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POLÍTICA PROVINCIAL

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PIÑA VA, PIÑA VIENE, LOS MUCHACHOS SE ENTRETIENEN
PIÑA VA, PIÑA VIENE, LOS MUCHACHOS SE ENTRETIENEN

    A medida que se acerca octubre, las señales de nerviosismo no sólo son visibles en el presidente Néstor Kirchner, sobre todo a partir de las derrotas electorales que viene sufriendo en serie en Misiones, Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires, además de su constante caída de imagen y la de su esposa en las encuestas “creíbles”, o sea no en las que son elaboradas por los distintos comediantes comprados por el gobierno.
    Esas señales también son evidentes en el conurbano y el resto del territorio bonaerense. Es así como los “carpetazos”, las denuncias –algunas de las cuales se mantenían archivadas y esperaban este oportuno momento para salir a la luz- y las contradenuncias están a la orden del día. Y esto recién es el comienzo. Quedan por delante cuatro meses hasta las elecciones presidenciales y las que simultáneamente se realizarán para elegir gobernador e intendentes en el principal distrito del país, tiempo en el cual las guerras libradas en los diferentes feudos habrán de arreciar.
    Si uno se da una vuelta por Lanús, por ejemplo, tendrá algunas de las más acabadas muestras de esas contiendas comenzadas hace poco, y que no se remiten sólo a guerras de afiches precisamente.
    En el municipio comandado desde hace más de veinte años por el octogenario Manuel Quindimil, que aspira a otra reelección y, muy probablemente, a encontrar el fin de sus días dentro de la Municipalidad, el eterno intendente tiene como contrincante más destacado al odontólogo y concejal del kirchnerista Frente para la Victoria (FPV) Darío Díaz Pérez. Pero como, según el “Martín Fierro”, “el diablo sabe por viejo pero más sabe por diablo”, Quindimil ha inundado Lanús con afiches en que se lo ve abrazado con el presidente y, como corresponde, ambos desbordando sonrisas. Es que “Manolo”, como se lo conoce popularmente en su ciudad y en todo el peronismo, también optó por abrocharse al kirchnerismo, sobre todo a partir de los fondos “K” que llegaron a las arcas municipales para encarar diversas obras postergadas por el intendente, que dicho sea de paso recauda y recauda pero, según afirma, “la plata nunca alcanza”. Esto después de que, hace menos de un año atrás, Quindimil despotricara ácidamente contra el presidente y su esposa, tildándolo a él, entre otras cosas, de “montonero h... de p...” y sugiriéndole a Cristina que mejor se hubiera quedado como senadora por Santa Cruz.
    Esta súbita adhesión del intendente local al kirchnerismo, más la aparentemente  benévola y condescendiente respuesta presidencial, hizo que Díaz Pérez quedara algo compungido en lo que considera una indiferencia de Kirchner hacia él, que también había diseminado afiches en los que, siempre con las exageradas sonrisas políticas mediante, aparece como colgado del presidente dada su corta estatura. De todas maneras tanto uno como otro saben que Kirchner es de jugar con dos y hasta tres listas al mismo tiempo para asegurarse un triunfo electoral. Algo que no le resultó en Tierra del Fuego, donde imprevistamente para muchos se le coló Fabiana Ríos con el ARI, pero que al menos a nivel municipal puede llegar a darle alguna satisfacción.
    Por otra parte, tanto Quindimil como Díaz Pérez vienen intercambiándose diatribas de variado calibre a través principalmente de sus respectivos punteros y en los medios gráficos y radiales de la ciudad, aunque de un tono menor. Hay otras cuestiones de aristas mucho más graves que les ha alterado la calma a ambos en los últimos días.


¡Ay, Maruja!

