejo eficiente de recursos naturales y un espacio público ordenado. De modo que ningún sistema financiero no hace un “modelo” y un populismo tampoco, pero cualquier populismo puede destruir un sistema de gobierno y un modelo también

  4. Que nota pedorra, al autor lo trajeron del tunel del tiempo???????? Hiciste que la kukaracha Placidi se masturbara al leerla ............

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