La reunión se producía un jueves de abril por la mañana. Daniel Arroyo recibía a regañadientes a la cúpula Evitista, Pérsico, Navarro, Grabois, Castro y alguna otra tortuga que asomara la cabeza antes de la hibernación forzada.

Rompió el hielo Emilio, quien dijo: “Daniel, mirà que con lo que estamos haciendo no alcanza”. A lo cual el ministro replicó: “Muchachos, hacemos todo lo que podemos, les repartimos 12 millones de kilos de alimento”.

“Todo bien”, contestó el barbado comunista, “pero hay que reconstruir rápidamente el tema del laburo en los barrios, aunque sea las changas, mirá que con bolsones y ollas esto aguanta unos meses nada más”.

La consigna de la Ctep/M.Evita, tierra, techo y trabajo con la que la organización irregular viene machacando desde hace años, estaba sobre el tapete nuevamente. Los muchachos van por la sindicalización del movimiento, o sea un ejército de afiliados sin trabajo formal, que les aporten cuantiosos fondos, retroalimentados solo por el Estado, similar al modelo de CTA, UPCN, ATE y otros.

La cristalización del Estado paralelo, a la cubana, o si se quiere a la venezolana, de rotundo fracaso hasta el momento, está en marcha. Los muchachos quieren el control total de los recursos que llegan al conurbano especialmente, para luego, una vez sobrellevado el proceso eleccionario de fantochada, obligatorio para que la gilada se convenza que continuamos en democracia; avanzar sobre la propiedad privada sin ningún tipo de escollo.

Se trata de ejecutar en un plazo no lejano, la tan ansiada utopía Graboiana de la expropiación; primero de la producción y más tarde de las tierras. Idea que también se le ocurriera en su momento al camarada Hugo Chávez, que más tarde el venezolano Nicolás Maduro revocara, ya que no encontró la manera de hacer sembrar ni una sola semilla, ni siquiera logró estimular la cría de animales para el consumo, (soberanía alimentaria a la cubana). Es que los compañeros chavistas se habían acostumbrado rápidamente a la papa en la boca del estado Bolivariano, que a su vez descansaba en un océano de petróleo, de baja calidad, pero abundante.

Claro, hasta que días antes de la cuarentena impuesta en todo el continente, la O.P.E.P (Organización de Países Exportadores de Petróleo), volara por los aires. La intención de esos países, encabezados por Irán: reemplazar el patrón dólar, por el patrón petróleo, quedaba al descubierto. Las potencias no petroleras, lo dejaban en claro, no permitirían que un grupo de paisitos quedara con el control del futuro Patrón, y se los hizo saber con un atentado fallido a unos de los príncipes de los Emiratos.

A su vez a los Chinos se les rompe el frasquito del Corona antes de tiempo, y comienza el contagio masivo, hacia adelante, siempre hacia adelante, que curioso no?

Mientras que, en Argentina, a los muchachos los agarraba mal parados, ni siquiera producimos el petróleo venezolano, el único comoditie que tenemos continúa en manos privadas. Ya en default, sin crédito externo, con la caída estrepitosa de la inversión privada, lo que sigue es más pobreza, más desocupación, rebelión fiscal, y shock económico. Lo único que va a resistir unos meses es la ya impresionante emisión monetaria, hasta provocar la hiperinflación y el desabastecimiento.

Es que Grabois y compañía, ansiosos de seguir el camino del Che, que terminó siendo nombrado Ministro de Economía de la Isla y hasta su imagen terminó en un billete cubano, se les olvidó, de repente que el ciclo virtuoso de la economía requiere de esfuerzo humano y de inversión privada, difícil de explicar, a gobiernos populistas que aun continúan haciéndole creer a la gente que los alimentos salen de la góndola del supermercado, la nafta del surtidor y la guita del cajero.

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