    Mientras el concejal del PJ Omar García acaba de disparar contra el candidato del FPV, Darío Díaz Pérez, acusándolo de tener relaciones con un empresario vinculado a la última dictadura militar y de financiar su campaña electoral con la ayuda de un traficante de drogas de Monte Chingolo, afirmando tener “pruebas y fotografías que presentará a la Justicia”, un hecho grave tuvo como protagonista –si bien no es la primera vez- a una veterana concejal muy ligada a “Manolo” Quindimil.
    El pasado 20 de junio, en medio de un operativo con inusitado despliegue policial, que incluyó el sobrevuelo de helicópteros, la Policía Federal además de la Bonaerense y hasta el Grupo GEO, y que duró ocho horas, fueron allanados en Lanús los dos domicilios -el particular de la calle Viamonte al 3700 y una unidad básica- de María del Carmen Bodelo, más conocida como “Maruja”, una concejal justicialista que acompaña a “Manolo” Quindimil desde la primera hora, es decir hace veinte años. El procedimiento fue realizado en el marco de la Causa 752.483 por orden de la Unidad Fiscal de Investigaciones (UFI) 21, de Lomas de Zamora. Su motivo: tráfico, venta y comercialización de estupefacientes.
    Dicen algunos que lo escucharon que el anciano intendente de Lanús estaba a los gritos repitiendo: “¡No aguanto más!, ¡primero con la leche y ahora con las drogas!”. Lo de la leche viene a cuento por una maniobra anterior, en el 2005, realizada por la traviesa de Maruja con unas partidas de leche que recibía del ministerio de Desarrollo Social y que la concejal debía encaminar hacia los Planes de Alimentación. El caso es que varias de esas cajas de leche, rotuladas con la leyenda “Prohibida su venta”, eran desviadas hacia la Heladería Serú, ubicada en la zona de Villa Diamante donde reside Maruja Bodelo y propiedad de un amigo de ésta.
    Según indica el abogado y periodista lanusense Silvano Lanzieri en el sitio digital “Política del Sur”, el Director de Industria de la Municipalidad, Jorge Sívori, declaró  en la oportunidad -intentando aclarar una situación que en realidad oscureció- que “el dueño de la heladería Serú, José Gislak, siempre fue un colaborador y como tal había aceptado un pedido de la concejal Maruja Bodelo, que le entregó la leche para hacer helados que se repartieron en una actividad (de su unidad básica) en el Día del Niño”. Sin embargo, sostiene Lanzieri, “la versión de Gislak muestra problemas para su ubicación en tiempo y espacio: el Día del Niño es en agosto, pleno invierno, y según los testigos la leche la habían descargado desde un camión con la inscripción del municipio de Lanús en vísperas de Navidad”. Detalles que no tienen en cuenta aquellos funcionarios que saben bien que sus corruptelas siempre van a terminar amparadas por “el jefe”, en este caso el titular de la comuna.
    Y como si todo esto fuera poco, diría un vendedor ambulante en los transportes públicos, Maruja Bodelo tuvo otros antecedentes en materia de “distracción” de ciertos elementos. Tal el caso de los robos de unos tirantes de ferrocarril y hasta de adoquines de calles de Remedios de Escalada, a fines de la década del ’90. Y como dicen que “de tal palo tal astilla”, el hijo de esta perenne concejal, Andrés Avila, cuyo padre fue secretario de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad, fue detenido en junio del 2003 cuando lideraba una banda de asaltantes y salía de una casa de música, en pleno día, con un piano que había robado. Como dijimos en la nota “Lanús, La Casona y el entorno mafioso” en diciembre del año anterior, al referirnos a este último tema: “Todo un exceso de confianza si pensaba que no lo iban a ver...”.
    Ocurre que a estos impresentables en realidad no les importa un bledo que los vean. Ensoberbecidos por la impunidad que les brinda la protección que viene “desde arriba”, están acostumbrados a cometer sus tropelías en muchos casos a la vista de todos. Un ejemplo de ello es el mencionado desvío de las partidas de leche para niños incluidos en un Plan Alimentario, cuya descarga en la heladería de un amigo de Maruja Bodelo se hacía desde camiones de la propia Municipalidad de Lanús.
    Por otra parte, ¿en qué terminó el tan amplio operativo policial en los dos domicilios pertenecientes a la corrupta concejal “manolista”?. Lo dice también Silvano Lanzieri desde su nota en “Política del Sur”: “Según el capitán de la comisaría 5ª, Antonio Gil, el operativo fue un éxito: se encontraron dos sobrecitos de droga. La pregunta es obvia: ¿ocho horas de operativo para encontrar dos sobrecitos?. ¿Por qué no se cercó toda la manzana para evitar que el material buscado fuera tirado a la casa de algún vecino cómplice?. ¿Será cierto lo que dijo una alta fuente judicial:’Nos vacunaron; este procedimiento es una vergüenza?’”.
    Hay que destacar que la citada comisaría es una de las más desvergonzadamente corruptas del municipio, y es sindicada entre otras hazañas de liberar el robo y desarmado de automotores y, hace pocas semanas, hasta de vender líneas de televisión por cable que a su vez había “enganchado” en la propia seccional.
    Cabe señalar que en la zona de Villa Diamante trabajan arduamente desde hace algún tiempo las denominadas “madres del paco”, que vienen desarrollando una tesonera lucha para salvar a sus hijos del flagelo de ésa y otras drogas. Incluso, a veces en compañía de otros vecinos y haciendo guardia día y noche, han llegado a circular disfrazadas por la villa, arriesgando sus vidas, y han obtenido varios testimonios filmados que demuestran la existencia de una red narcopolítica.
    Pero todo parece inútil en el feudo de Quindimil. Después de sus primeros gritos al enterarse del allanamiento sufrido por su fiel concejal, al geronte intendente se le pasó pronto el enojo, reunió a su entorno –en un principio también despavorido-, le ordenó hacer “silencio de radio” sobre el tema y dijo: “Pobre Maruja, es víctima de una maniobra política”. Tras cartón, dispuso que se publicaran los hipócritas comunicados de prensa de siempre con el objeto de desviar la atención.
    Mientras las “madres del paco”, llorando, denunciaban en una emisora local una vez más cómo la basura de la droga se llevaba a sus hijos a un mundo del que no se vuelve, la prensa escrita se refería a la creación, por parte de Quindimil, del Consejo de Promoción de los Derechos del Niño y a la “ardua tarea desarrollada desde su gestión con el objetivo de atender las necesidades del niño y la familia, de manera acorde a los tiempos que corren y contemplando las problemáticas de la sociedad actual, algo en lo que el Estado no puede estar ausente en estas circunstancias”.
    Otro velo de hipocresía, siempre listo para cubrir los múltiples desaguisados de los funcionarios municipales y desviar de las miradas de los ciudadanos lo que de todas maneras es vox pópuli hace tiempo en Lanús: que el delito en sus diversas facetas -sean asaltos, robos de automotores o drogas- tiene el camino libre y los salvoconductos que le otorgan el “amo del feudo”, su entorno y la propia policía a su servicio.


