Horacio Verbitsky está más exacerbado que nunca: este domingo, en la columna semanal de su blog, asegura que hay en ciernes una “operación de acoso y derribo del gobierno por parte de los poderes fácticos”.
También por parte de “sus expresiones políticas y mediáticas, una vez que comprendieron que no conseguirían enfrentar al Presidente Alberto Fernández con su Vicepresidenta CFK”.
Para Verbitsky, “los tiempos se han acelerado, dado que el gobierno no retrocede. Por el contrario y, más allá de errores y vacilaciones, señala un rumbo definido y en distintos frentes”.
Acto seguido, hace una crítica a los medios no kirchneristas y descalifica a los que se manifiestan en contra del avance K sobre la Justicia: “Desfilan autos de alta gama o suenan cacerolas en los barrios más acomodados de la Ciudad Autónoma”, sostiene. Lo cual es una falacia, porque las protestas se dan en casi todos los barrios de la CABA y varios puntos del país.
Si acaso fuera poco, Verbitsky llama a que “las bases políticas, sociales y sindicales” generen “una demostración de fuerza con la consigna de parar al fascismo, porque la provocación cotidiana harta”.
Finalmente le hace flaco favor al gobierno al atacar al titular de la Corte Suprema, Carlos Fernando Rosenkrantz, y a los jueces Germán Castelli, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi.
La descalificación es penosa y habla más de quien describe que de quien es descripto: “La sobreactuación de Rosenkrantz, ex abogado de América TV, Cablevisión (del Grupo Clarín), y La Nación; de Ogden Rural, Carbap, McDonald’s, la cervecera Quilmes y Pan American Energy, no tiene más sentido que demostrarle al rabino de Praga que está listo para barrer la sinagoga”, dice Verbitsky.
A Bruglia, Bertuzzi y Castelli directamente los califica como “el trío que llora por los rincones del Estado Libre Asociado de Comodoro Py”.
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