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El GEN se suma a Juntos: ya no existe el amplio espacio de la centroizquierda

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La centroizquierda quedó muy mal herida y con el rumbo totalmente perdido
La centroizquierda quedó muy mal herida y con el rumbo totalmente perdido

El siempre gaseoso progresismo argentino acaba de reconocer que dejó de existir ese “amplio espacio de centroizquierda” que trató de poner una cuña política entre las corrientes de pensamiento nacionalistas y liberales, que han dominado la política Argentina desde la segunda mitad del siglo XX hasta ahora. La firma del acuerdo del GEN para pelear en la interna de Juntos, de la mano del radical Facundo Manes, es la señal.

 

Gaseoso, porque en rigor, lo que se denomina progresismo o centro izquierda en Argentina nunca estuvo muy claro ni para los dirigentes, ni para la propia militancia. Para algunos, la centroizquierda sería algo así como un peronismo, pero sin sus supuestos vicios, es decir, un peronismo sin populismo. Para otros, la centroizquierda forma parte de la “corriente nacional y popular" …es decir, ser de centro izquierda es como ser nacionalista, pero sin rasgos fascistoides. Algunos se pueden sentir herederos de la izquierda de los años 70 y para otros se corresponden con los postulados de la Internacional Socialista, en la que están anotados el Partido Socialista y la UCR. Sí se puede asegurar que la centroizquierda no tuvo un proyecto político y económico claro y propio, y por ello, su oferta ante los ciudadanos se fue diluyendo. Ahora, sus principales figuras exponentes terminan volviendo al redil antiperonista, que lidera el PRO. Anteriormente, otros se pasaron al peronismo al que criticaron toda su vida militante.

Se puede afirmar que la última vez que la centroizquierda pudo armar lo más parecido a un programa político y económico para impulsar el desarrollo del país fue hace mucho tiempo. Fue el 1ro de diciembre de 1985, cuando el entonces presidente Raúl Alfonsín pronunció el discurso de Parque Norte, dirigido al Comité Nacional de la UCR. En ese discurso planteó, la necesidad de la modernización de la estructura económica nacional. Se animó a abordar el problema central de la Argentina: La necesidad de desmontar el modelo de sustitución de importaciones y alta intervención del Estado a través de empresas públicas quebrado en 1976 y reemplazarlo por un esquema más moderno dentro de lo que era el desarrollo capitalista. 

Fue el intento de resolver por “izquierda” la quiebra del ordenamiento macroeconómico que estuvo vigente desde el gobierno de Arturo Frondizi hasta el tercer gobierno peronista, es decir, darle más oxígeno al Estado, privatizando las quebradas empresas estatales y ordenar el frente fiscal. Pero ya se sabe que Alfonsín “no supo, no pudo o no quiso” completar la tarea.

Desde ese momento, la centroizquierda quedó muy mal herida y con el rumbo totalmente perdido. Arrimó un acuerdo con los peronistas disidentes del menemismo en los 90’ para llevar a la presidencia a Fernando De la Rúa, quien llegó al cargo sin un programa sólido para encarar el problema de la convertibilidad y terminó en un verdadero desastre.

Frente a ello, los socialdemócratas se dispersaron. Algunos abandonaron el barco de la UCR y se armaron en el GEN, con Margarita Stolbizer, y en el ARI, en la etapa de izquierda de Elisa Carrió. Por otro lado, los socialistas de Santa Fe cobraron notoriedad al ganar la provincia. Durante años, todo parecía indicar que habría un “espacio progresista” que se enfrentaba al peronismo, pero sin caer en el pecado original del “gorilismo” que tanto avergüenza todavía a algunos progresistas.

La irrupción del kirchnerismo fue otro golpe. El espacio del “progresismo” dejó de estar  en ese conglomerado de partidos socialdemócratas,  y se trasladó hacia el campo del “nacionalismo popular” dentro del peronismo. Ser progresista pasó a ser casi sinónimo de peronista setentista.

Carrió fue la primera que captó el cambio y tempranamente. Traicionó a los dirigentes de diferentes espacios de izquierda que había convocado al ARI, para convertirse en una dirigente liberal en el Coalición Cívica (CC) . Dejó el poncho y la cruz que la caracterizaban en los años de la crisis de la Alianza, y volvió a tomar la apariencia de señora de Barrio Norte.  Otros radicales se fueron integrando al kirchnerismo. No eran figuras de primer nivel, la mayoría nucleados en el eterno sello de goma FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina), que es reflotado periódicamente por militantes del centenario partido que se quieren pasar al PJ, teniendo algún sustento moral y doctrinario que los avale, y sin sentir por ello que traicionan los ideales de toda una vida.

