Existe actualmente un gran debate filosófico entorno al coronavirus y respecto a su impacto en la sociedad global.
Mientras que Slavoj Žižek, filósofo esloveno, dice que el coronavirus va a destruir al capitalismo y va a llevarnos hacia una nueva especie de comunismo, el filósofo surcoreano Byung Chul Han expresa que el comunismo no vendrá sólo, que hay que realizar la revolución para que el planeta no perezca, para que lo bello no muera, para que el desastre ecológico no destruya nuestra madre tierra, estas fueron ideas muy claramente expresadas por él en su hermoso texto "Loa a la tierra" texto de gran raigambre heideggeriana.
Recordemos qué Heidegger hacía un análisis sobre la sociedad capitalista consistente en la apropiación de la naturaleza por parte del hombre, es decir que el sujeto se apropia del objeto, es decir que el ser humano va a explotar a la naturaleza a su voluntad expoliándola y destruyéndola. Expresa Byung Chul Han: "Somos nosotros, personas dotadas de razón, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta".
Por su parte Žižek dice que se nos presenta la disputa entre barbarie global o comunismo reinventado. En su nuevo libro “Pan(dem)ic!, COVID-19 shakes the world”, expresa que “El dilema al que nos enfrentamos es: barbarie o alguna forma de comunismo reinventado”.
Ambos filósofos aciertan en sus pensamientos, la sociedad mundial no será la misma luego del coronavirus ya que vamos hacia un fortalecimiento del sistema de vigilancia global, aquel sistema denunciado y explicado por el Ex-espía de la NSA Edward Snowden y muy bien descripto por el filosofo Byung Chul Han en su libro "La sociedad de la transparencia".
El sistema de vigilancia global nació el 11 de Septiembre de 2001, con el ataque al World trade center y con el surgimiento del concepto de terrorismo global. Luego, con el auge de la sociedad digital, de Facebook y de todas las redes sociales, el sistema de vigilancia adquirió mayor forma y vigor.
Con las redes sociales, con las casillas de mails y con los potentes smartphones, el individuo universal es espiado por diferentes vías. Las cámaras de seguridad son cada vez más numerosas en todos los países de la esfera terrestre, sin embargo el delito no decrece, porque el objetivo de las cámaras de seguridad en las ciudades es la vigilancia del individuo. Además nos dirigimos a una vigilancia total del individuo con sistemas de detección facial y hasta quién sabe con sistemas de escucha de conversaciones privadas entre personas en lugares públicos. Las conversaciones privadas en smartphones ya están al alcance de los organismos de inteligencia de los países más poderosos del mundo principalmente Estados Unidos y China pero cada Estado occidental tiene su propio sistema de vigilancia qué responde a una red global de vigilancia. En 2020, con el surgimiento de la pandemia del coronavirus, con el temor instalado desde los medios de comunicación, con el uso de cuarentenas preventivas de parte de todos los gobiernos del mundo, con la instalación del uso cotidiano del barbijo, se profundiza el control sobre la sociedad, se fortalece el sistema de vigilancia global.
Las libertades individuales serán cada vez más restringidas, habrá una pérdida de Libertad del individuo, de poder viajar, circular, de hablar y de expresar sus ideas ante un estado que avanza y que aplasta con impuestos y con vigilancia. Surgirán estatismos de derecha, de izquierda, de centro no importa el color, tampoco importa bajo qué bandera o ideología pero el Estado avanza asfixia y aplasta a escala global.
Gracias al debate Žižek-Byung Chul Han la sociedad comienza a reflexionar en el contexto de la pandemia. Ambos dos son los grandes filósofos del siglo XXI junto a Zigmunt Bauman.
Žižek es el Cristiano Ronaldo de la filosofía del siglo XXI mientras que Byung Chul Han es Messi y Bauman el Ronaldinho. Estos filósofos son los grandes jugadores del pensamiento de nuestra Era.
