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¿Quién está pensando...? (La libertad de expresión, ¿en peligro?)

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Cuando el veneno malévolo infecciona el corazón, constituye un doble sufrimiento para el que lo lleva en sí: siente el peso de sus propias desgracias y gime ante el espectáculo de la felicidad ajena”,  decía Esquilo, dramaturgo griego que vivió entre 526 y 456 a.C. Predecesor de Sófocles y Eurípides, considerado como el primer gran representante de la tragedia griega.

 

La vida en sociedad implica la observación de ciertas reglas que limitan el desenvolvimiento de cada sujeto en su vida. En realidad, “mi libertad termina donde empieza la libertad del otro”. Como ejemplo una persona no puede usurpar la vivienda de otro, ni construir la suya sin tener en cuenta la urbanización que lo rodea. Cada uno debe crear su propia intimidad, y sus propias reglas de convivencia. En cada barrio o ciudad, se deberán observar determinadas limitaciones y comportarse de forma tal que no resulte una molestia para sus vecinos.

A medida que la sociedad crece se hace más complicada y las reglas son mayores. No se puede transitar de cualquier manera, existen reglas de tránsito que, -incluso los peatones- deben respetar para evitar que la vida en social sea un caos.

Nos recuerda el Artículo 14 de la Constitución Nacional que: Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.

Mientras tanto, el Artículo 16 dice: La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.

Entre tanto, el Artículo 29: El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.

 

El sistema imperante en el mundo

Como podemos advertir el sistema imperante en el mundo actual es el Capitalismo, más allá de las variadas culturas, religiones y de las formas diferentes de organización política que tengan los distintos Estados, porque a todos, más allá que estén gobernados por monarquías absolutas (como por ejemplo Arabia), monarquías parlamentarias ( Inglaterra, Suecia, Holanda, España), democracias republicanas (EEUU, Uruguay, Chile, “Argentina”), o repúblicas socialistas ( Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, China), el modo de producción capitalista los ha atravesado a todos o al menos a la mayoría.

Un dato, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2019–2020, publicada recientemente por investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, muestra que los niveles de pobreza en Venezuela aumentaron durante 2019, convirtiéndolo así oficialmente en el país más pobre de América Latina y el Caribe. En 2019 el ingreso promedio en Venezuela era de 72 centavos de dólar estadounidense al día. Basado en ingresos exclusivamente, el informe indica que el 96 por ciento de los venezolanos vive en la pobreza y el 70 por ciento en pobreza extrema. Este es el modelo del Socialismo del siglo XXI que la actual conducción del país tiende a imitar.

 

Democracia, Justicia, Progreso y Orden

Así que, “democracia” significa votar por quienes nos gobernaran durante cierta cantidad de años, mientras toman las decisiones que condicionan nuestras vidas todos los días. “Justicia” es el orden jurídico que protege la estructura social que han creado para fomentar y sostener privilegios. “Progreso” es el desarrollo necesario para mantener tasas de ganancia, sin importar el costo social que ello represente. “Orden”, es mantener inviolable el sistema que posibilita que unos pocos –sistema político, jurídico, sindical- gocen de sus vidas a costa del sudor de muchos.

Basados en estos principios, la burguesía, cristinista ha creado una “cultura” que se impregna en las mentes de los explotados hasta “naturalizarla”. Uno de los más importantes es la “Libertad”,  y ha creado una realidad –a través de DNU- que priva a la mayoría de los seres humanos de ella.

Por su parte, los que forman parte del “ejército de desocupados” se ven obligados a “ocuparse” de la manera que les sea posible, convirtiéndose en cuentapropistas que venden su fuerza de trabajo por debajo del nivel salarial establecido, aceptando condiciones de trabajo precarizadas, lo que constituye una limitación a las legítimas aspiraciones de mejora de los ocupados. Un porcentaje de ellos podrá intentar hacerse de algún pequeño “capital”, para comerciarlo casi siempre fuera de las reglas impuestas, en lo que se denomina “mercado informal” o “negro”.