En estos últimos años a muchos dirigentes de centro izquierda les costó asumir que ese espacio “social demócrata” no tiene casi relevancia entre la sociedad. Para el ciudadano de a pie no quiere decir absolutamente nada el propio término “socialdemócrata”. Se trata tan sólo de una discusión de militantes que se chicanean enrostrando agachadas morales. Muchos en el centro izquierda argentino piensan como si el escenario político local fuera Europa. Allí hay partidos liberales y partidos socialistas que se alternan en el poder manteniendo los elementos básicos del modelo de desarrollo capitalista. Por ello parece inconcebible que hubiera una alianza entre socialdemócratas y demócrata cristianos. 

Pero a diferencia de Europa, en Argentina existe el nacionalismo que es muy fuerte y activo, que es una corriente filosófica y política de otra raíz, al que tanto liberales como socialistas han visto como un peligro.  En el viejo continente el nacionalismo puede que no tenga atractivos, porque trae malos y amargos recuerdos. Los nacionalismos europeos representan el desastre de una guerra con 50 millones de muertos y el genocidio de 6 millones de judíos. En cambio, en Argentina, encarnado por Juan Domingo Perón, quedó asociado a años de abundancia económica. El nacionalismo argentino logró borrar del mapa al sindicalismo de izquierda, que hasta 1943 fue fuerte y de gran actividad, y logró que la clase obrera argentina se hiciera nacionalista, como lo fueron los sindicatos italianos durante el fascismo. Recién en las últimas décadas los nacionalismos de Europa han resucitado expresando el cansancio de la gente por la falta de perspectivas.  

En Argentina, por décadas se ha mantenido y sigue vigente la misma pugna entre el proyecto político nacionalista y el proyecto liberal, tratando de imponerse uno sobre el otro. Pero se tiene que entender que por “proyecto liberal” se hace referencia fundamentalmente al ordenamiento institucional emanado de la Constitución Nacional de 1853 y su reforma de 1994. Tanto socialdemócratas como liberales comparten la misma raíz filosófica, en ver a la Democracia, las instituciones, la división de poderes, la alternancia en el poder, como valores en sí mismos.

Así, el espacio liberal argentino fue liderado por radicales hasta la irrupción del PRO de Mauricio Macri, con una oferta electoral renovada, se presentó claramente como la opción. El partido capitalino ofreció un discurso republicano, desde lo político, y pro mercado en el plano económico, insistiendo en que el país tenía que alinearse claramente con Occidente y favorecer a las inversiones y fue una clara propuesta contra el gobierno peronista. Al PRO no le importó nunca definirse como “progresista”, aunque sus políticas económicas hayan quedado lejos de ser liberales, según lo entienden los economistas de esa corriente de pensamiento. Para la nueva fuerza ser “progresista” no quiere decir nada.  Es más, es contraproducente para juntar votos entre su base electoral.

Mucho más pragmáticos que los dirigentes del Partido Socialista, los de la UCR entendieron que la tabla de salvación del centenario partido era el acuerdo con “la derecha” del PRO. Había muchos intendentes en las provincias y algunos gobernadores que necesitaban mantener sus espacios y si el partido no les ofrecía una alternativa competitiva, iban a terminar abandonándolo. El acuerdo consagrado en la Convención Nacional de Gualeguaychú les vino perfecto y significó para la UCR la vuelta hacia alguna de las tradiciones partidarias anteriores a Alfonsín, es decir, el balbinismo y anteriormente, la impronta de Marcelo T de Alvear. 

Todo indica que el campo “liberal” se reconfigura este año con la integración de liberales, socialdemócratas, algunos nacionalistas y radicales. La interna de Juntos en la provincia de Buenos Aires puede significar además una vuelta de la UCR a un primer plano dentro de ese espacio. 

A poco más de 20 años del desastre del gobierno de la Alianza, que se podría ver como el último gobierno con impronta “socialdemócrata” de la historia reciente, el espacio liberal se reconfigura. Todo lo que antes estaba junto bajo el mismo paraguas del radicalismo y que por años estuvo desperdigado en “pymes” políticas parece encontrar un mismo cauce. Las legislativas de este año pueden significar entonces la consolidación de ese espacio con vistas al 2023… Los une la necesidad de frenar al nacionalismo,,, falta un programa político y económico.

