El término cártel deriva de la voz alemana Kartell.
Se refiere a un grupo de empresas que forman parte de esta organización conservando su propia personalidad jurídica, su independencia financiera y no manteniendo una administración en común.
El Kartell consiste en poner de acuerdo al conjunto de sus miembros para llevar adelante en el mercado una misma actividad, a menudo monopólica.
En el campo criminal, suelen establecer acuerdos de autoprotección entre todos para colaborar en la defensa mutua.
En el caso de la comunicación argentina, existen distintas organizaciones que han conformado oligopolios con el fin de quitarle vestigios de competencia a lo que debería ser una lucha leal entre pares.
También, se ponen de acuerdo para apoderarse de fondos públicos gracias a un accionar extorsivo que lleva a los gobernantes poco transparentes a sucumbir ante los pedidos de estos grupos empresariales.
¿Qué le ofrecen los cárteles de los medios a los funcionarios públicos?
-Negocios “llave en mano”.
-Factibilidad de obtener “retornos” en negro de la pauta publicitaria sobre actos públicos que ordena el Estado.
-Diseño y planificación de campañas de comunicación con costos muy por encima de los que establece el mercado.
-Asistencia legal y técnica previa a cometer los ilícitos.
-Usina de facturas de empresas fantasmas
-Mediciones de rating que no son reales
-Provisión de testaferros
-Licitaciones fraudulentas.
-Ingreso de fondos en paraísos fiscales
-Provisión de financieras para el cambio de cheques y divisas producto de las coimas
Un negocio poco transparente en manos de un empresario controvertido
Carlos Eusebio Abdo es un ciudadano paraguayo que llegó a convertirse en presidente del Club San Lorenzo de Almagro
Su compañía, Publicidad Estática Internacional, según el propio Abdo, nació como una sociedad de hecho junto a su esposa y siguió como SRL-
Más tarde, se creó una Sociedad Anónima y se transformó en una fuente de trabajo para sesenta empleados con oficinas en Puerto Madero.
Entre 2010 y 2012, Abdo dirigió la institución azulgrana pero su gestión terminó muy mal.
Fue una de las peores que soportaran los Gauchos de Boedo en toda su historia.
Tras tres ejercicios, el club ingresó en una debacle institucional que lo llevó a acercarse peligrosamente al descenso de la máxima categoría de fútbol.
San Lorenzo estuvo a pocos minutos de juego de descender al Nacional B frente a Instituto de Córdoba en un recordado duelo de "Promoción".
Abdo debió abandonar con dos años de antelación su cargo de titular de la entidad pero dejó detrás una profunda crisis económica, política y futbolística.
Cinco años más tarde, en 2017, el ex dirigente reapareció en escena para iniciar un millonario juicio contra la propia institución que tan mal había capitaneado..
Reclamó una supuesta deuda de dinero que dijo haber invertido durante su pésimo desempeño.
Sus sucesores Matías Lammens y Marcelo Tinelli lo declararon “persona no grata” por sus cuestionables acciones pero esto no le interesó en absoluto a la Asociación del Fútbol Argentino que por entonces ya le confiaba de manera monopólica la publicidad estática de casi todos los estadios de los clubes de Primera División.
Abdo por entonces ya le había le había entregado la firma Publicidad Estática Internacional a su propio hijo, Federico.
¿Cómo se componía la fantasmal deuda que le reclamaba este ex presidente a su propio club?
La prestigiosa consultora Deloitte realizó una auditoría interna en la entidad con sede en avenida La Plata y reconoció que existía una obligación por 21 millones de pesos a nombre de Carlos Abdo.
Este monto (que superaba largamente el millón de dólares de la ápoca) correspondía casi con exclusividad a contrataciones del propio ex titular azulgrana con Publicidad Estática Internacional ($ 20.988.089).
En otras palabras, Abdo hipotecó de manera tremenda al club “de sus amores” con la firma que encabezaba su propio hijo.
¿Tuvo en cuenta la AFA este nuevo e increíble conflicto de intereses de los dueños de PEISA? Por supuesto que no.
La “fiesta” de la publicidad virtual en la cartelería de las canchas continuó sin solución de continuidad.
Se decidió darle aún más poder al causante de tantos trastornos en San Lorenzo.
Sus carteles perimetrales se convirtieron de Leds SMD con una resolución superior a Full HD.
Las nuevas pantallas lograron una cobertura completa de más de 230 metros con tecnología de avanzada que es capaz de evitar el encandilamiento.
El mecanismo de robo de dineros públicos que se hizo a través de las modernas vallas era ya un rodado lanzado a más de 200 kilómetros por hora que nadie podría detener.
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