Mientras tanto, los que tienen un buen pasar económico tienen a su vez acceso a todos los avances de la medicina. Pero los que dependen de una obra social o los que ni siquiera cuentan con ella, se ven marginados de esos avances, sometidos a toda clase de injusticias, mal trato, falta de respeto y privaciones.

 

Libertad de expresión

La tan mentada “libertad de expresión” –que también es un Derecho Humano- pasa a ser una entelequia para quienes encuentran cada vez más obstáculos para difundir sus pensamientos autónoma y masivamente. ¿Puede considerarse “libertad” el derecho a expresarse, si no se tiene acceso a los medios masivos de comunicación, o se lo tiene pasando por el filtro quienes determinan qué se puede difundir y qué no, según sus propios intereses?. La “libertad de expresión”, entonces, pasa a ser un “cartón pintado” por los pinceles de sus verdaderos y únicos dueños: los dueños de los medios.

Para conservar ese orden establecido, los burgueses oficialistas han modelado fuerzas represivas dirigidas a disciplinar a todos aquellos que atenten contra sus privilegios. Las cárceles no sólo están llenas de pobres -y aún en ellas hay diferencias entre el hacinamiento al que condenan a los marginados y los confinamientos “vip” para los ricos que lleguen a “caer en desgracia”. Por supuesto, para todo el que se ponga en contra, milite y proteste contra esa forma de organizar la sociedad, están las leyes, las sanciones, las condenas, los palos y las balas. El Estado Burgués en el que vive nuestro país, ha sido administrado siempre por la representación política de los intereses de clase de empresarios, terratenientes, banqueros y financistas

La alianza electoral ganadora el año pasado, otra nueva expresión del PJK, se hizo cargo de un problema que ellos mismos, en su versión anterior con 15 años de gobierno profundizaron y que nos ha otorgado el raro honor de contarnos entre los únicos países del mundo que en términos relativos retrocedieron en forma sostenida durante el último siglo.

Tenían al asumir, dos desafíos claros: atender la cuestión social y reencauzar la economía.

Pero con la pandemia enseñoreándose por el planeta, el Frente de Todos fue cada vez menos de todos, volviéndose más sectario, profundizando y ensanchando la triste grieta, desconociendo que quien ganó la contienda electoral no posee la suma del poder público, sino que existe otra mitad del país que votó por otra cosa.

Tenemos que resolver qué queremos de nuestro sector agro-industrial-exportador, tenemos que resolver en qué país queremos vivir. No alcanza con declaraciones: todos los argentinos de bien queremos reducir estos niveles de pobreza escandalosos, todos queremos erradicar la narco-criminalidad, todos queremos gritar ni una menos. Pero a esa realidad, hay que construirla. Y ahí aparecen nuevamente las desavenencias irreconciliables.

En un mundo con un gran desorden multipolar, en donde los países -a pesar de estar cada vez más interrelacionados- se cierran sobre sí mismos en una vuelta al nacionalismo, donde las tecnologías de la información están reinventando constantemente la economía, y en donde la búsqueda de la riqueza desprendida de toda atadura ética, nuestra Argentina anda sin rumbo. Cambiemos nos hizo creer que tenía un rumbo y defraudó a sus votantes y el actual gobierno no ha enunciado para adónde va, sus actuaciones en estos ocho meses asustan y desaniman, al menos, a la mitad de la población.

Tenemos que poder aprender de la historia, sin reeditar aquella mentalidad bolchevique que causó millones de muertos y 70 años de penurias económicas a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Esas políticas no han sido exitosas, no les han servido a sus respectivos pueblos, hicieron sufrir a los rusos, hicieron sufrir a los países del Este europeo, hacen sufrir a Cuba y a los venezolanos.

No veo a nuestra dirigencia política, empresaria, intelectual, sindical, judicial, ocuparse de los verdaderos problemas que sistemáticamente durante 100 años se han encargado de robarse y repartirse los despojos de nuestra Patria.

