El día 2 de marzo falleció de Covid el padre de un famoso futbolista argentino, retirado de la Policía de la Provincia de Buenos Aires; el Suboficial Principal Oscar Almeyda.
La noticia tuvo trascendencia no porque el fallecido fuera policía, sino porque su hijo, Matías Jesús Almeyda, es un famoso deportista y entrenador que tras la muerte de su padre, intentó comprar vacunas para donar a la localidad de Azul de la cual es oriundo, aunque según sus dichos fue imposible dado las trabas burocráticas.
La bronca de Matías Almeyda tras la muerte de su papá por coronavirus: “Gente que no se tenía que vacunar se vacunó y mi papá no”.
En la República Argentina han enfermado y fallecido desde el inicio de la pandemia de #COVID19 muchísimos Servidores Públicos (activos y retirados) de diferentes Fuerzas de Seguridad Nacionales y Provinciales.
Lamentablemente el poder político NO ha informado a la Sociedad las cifras exactas lo cual resulta sumamente conveniente para ocultar la falta de iniciativa, recursos, cuidados, asistencia y acompañamiento, que los uniformados debieron tener desde un primer momento por su calidad de #TrabajadoresEsenciales.
También quedó en evidencia que la mayoría de las Obras Sociales jamás estuvieron preparadas para atender adecuadamente a la Familia Policial, ya que desde antes de la llegada del #Coronavirus funcionaban deficitariamente bajo la administración de personajes de dudosa procedencia y catadura moral que solamente priorizaban lucrar con los afiliados que únicamente recibían prestaciones de inferior calidad.
La Salud es un Derecho Fundamental que no puede quebrantarse ni subordinarse a intereses espurios, es por esto que deben impulsarse reformas estructurales que no solo transparenten lo servicios y las prestaciones sino que además aseguren la participación y el control de los afiliados, que con sus aportes sostienen el sistema.
El Estado intentó sostener la gestión de la pandemia basado únicamente en un plan de vacunación que a las claras no fue efectivo. Por este motivo un alto porcentaje de los sectores considerados esenciales no recibieron siquiera la primera dosis de las vacunas disponibles en Argentina.
Sin inoculaciones suficientes ni tratamientos alternativos sustentables, las Fuerzas Argentinas continúan esperando un reconocimiento a su esfuerzo, y mejores condiciones de trabajo y asistenciales.
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