El programa «Activar Patrimonio» desarrollado por el área de cultura del gobierno de Alberto Fernández son «becas destinadas a artistas, curadora/es e investigadores/as, en todas las disciplinas de todo el país, tienen el doble objetivo de proporcionar una ayuda económica de emergencia a aquellas personas que trabajan con el Patrimonio Cultural de manera independiente y que no se encuentran en la actualidad percibiendo remuneración de forma continua», según detalla el sitio web gubernamental.
Y agrega además que es para “activar” el patrimonio de los museos e institutos nacionales a partir de aproximaciones académicas y experimentales.
Una iniciativa interesante para paliar la crisis del COVID-19 pero que, como siempre, queda teñida de los manejos discrecionales de la conducción del min. Tristán Bauer y la macro y micro militancia que imponen sutilmente a través del campo simbólico.
Una comisión evaluadora de la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio eligió entre diversos proyectos a 30 candidatos que recibirán $ 50.000 para llevar a cabo su obra.
Entre ellos uno es de «pinturas de género» en el Museo Evita, es un tipo de obra pictórica en la que se representan escenas cotidianas en interiores o exteriores, a cargo de la artista María Eva Grinstein.
¿Elegiría Bauer y sus funcionarios una obra sobre algún exponente histórico opositor al peronismo? ¿Hasta qué punto no existe una colonización del pensamiento e intentar instalar un sentido único?