Es cierto: siempre pueden existir justificaciones para buscar un servicio de asesoramiento o ayuda externa en algún área específica del Estado. El caso de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo comandada por Martín Sabbatella, que ya tiene antecedentes de gastos estrafalarios como catering costosos, es para prestar atención por su dudosa eficacia como ente público (que tiene como objetivo el saneamiento del medio ambiente vinculado a la actividad industrial). 

Además de su sistemática contratación de amigos y militantes afines al kirchnerismo, como el caso de la hermana de Pablo Echarri, que no tenía experiencia suficiente para su cargo.

En esta nueva erogación llamativa, ACUMAR abrió una licitación privada para un servicio de «fortalecimiento de redes sociales» y como explica el expediente oficial «el servicio se funda en la necesidad de acercar nuestros mensajes al público que habita en la cuenca, aumentando así la efectividad y el alcance de la comunicación». Es decir, no alcanza con todo el aparato estatal a su disposición para difundir sus actividades.

El expediente tiene 3 ofertas confirmadas, y el gasto para contratar el servicio oscila entre $1 millón y $6 millones, y finalmente ACUMAR deberá decidir cuál cumple los requisitos para el trabajo solicitado.

¿El ente tiene algún sector que se ocupe de la comunicación?. Es la pregunta clave. La respuesta es sí. La encargada de la Dirección de la Comunicación es Ayelén Romero Antolich, un nombre que no suena para nada, pero sí muy conocida dentro del sabbatelismo, en Morón. Es la hija de Javier «El Profe» Romero. Recordar estos datos: con su periódico «El diario de Morón» recibió $5 millones en la etapa K de 2003 a 2015.

En 2015 registró el máximo de facturación ya que desde la municipalidad de Morón destinaron al diario la cifra de $338.600 pesos. Y fue facturado por la firma «La Aldea Comunicación», que integraba Romero y su hija Antolich. No hace falta claro, agregar el peso del sabatelismo en el oeste del conurbano.

Ahora, oh casualidad, Antolich es empleada en ACUMAR con casi $200 mil de sueldo. La hija del «profe», una vida al servicio del Estado, fue secretaria de prensa del diputado Ariel Basteiro, del bloque nuevo encuentro, hasta fines de 2011. Posteriormente consiguió un cargo en el Municipio de Morón, como funcionaria. Luego fue a la Auditoria General de la Nación y finalmente en el organismo de saneamiento ambiental, en dónde también se desempeña Rosana Echarri, la hermana del actor K.

Un Estado gigante pero ineficaz, con sueldos altísimos en cargos jerárquicos (y paradójicamente también precarización laboral en la esfera pública) que a su vez debe tener contratistas privados para hacer su propio trabajo, el mismo que pagamos todos nosotros.