¿Qué hacer con los beneficiarios de planes asistenciales? Es la gran duda de los últimos gobiernos en el país.
Siempre son planteados como un paliativo transitorio ya que la solución es crear más empleos de calidad. Pero la realidad de las últimas décadas muestra que el asistencialismo es una acción permanente del Estado. ¿Por qué cuesta tanto transformar los planes asistenciales en empleos de calidad?
Quien busca responder esa pregunta es consultora IDESA, que en su último informe compara el perfil educativo de los que hoy tienen empleos asalariados formales en empresas privadas con el de los que cobran planes asistenciales.
A ese respecto, según la encuesta de hogares del INDEC, tomando las personas mayores de 20 años de edad se observa que:
-El 60% de los beneficiarios de planes asistenciales no terminó la secundaria, mientras que entre los que tienen un empleo formal sólo el 25% no terminó la secundaria.
-Otro 36% de quienes cobran planes asistenciales terminó la secundaria, mientras que entre los que tienen empleo formal el 30% tiene sólo secundaria completa.
-Sólo un 4% de los beneficiarios de planes asistenciales tiene estudios superiores mientras que entre los que tienen un empleo formal esta proporción es del 45%.
“Estos datos muestran que el perfil educativo de los beneficiarios de planes asistenciales no se condice con los requerimientos educativos de las empresas privadas que generan empleos formales. Las necesidades de las empresas superan holgadamente los bajos niveles educativos de las personas entrampadas en los planes asistenciales. Por eso, resulta ilusorio esperar que el crecimiento económico les dé a las personas que hoy viven del asistencialismo empleos de calidad”, puntualiza IDESA.
Para la misma consultora, la propuesta natural que surge ante esta evidencia es dar capacitación a los que viven de las ayudas asistenciales: “Ciertamente que la capacitación puede ayudar a obtener empleo, pero no reemplaza la educación formal. Por lo general, con capacitación lo más que se puede esperar es a ayudarles a conseguir empleos en la informalidad, como muchos de ellos ya lo están haciendo para complementar el ingreso asistencial. Según el INDEC, aproximadamente la mitad de los adultos que reciben ayudas asistenciales declaran estar trabajando de los cuales la totalidad lo hace en la informalidad, sea como asalariado no registrado en pequeños emprendimientos o como cuentapropista”.
Según IDESA, la solución es de largo plazo. Se trata de que los hijos de los que hoy viven del asistencialismo no repitan la historia de sus padres: “Para ello, hay que cambiar los paradigmas en el sistema educativo. En lugar de priorizar el interés de las corporaciones docentes, hay que priorizar el aprendizaje de los alumnos, especialmente los más pobres. Además de mejorar la calidad de la educación, hay que garantizar que los niños y jóvenes estén en la escuela”.