La Sala 4 de la Cámara Federal de Casación Penal ordenó el jueves que Sergio Daniel Salomone y Analía Viviana Tejero vuelvan a la cárcel por el «peligro de fuga» y el posible «entorpecimiento» de la investigación en su contra por el lavado de activos del clan detrás de «Carbón Blanco».
El juez federal Miguel Aranda, por entonces subrogante en Roque Sáenz Peña, procesó el 3 de diciembre con prisión preventiva y embargo millonario a la pareja y también al contador Eduardo Antonio Macri, Gabriel José Morón y la esposa Gladys Peregal. También procesó a Ariel Morón, hijo de Gabriel y Gladys, pero sin prisión preventiva.
El fiscal a cargo de la investigación, Federico Carniel, dictaminó en contra de excarcelar a Salomone y Tejero, pero la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia hizo lugar al planteo, por lo que fueron liberados el 3 de febrero tras pasar 61 días en la Unidad 7 del Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Sin embargo, el fiscal general ante la Cámara Federal Casación Penal, Mario Villar, convenció el jueves con sus argumentos a los camaristas Mariano Hernán Borinsky y Carlos Javier Carbajo para que la pareja regrese a prisión. La jueza Ángela Ester Ledesma votó en contra por una cuestión técnica.
Para los fiscales Villar y Carniel, Salomone y Tejero podrían complicar lo que resta de la instrucción del caso porque retiraron dinero en efectivo de empresas vinculadas con las operaciones de lavado de activos de las ganancias del contrabando de cocaína del clan Salvatore a Europa.
La banda liderada por el abogado porteño Carlos Salvatore traficó toneladas de cocaína como si fuera carbón vegetal desde Chaco hasta España y Portugal. Los investigadores a uno y otro lado del océano Atlántico solo pudieron arruinarle algunas operaciones por un total de 4806 kilos.
Esos kilos representaban 156 millones de euros.
Al día de hoy, 15.897 millones de pesos.
Pero esos solo fueron seis golpes a su banda entre 2005 y 2012. En el medio consiguió «coronar» toneladas en el viejo continente. No por nada vivía en uno de los barrios más lindos de la Ciudad de Buenos Aires. Su casona ahora está en remate por 2 millones de dólares. Salvatore murió en 2018, condena mediante, pero sus testaferros querían salirse con la suya, a cualquier precio.
Sabiendo que su final estaba cerca, Salvatore les entregó a Salomone y Tejero una cuenta bancaria en la Isla de Man, un paraíso fiscal británico, con ni más ni menos que 908.642 dólares, pero Carniel descubrió la maniobra justo antes de que la pareja se los llevara a un banco de la Confederación Suiza para dificultar la trazabilidad del dinero. El fiscal ya inició los trámites para recuperar esos fondos.
Pero no fue la única maniobra de Salomone. Leopoldo Daniel Carrena, alias «Polo», otro de los procesados, le transfirió en su momento 139.987,86 dólares de su empresa Mosaic Partners Realty LLC a su cuenta de la Confederación Suiza.
Salomone siempre negó lavar activos de «Carbón Blanco», pero Salvatore, el cerebro de la banda, se movía con un documento con su nombre. Fueron álter ego mucho tiempo. Tanto que en un famoso centro médico Salvatore tenía dos historias clínicas: una a su nombre, claro está, y la otra, cuando pensaba que irían detrás suyo, a nombre del propio Salomone.