Otros partidos, otros ámbitos

    Quienes en Lanús se mantienen calmos, serenos, alejados de toda intención de entrar en agravios, tal como hiciera su jefe partidario en toda su campaña, mientras prosiguen disfrutando las mieles del gran triunfo en la Ciudad de Buenos Aires, son los integrantes del PRO local.
    Con suma tranquilidad y paciencia vienen haciendo conocer al electorado a su candidato a intendente, el contador Néstor Grindetti. Presidente del Consejo Ejecutivo de la Fundación “Creer y Crecer”, que lidera Mauricio Macri, Grindetti es un antiguo residente de Lanús que además ha tenido actuación en otros ámbitos, como por ejemplo haber llegado a ser director del Banco Ciudad.
    Si bien muchos lo sindican como el futuro secretario de Hacienda de Macri cuando éste asuma el gobierno porteño en diciembre próximo, antes Grindetti quiere lanzarse con todo a la campaña por la intendencia lanusense. En sus huestes se sostiene que tiene el suficiente tiempo como para, antes de aceptar el importante cargo capitalino, intentar capturar el bastión que tan largamente viene estando en manos de Manuel Quindimil.
    Por el lado de capital provincial, La Plata, al gobernador Felipe Solá le vienen haciendo salir más “canas verdes” de las que ya tiene los legisladores, dada su parsimonia y su escasa actividad parlamentaria.
    Uno de los ejemplos más notorios lo brinda el senador justicialista José Amondarain, quien al decir de algunas fuentes platenses “tiene más viajes fuera del país que horas sentado en su banca”. Según consta en la Dirección Nacional de Migraciones, el senador definido como “ultrafelipista” realizó, en lo que va de este año 2007, cinco viajes al exterior, entre ellos a Perú, Colombia, Brasil, Chile, Italia y España, y en los últimos siete años lleva en su haber nada menos que 40 viajes a distintos puntos del planeta, repitiendo visitas en dos ocasiones a Estados Unidos, Panamá y Chile sólo en el 2006. Es lógico dudar de que los motivos de tantos periplos tengan que ver con su actividad parlamentaria.
    Además de connotado viajero, el senador Amondarain ha sido protagonista de algunos problemas. Oriundo de Necochea, fue funcionario de ese municipio y, según se comenta allá, debió partir con cierta urgencia de esa ciudad debido a un serio escándalo de índole sexual. Además contabiliza en su haber algunos aprietes a la prensa cada vez que ésta informa sobre su persona y su paupérrima gestión legislativa. Tal lo que le ocurrió a la Agencia Nova, un medio digital platense, en varias oportunidades.
    En suma, como hemos visto hasta aquí, no son pocos los malos ejemplos que nos brindan intendentes, legisladores, funcionarios y dirigentes políticos bonaerenses de variado pelaje, quienes parecen empeñados en convertir a la política -considerada alguna vez como “el arte de lo posible” por cierto pensador riojano ahora venido a menos- en una herramienta sólo útil para satisfacer sus propios intereses. Y, por supuesto, a sus hambrientos bolsillos.

 

Carlos Machado

 

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