En los tiempos aquellos que EEUU invadió Irak y a través de una supremacía de hombres y armamentos abismal iban derrotando la resistencia de los invadidos, las tropas y las milicias armadas en baja se refugiaban en conglomerados civiles.
Entonces, los norteamericanos decidían bombardear indiscriminadamente esos asentimientos cobrándose la vida de niños, mujeres y hombres que eran ciudadanos inocentes mientras los vencedores justificaban su accionar con la denominación “daño colateral”.
Curiosamente, igual criterio adoptaron con el experimento que la humanidad cree que es una “vacuna”.
Lo virus y las bacterias matan, pero esos engendros llamados “vacunas” también.
A las “vacunas” contra el SARS-COV 2 la denomino VAC-DEAD.
Y ello es así, porque han sido creadas con un concepto similar al de “daño colateral” que en la ciencia médica se lo denomina “costo-beneficio”, en principio para los efectos inmediatos.
Si en las pruebas de emergencias para aprobar la Fase 3 de las “vacunas” (en los experimentos en que se llegó hasta allí) 4 de cada 10 personas sufren problemas de salud (ya sean leves, graves o hasta la muerte) la conclusión es que el beneficio es mayor que el costo (se trata de vidas humanas) y el experimento sale aprobado y autorizado con el sello científico y un laboratorio que lo avala sin más.
Joseph Menguele sería un simple aprendiz en comparación con esta salvajada, que además es avalada por el Congreso de la Nación- en nuestro país- con la Ley 27.573 del 06/11/2020 otorga absoluta " condiciones de indemnidad patrimonial respecto de indemnizaciones y otras reclamaciones pecuniarias relacionadas con y en favor de quienes participen de la investigación, desarrollo, fabricación, provisión y suministro de las vacunas". Y el art. 11 que refiriéndose al art. 4º dice claramente "con los recaudos correspondientes a los fines de respetar las cláusulas de confidencialidad que pudieran incluirse en los mismos, de conformidad con lo establecido en el artículo 4°, segundo párrafo, de la presente ley."
Recuerdo que a nivel internacional siguen vigentes las normativas que se aplicaron en el Juicio de Nüremberg (entre ellas el Código de ética médica de Nüremberg) sobre genocidio y delitos que serían considerados de “lesa humanidad”.
Los responsables, de cualquier índole, serán juzgados en u futuro no muy lejano con esas mismas normativas.
Recomiendo a mis conciudadnos que esperen las “vacunas” más seguras que podrían aparecer hacia 2023.
No os desespereis.
Hoy el “absolutismo presidencial” que adelanté en mi nota de días atrás avanzó otro casillero hacia la Fase 1 que aplicarían a fin de mes.
¿Tiene facultades el Presidente para tomar éstas medidas sin participación del Congreso?
Absolutamente NO.
Vean mis argumentos jurídicos que se encuentran en la nota de fecha 12/04/21 antes señalada (y los comentarios de los lectores) y advertirán como nos van arrastrando hacia un totalitarismo que busca consolidarse y perpetuarse suspendiendo elecciones y apoderándose de la suma del poder público que en cualquier momento puede caer en manos de su sucesora natural.
Los perversos narcisistas padecen una patología, sin tratamiento, en la que la culpa “siempre es del otro”, entre otras características.
Esta vez le toco al sistema sanitario que fue “vapuleado” por las expresiones de Alberto Fernández, que hasta hace un año era aplaudido (aunque nunca fue remunerado acorde su sacrificio).
Nadie advierte que con este DNU inconstitucional que aún no ha dictado pero que sus lineamientos fueron explicados, avanza sobre las autoridades jurisdiccionales.
A Horacio Larreta le han intervenido la Ciudad Autónoma y le menguaron absolutamente su poder y lo han convertido en una pieza más bajo el dominio del Instituto Patria y de los caprichos presidenciales.
Esperemos si va a seguir demudado o va a responder a quienes lo eligieron como conductor de Caba.
Hay una manifiesta Gravedad Institucional para ir en reclamo a la CSJN.
La sociedad (verdadero poder constituyente y legitiminado desde siempre) tiene en sus manos la resistencia a la violación de la Constitución Nacional.
¿Qué harán los legisladores?
Es imprescindible que la justicia asuma el rol que le compete.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación es la última ratio para sostener la República.
¿Reaccionarán o guardarán el mismo silencio cómplice y cobarde que hasta ahora sostuvieron?.
La pelota está en su campo. Veremos qué actitud toman.
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