El correlato de los hechos comienza el miércoles pasado, momento en el que mantienen una reunión privada Marcelo Espindola; Secretario General de la Asociación Sindical de Trabajadores Municipales, y Juan Domingo López (funcionario, empleado municipal y Secretario de Acción Gremial de la A.S.T.M.M.) y un tal Gabriel Britez que se presentaría como abogado y después resultara no serlo, ni tampoco tener ese apellido. En dicho encuentro, relata Espindola, los dos sujetos le reclaman que entregue las llaves del edificio, porque ellos “ya sabían qué hacía con la plata y que de esta manera lo dejarían ir sin denunciarlo” (literal).

Espindola desestimo la oferta de plano, no era la primera vez que discutían con López sobre el control del Gremio, que cuenta con más de 900 afiliados. El gremialista se había hecho cargo de la Asociación a partir de 2010 y tiene mandato hasta el 5 de marzo de 2022.

La saga continua el viernes pasado, cuando en horas de la mañana se acercan al portón de entrada del local, una muchedumbre no especificada en número, encabezada por López (traía unos papeles en la mano, supuesta denuncia penal contra Espindola). Sobre la izquierda del mismo, se apersonaba una pareja joven; el abogado Juan Manuel Calvo y su pareja Lara Prinotti (también identificada como abogada, pero sin la matriculación requerida para el ejercicio de la profesión). Del lado derecho se acercaban los compañeros de lista y ahora denunciantes, Oscar Marrelli (Sec. Adjunto) y Gabriel Coppolla mas atrás (Sec. De Finanzas).

Ante el franqueo del paso por parte de Espindola, algunos del grupo reunido saltan las rejas y arremeten contra el Secretario General, que a su vez intenta ingresar al edificio; el resto lo podrán observar en el video de la cámara de vigilancia del lugar.

Hasta aquí el relato de lo sucedido, que termina con detonaciones de armas de fuego que dispersa a la multitud. Ahora vamos a tratar de explicar lo que subyace.

Se acercan las elecciones de medio término y la sequía de las cajas de la política se hacen más que evidentes. El coctel preparado por la señora Intendenta Mariel Fernández es explosivo, desde el vamos conoce a la perfección que van a faltar algunos ingredientes; los cuales va a tener que reemplazar urgentemente. (efectivo).

En principio tomas un advenedizo militante que tiene años de municipal, hijo de otro militante que le heredo a su descendencia la pasión por el peronismo y hasta le puso el nombre del general. Acto seguido lo nombras funcionario y lo hechas a rodar.

Claro que el tipo siguió al pie de la letra el manual del buen peronista: estuvo con West, después con Festa y ahora con Mariel. Junto algunos familiares y amigos, formo la Agrupación ¨La Juan Domingo¨ (¿será auto homenaje?) y entre la PASO y la final del año pasado, hizo el gran salto al lado correcto, declarándole pleitesía incondicional a la nueva reina de Peronia. (todo muy burdo).

Acto seguido buscas y encontras un enemigo interno (uno de los dos sindicatos de municipales que se ha mostrado díscolo hasta el momento, con el poder central). ¡Y en donde casualmente López es parte de la Comisión Directiva del mismo…bingo!!

Para finalizar, le agregas un poco de violencia a cargo de otro puntero devenido en funcionario dentro del Obrador Municipal, subordinado de López, y relacionado directamente con la barra del Club San Miguel.

Ya tenes el trago largo listo, solo le falta ponerle el sorbete y degustarlo, pero sin querer lo golpeas con el codo y el enchastre es inevitable. Independientemente que Espindola deberá defenderse de los delitos de los que se le acusa, si es que la denuncia existe; si la intención de esta gente fue desplazarlo legalmente hicieron todo mal, desde la asamblea irregular realizada, en un lugar no apropiado y sin los libros estatutarios correspondientes a la vista. Ni hablar del intento de copar las instalaciones del Sindicato en un día laboral, con empleados municipales que deberían haber estado en sus lugares de trabajo más el agregado de barras. Que decir de los supuestos abogados sin matrícula apersonados en el lugar.

Lo cierto es que la causa recayó en la UFI 3 a cargo de la Doctora Pontecorvo (pocas garantías de resolución inmediata). La contra causa efectuada por el Doctor Walter Bonavera, abogado de Espindola, tipifica al menos 7 delitos, algunos apoyados en la flagrancia que aportan las imágenes del video de la cámara que tomaba de frente los acontecimientos.

El reflejo espasmódico de la Intendenta Fernández, fue solo ordenar la difusión de un tibio comunicado sobre que no se toleraría hechos de violencia y acto seguido le solicitó la renuncia como funcionario, al aun empleado municipal Juan Domingo López. Para la tarea, designo al ignoto Secretario de Asuntos Gremiales Adrián Márquez (pareja de la Concejal y candidata Lavagnista, Karina Álvarez). ¿Habrá renunciado López?, lo que debió haber hecho Fernández, es colocar en disponibilidad o directamente despedir a todos los empleados municipales que ese día participaron del hecho.

Se trata de otro capítulo más de estas historias del lejano oeste, en donde las bajezas, la mediocridad y la vulgaridad vinieron para quedarse y jamás abandonarnos.

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