"Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear”. Mahatma Ghandi
Ante la callada y cobarde resignación de la sociedad entera, Cristina Fernández y sus devotos militantes continúan haciendo de las suyas, a punto tal que, sólo en el año 2020, Argentina descendió doce puestos en el índice mundial de corrupción que elabora Transparencia Internacional. La entidad justificó ese monumental retroceso en los desvergonzados ataques de la PresidenteVice a la Justicia y a la Procuración General; produce asombro en todo el mundo civilizado que aquí sean los propios procesados quienes intentan remover a los magistrados que los juzgan, como hicieron años ha con el Procurador Esteban Righi cuando lo eyectaron de su cargo por imputar a Amado Boudou, por entonces Vicepresidente de la República..
Esta semana tuvo nuevas actuaciones en ese escenario de pos-verdad llamado lawfare, con la manifestación realizada ante la Corte Suprema, en la que participaron altos funcionarios de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires, y durante la cual se arrojaron cientos de bolsas de basura. El reclamo de libertad de los pretendidos presos políticos Amado Boudou, Milagro Sala, Julio de Vido, etc., todos ellos condenados por corrupción y gozando de sus mansiones malhabidas, constituye un doloroso recordatorio de la situación de los dos mil ancianos que derrotaron a la subversión en los años 70’s y cuarenta años después se pudren en la cárcel, ya que los jueces prevaricadores les niegan sistemáticamente la concesión de esa misma prisión domiciliaria a pesar de sus años y de sus achaques de salud.
Pero, ¿qué se podía esperar de esta manga de falsarios que sólo brega por los derechos humanos de antiguos y enriquecidos terroristas mientras desconoce la permanente violación de los mismos que hoy ejecuta el sátrapa formoseño, elevado por Alberto Fernández al podio triunfal de los mejores gobernadores?
La declaración de Sergio “Aceitoso” Massa, socio político del Frente para Todos, Presidente de la Cámara de Diputados y tercero en la línea de sucesión presidencial, en el sentido de negarse a habilitar la discusión sobre eventuales indultos o amnistías para esos delincuentes, generó una fortísima reacción de la propia tropa de la PresidenteVice. A coro, salieron a pegarle el abandonado ex Ministro De Vido, el militante Víctor Hugo Morales, la ex Embajadora Alicia Castro, el energúmeno Luis D’Elía, el proxeneta Raúl Zaffaroni y varios más.
D’Elía lo amenazó con revelar las oscuros entretelones del fabuloso negocio del cloro en el país, propiedad de Mauricio Filiberti, y la corrupción en AySA, comandada por Malena Galmarini, casualmente la mujer de Massa. Y De Vido se sumó arrojando fuertes sospechas sobre la reciente operación de compraventa de Edenor, empresa que compró el trío de “expertos en mercados regulados” formado por Daniel Vila, José Luis Manzano y el mismo Filiberti, todos íntimos amigos del Aceitoso. Espero que el lunes, cuando se reinicie la actividad judicial después de la feria de enero, algún fiscal decida investigar esas imputaciones, toda vez que las mismas constituyen imputaciones de gravísimos actos de corrupción gubernamental.
El panorama no puede ser peor. Los gremios de los “trabajadores de la educación”, aliados de siempre del kirchnerismo, amenazan con prolongar indefinidamente la tragedia que significó la irremediable pérdida de un año lectivo; la creciente inflación llevará más miseria y hambre a los más humildes; el desmadrado gasto público de los dilapidadores ladrones que nos gobiernan obligan a imponer nuevos impuestos que aplastan a la actividad productiva; y la estupidez de reutilizar viejas recetas económicas probadamente fracasadas, sumadas a la absoluta inseguridad jurídica, actúa como una barrera infranqueable a las inversiones externas, única fuente de trabajo genuino.
Así, la frase del epígrafe nos interpela a todos y nos insta a luchar para evitar que esta asociación ilícita que hoy nos gobierna siga saqueando al ya exhausto y demolido país y destruyendo, una a una, todas las instituciones de la Constitución. Tal como nos anunció el Presidente Pinocho en su discurso inaugural, volvieron para ser mejores … en su conducta criminal. El cacareado “gobierno de científicos” no sólo ha demostrado su grotesco fracaso en la lucha contra la pandemia, después de haberse comparado con tantos países exhibiendo datos falsos en filminas y discursos, sino que ejerce la más abyecta inmundicia al lucrar con vacunas e insumos hospitalarios, y con alimentos que adquiere a precios escandalosos.
Todos los que queremos democracia, República y Constitución debemos unirnos en la santa misión de derrotar a estos canallas en las urnas, utilizando todas las pacíficas armas de las que disponemos para impedirles continuar con la destrucción y el robo. Los hombres de campo nos han señalando el camino de la rebelión y, como seguramente el Gobierno intentará más manotazos confiscatorios en su contra, serán quienes otra vez estarán en la primera línea de este combate terminal; y el kirchnerismo tendrá el somatén que preanunció Juan Perón. Sería un estupendo y razonable final de la historia para Cristina Fernández y su tropilla de canallas travestidos.