Argentina debemos enfrentar uno de los desafíos más profundos y apasionantes de su historia: pasar de una economía basada en la producción y exportación de recursos naturales, a un modelo que sea capaz de agregar valor a esos recursos, incorporando el eje constituido por: la ciencia, la tecnología, la innovación, basado en aplicaciones prácticas que permitan que surjan emprendimientos dentro de cada una de las dimensiones de nuestro país.

Necesitamos agregar valor, a través de los apartes de la investigación científica y tecnológica, a los procesos productivos que el país necesita para su desarrollo. Esto trae aparejado la necesidad de potenciar la formación del capital humano avanzado y fomentar el desarrollo en cada una de las etapas, debemos partir de la educación básica y media, pasando estas acciones al Grado y Posgrado, para llegar a  Comunidad Académica, que se integre al sector productivo, con el público.

El fortalecimiento de las Ciencias Duras, como las Sociales y Humanísticas que representan un elemento clave para que el país desarrolle una visión de sí mismo y un nuevo rol dentro del concierto internacional. Es necesario mantener conectados a nuestros científicos con los empresarios del país, con sus intereses y anhelos.

Si el país aspira a construir libremente mejor calidad de vida general, debe cada día generar mayor cantidad de conocimientos productivos que estén a disposición de la comunidad. Desde las industrias más simples hasta las de mayor complejidad, y teniendo en cuenta a las Universidades y Escuelas Tecnológicas, no habrá forma de reducir el poder hegemónico del capital que no esté asociada a conseguir que cualquier ámbito social pueda disponer de conocimiento productivo. Este tendrá que poder ser incorporado al tejido social, sin depender sólo de la vocación de algún inversor por comprar ese conocimiento en algún otro lugar y luego “generar empleo” donde se le ocurra.

Esta es una responsabilidad pública. La formación de técnicos y profesionales no puede estar orientada centralmente a proveer trabajo técnico al capital. En todo caso, esa debe ser sólo una opción. Los otros caminos deben incluir tanto a las universidades como a los organismos del sistema de ciencia y tecnología argentino, con una mirada pensada hacia el futuro.

El conocimiento, debe convertirse en un factor independiente del desarrollo nacional. No debe ser  un elemento subordinado que se aporta por demanda a quien lo incorpore a una ecuación de costos de la casa matriz o con los de importar los bienes terminados desde Oriente. Es importante para el país que los científicos socialicen el conocimiento, a partir de más y más patentes marca Argentina inscriptas en el mundo… ¿Piensan en esto nuestras clases dirigentes? O simplemente piensan –como lo vienen haciendo hace décadas- en salvarse ellos…

 

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7 comentarios Dejá tu comentario

  1. ¿SABEN QUE ES LO PEOR DEL CASO? ES QUE LES PAGAMOS FORTUNA EN SUELDOS Y TODOS LOS CAPRICHOS, ENTRE ELLOS, QUE NOS VACUNEN PARA HACER EXPERIMENTOS Y TODOS MUY CONTENTOS. SOMO EL PAÍS MÁS COBARDE Y ARREBAÑADO DE AMÉRICA; UNOS MACHOS BÁRBAROS AL SALIR DE LA CANCHA Y NO NOS ANIMAMOS A SACARLOS A PATADAS COMO HICIERON LOS BOLIVIANOS AL NARCO PRESIDENTE MORALES Y DESPUÉS HABLAMOS DE LOS "BOLITAS" ESAS SON LAS QUE NOS FALTAN A NOSOTROS.

  2. Salir a protestar, manifestarnos, el único camino en defensa del Estado de Derecho, ante cada atropello. No hay otro camino.

  3. QUIZAS SEA TU OPTICA, EN LA DEL PUEBLO TRANQUILO SE ESTA GESTANDO UN GIRO COPERNICONIANO DE AUTO DEFENSA, FIERROS QUE PISAN FUERTE

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