Hace exactamente una semana, que los jefes de área de Atención al Público del Ministerio de Desarrollo Social, pusieron sobre aviso a sus operadores a efectos de que se prepararan para comenzar a recibir la andanada reclamos que se originarán a partir de los titulares de miles de cuentas; que no serán alimentadas con el subsidio correspondiente al Programa Potenciar Trabajo.
La asistencia direccionada a unas 850.000 personas, es la confluencia de otras dos planificaciones creadas durante el gobierno Macrista: Hacemos Futuro y Proyectos Productivos Comunitarios; y como suele suceder en estos casos ostentan mucha pompa en la nomenclatura, pero siempre rondan en los mismos vicios (precariedad laboral absoluta).
El hecho es que cada una de estos individuos sin empleo formal vienen percibiendo unos 11.000 pesos mensuales, algo más de la mitad del sueldo mínimo vital y móvil establecido en 18.000 por el Gobierno hace un tiempo atrás. Claro que con el correr de la pandemia durante el año pasado, algunos fueron beneficiados hasta con 21.000 pesos, en razón de la afectación en la primera línea de combate contra el Covid.
Los favorecidos responden en su mayoría al Movimiento Evita y a los militantes de Daniel Menéndez, que, junto a Pérsico, Navarro y Grabois, le terminaron copando el Ministerio a Arroyo.
Los primeros damnificados serán los ingenuos que asisten periódicamente a las dependencias oficiales a solicitar que se les encomiende alguna tarea. Son los que conservan un poco de pudor a pesar que el sistema y el fracaso de la política los ha dejado de rodillas.
Después vendrán las organizaciones irregulares de menor cuantia, al final de la formación dejaran a los movimientos de izquierda, algunas ya fueron mexicaneadas desde enero de este año y vienen oliendo sangre, por lo tanto, aumentan la cantidad de gente en las calles semana a semana.
Según versiones extraoficiales del Banco Central, el gobierno deberá emitir 1,9 billones de pesos durante 2021 para que todo cierre; a su vez el Ministro Guzmán persigue al fondo para un rápido acuerdo y debe llevar un plan consistente al organismo, que se muestra escurridizo y reticente a una concordancia precipitada.
En Moreno, la Intendenta Mariel Fernández, utilizando los privilegios que Alberto Fernández le otorgo al Movimiento Evita; abusa de esos fondos de modo direccionado hacia sus militantes, la mayoría enrolados en cooperativas truchas desde la época de Carolina Stanley en el Ministerio de Desarrollo Social del gobierno anterior.
Se trata de unas 11.000 almas que salen a las calles en forma de cuadrillas de limpieza o de promotores que reparten volantes y periódicos con propaganda de la gestión bastante distorsionados de la realidad vigente. Quehaceres todos, alejados de la formalidad de un empleo que ellos mismos les exigen a los privados cuando están del otro lado; ausentes de seguridad social, aportes jubilatorios, seguros de vida. Etc. Claro, que para eso está el Estado.
Son los mismos que le otorgaron el triunfo en la interna de siete listas peronistas en agosto de 2019. Algunos ya se muestran, apenas pasado un año; en autos nuevos, otros celebran en las redes mudanzas y cambios de casas, lejos de las barriadas humildes que los vieran nacer.
Todo ello transcurre mientras que el Chino Navarro aun no puede justificar que hacían 4 sujetos de su organización con un millón cuatrocientos mil pesos en su poder, mientras iban a una concentración a Lujan. Tratarán por todos los medios que el agua no los tape, por lo menos hasta el 8 de agosto, fecha en que se desarrollarán las PASO, después... Dios proveerá.
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