El estado de bancarrota en el cual el kirchnerismo dejó a YPF en 2015, derivó en un virtual default de la compañía que deberá enfrentar un difícil proceso de renegociación de su deuda multimillonaria.
Del otro lado, YPF deberá lidiar con grandes fondos de inversión y los más importantes buffet de abogados que anticiparon que ya rechazan la propuesta de canje de títulos presentada por la compañía el pasado 7 de enero.
El origen de los problemas de YPF se remontan al segundo mandato de CFK cuando junto con el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, obligaron a la empresa estatal a endeudarse en moneda extranjera, debido a que la Argentina no podía colocar deuda como consecuencia de su situación de default.
El esquema era que los dólares que conseguía YPF en el mercado, iban a parar al Tesoro para financiar el gasto público y el déficit fiscal que le entregaba pesos.
El pasivo fue aumentando y se potenció con las diferentes devaluaciones que se produjeron desde 2011 hasta la fecha.
El activo se fue deteriorando con el congelamiento de las tarifas de gas y a medida que el precio del petróleo se derrumbaba, se paralizaba Vaca Muerta y sus ingresos en pesos por la venta de combustible se licuaban al ritmo de la devaluación.
La situación tornó en crítica, al punto que la empresa decidió poner a la venta su sede corporativa, una lujosa torre diseñada por el famoso arquitecto tucumano, César Pelli y que fue adquirida durante la administración de Repsol.
Pero los principales acreedores que incluyen grandes fondos de inversión como Oaktree Capital Management y BlackRock, se están organizando en dos grupos para negociar con YPF, luego de que propusiera un canje de deuda que incluye absorber pérdidas.
BlackRock forma parte de un consorcio de inversores experimentados en mercados emergentes, como Ashmore Group Plc e Invesco Ltd., que recurrió al bufete de abogados White & Case LLP para su patrocinio.
El otro grupo, liderado por Oaktree está asesorado por los buffetes de abogados Dechert LLP y DLA Piper LLP.
Los acreedores comenzaron a organizarse después de que YPF propuso un canje de deuda de unos 6 mil millones de dólares, incluido un bono de 413 millones de dólares con vencimiento en marzo.
Ambos grupos rechazaron la propuesta porque consideran que el canje conlleva una pérdida en el valor presente de los bonos del 20%, lo que provocó una masiva venta de los bonos que vencen en dos meses.
Los inversores han abandonado bonos que vencen en dos meses.
Ninguno de los grupos planea aceptar la oferta y su enfoque principal, por ahora, es trabajar en un acuerdo modificado con la empresa y es posible que terminen negociando con un frente común.
El canje se enfrenta a la disposición del BCRA que exige que las empresas con más de un millón de dólares en pagos mensuales de deuda hasta marzo, encuentren una manera de retrasar esas obligaciones.
El que dejó en bacarrota a YPF fue Macri.-