La revolución
En el epicentro de la crisis, el coronavirus nos separa, nos aísla, desintegra a una sociedad individualista y competitiva, se produce una paranoia social, una psicosis social y un pánico global, al respecto Žižek escribe; “Los medios nos lanzan repetidamente el mensaje de ‘no caigas en el pánico’ y, a continuación, disponen una serie de datos que nos llevan necesariamente al pánico".
Se acentúa el individualismo exacerbado y la idea expresada por Zygmunt Bauman se confirma y se acentúa: la falta de una comunidad, la desintegración de toda idea de comunidad. Me aíslo por el bien mío y del otro, tomo distancia por miedo al otro, elementos altruistas y egoístas sin ninguna contradicción cohabitan en el contexto de la pandemia del coronavirus.
La idea de revolución en su modalidad marxista nos llevó al surgimiento de dictaduras, al desarrollo de genocidios y al desabastecimiento económico y la carestía. La revolución hoy comienza en uno mismo, en tu casa, luego en el vecindario.
Como dijo el pensador argentino Jorge Rulli, la revolución hoy consiste en plantar un árbol, cuidar el planeta y hacerte amigo de tu vecino.
Una charla con tu vecino, afianzar las amistades, fortalecer los vínculos personales y sociales, plantar flores y regarlas, tener plantas y cuidarlas, eso es hoy la verdadera revolución; ser racionales con nuestro consumo, ser ecológicos en nuestro quehacer cotidiano, tener una conciencia ecológica, no derrochar energía, tener una huerta orgánica. Desde el vecindario tendiendo puentes, tejiendo redes personales y no virtuales, reconstruyendo otra vez la idea de una comunidad ladrillo a ladrillo, una comunidad que cuide al planeta. Esa sería la verdadera revolución de hoy.
Hacia un reforzamiento del sistema de vigilancia global
Con el surgimiento del coronavirus se están desarrollando costumbres prácticas e instrumentos para un mayor control social con el objetivo de evitar la expansión del virus. Se fortalece así el sistema de vigilancia global, un sistema de dominio, de control al qué ingenua y voluntariamente nos entregamos constituyéndose en el más sutil sistema de dominación disfrazado de libertad.
Mayor cantidad de cámaras de seguridad, más drones sobrevolando, delaciones, control y/o prohibición de nuestro libre tránsito, control de nuestra ubicación desde el gps de nuestros smartphones, sumado a sistemas de detección facial. Agreguemos a todo esto la existencia de un pensamiento único y la dictadura de lo políticamente correcto.
Instrumentos de vigilancia y control que pueden persistir y acentuarse luego de que pase la pandemia.
Refuerzo ideas con palabras de Byung Chul Han: " Žižek afirma que el virus ha asestado al capitalismo un golpe mortal, y evoca un oscuro comunismo. Cree incluso que el virus podría hacer caer el régimen chino. Žižek se equivoca. Nada de eso sucederá. China podrá vender ahora su Estado policial digital como un modelo de éxito contra la pandemia. China exhibirá la superioridad de su sistema aún con más orgullo. Y tras la pandemia, el capitalismo continuará aún con más pujanza... "Es posible que incluso nos llegue además a Occidente el Estado policial digital al estilo chino".
Soy más cercano al pensamiento del filósofo surcoreano, aunque no descarto el surgimiento de nuevos sistemas de gobiernos totalitarios. Los gobiernos pueden utilizar el coronavirus para tornarse más autoritarios y persistir en sus actuales medidas represivas luego de pasada la crisis sanitaria actual.
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Bibliografía utilizada:
Byung Chul Han, "La Sociedad del Cansancio".
Byung Chul Han, "La Sociedad transparente".
Žižek, Slavoj “Pan(dem)ic!, COVID-19 shakes the world”.
Byung Chul Han, "La emergencia viral y el mundo de mañana. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano que piensa desde Berlín".