 
 

11 comentarios Dejá tu comentario

  1. Así que “menen y caballo pusieron orden, nos dieron casi una década sin inflación”. Solo a quien le importa más su bolsillo que el país puede llegar a esa reflexión. Los reyes del decretazo no podían hacerlo de otra forma que“por decreto”, se fijo un tipo de cambio que perjudicaba a la industria nacional favoreciendo a la importación, todo para disfrazar de alguna manera el prometido salariazo, pues con productos más baratos mejoraba el poder adquisitivo sin necesidad de aumentar salarios. Para los amantes de estos 2 engendros, recuerden que para sostener ese 1 a 1 empeñaron hasta las joyas de la abuela e hipotecaron la casa, RECUERDEN: malvendieron todas las empresas del estado, hasta las que no daban pérdidas, hasta las que pertenecían a defensa, poniéndolas en menos extranjeras, garantizándoles un mínimo de ganancia, permitiéndoles el despido masivo de personal, indemnizado por el estado Y pensar que cuando Alfonsin quiso privatizar, no pudo porque el peronismo le voto en contra, argumentando que era vender el patrimonio nacional, nuestra soberanía y los acuso de traidores a la patria, “SI” los mismos que después se vanagloriaban de haberlo hecho. Las empresas nacionales no podían competir con las porquerías baratas que traían de china, o se hacían importadores o cerraban. Eso trajo un desempleo despiadado. Yo vivía en Quilmes por aquellos años y me toco ver el desagradable espectáculo de como cerraban empresas, donde en algunas de ellas trabajaban miles de obreros, como Bernalesa, Platex, Jonson, Edison, Inyecta, Orbea, Rodya Z, muchas terminaron convirtiéndose en maxi mercados extranjeros. Dejo el país casi sin industria propia, los servicios y la explotación (saqueo) de nuestros recursos naturales en manos de empresas extranjeras, desarmo el ejercito, destruyó las fábricas militares que estaban en pleno desarrollo, hoy estamos totalmente indefensos. Incrementaron la deuda externa en más de 90.000 millones de dólares (123% más de lo que dejo Alfonsin). Con la reforma educativa destruyeron la educación, el nivel académico termino por el piso. Argentina nunca llego a ser un gran país, aunque siempre tuvo potencial, lo más cerca que estuvimos, fue durante el 1º gobierno de Perón, 4 miserables años, pero pese a todo, a las dictaduras, malos gobiernos, inflación, devaluación, teníamos un país estructurado funcionando, con cierta autonomía y presencia en el mundo, menen y caballo se encargaron de destruir en 10 años lo que había costado construir con el esfuerzo de más de 100 años de trabajo. (Esto es solo una síntesis muy resumida de lo que estos HDRP hicieron para cagarnos la vida, da para escribir un libro tan grande como la biblia).

  2. Correcto Roberto, agrego que las empresas públicas (Ferrocarriles, Gas; Petroleo, Siderúrgica, AA, Flota Mercante, Astilleros) estaban valuados por el Banco de Londres con el tasador que enviaron a Argentina, Lord Montgomery, recibido con salvas de cañones y aplausos por el inefable Bernardo Neustad, como "Amigo de la Casa" (SIC) en un millón de millones de dólares y vendidas el previo vil del 2,5 % de ese monto, con bonos devaluados que cotizaban entre el 13 y 17 % y reconocidos al 100 % pero ese dinero ni siquiera ingresó. Menem, con dos condenas FIRMES, le seguimos pagando el sueldo hasta su muerte sentado, a veces, cuando convenía para votar, en el Honorable Aguantadero de la Nación. Por el resto, Roberto, bien didáctico.

  3. Exigente, muy de acuerdo en todo. Izquierda / zurdos y derecha son términos relativos y atrasados. Prueba cercana son el gobierno anterior (la mitad lo catalogaba de derecha y la otra mitad de izquierda) así como con este gobierno. En este gobierno HAY zurdos, tanto es así que el partido comunista es parte aliada de la coalición FdT, pero la conducción del gobierno es una asociación ilícita sin ideología alguna. Y en gran parte es cierto lo que dice Roberto. Fuimos una potencia de la mano del liberalismo. Y los que circulen por CABA verán que los edificios más emblemáticos de la ciudad, los más majestuosos ( Cancillería, CCK) fueron construidos por liberales. Pero hoy, después de tanto relato peronista la palabra liberal ha sido estigmatizada. Ud. revaloriza a Menem y a Cavallo, yo no, ni siquiera ellos fueron liberales porque ningún liberal hubiera atado la moneda del país al dólar. Además del afano generalizado, sus privatizaciones fueron muy mal hechas. En cuanto a Alfonsín, en economía fue malo, (hoy muchos alaban a lavagna, cuando fue el ideólogo del plan austral, un total fracaso) pero en su momento Alfonsín tuvo una tarea muy importante y exitosa: desinstalar la dictadura y la mentalidad que subyacía, en momentos en que los militares conservaban todo su poder, no como el nabo / ventajero del virolo bajando un cuadro, sino poniendo el cuerpo. Y Alfonsín cumplió con ESA PARTE, nada más, y no fue poco. Además fue HONESTO. Ojalá, el pueblo entienda el riesgo enorme que corremos con las elecciones próximas, porque estos NO NOS VENDEN POR IDEOLOGÍA, sino por plata. Se quieren quedar con el país, y si para ello precisan regalar parte del territorio nacional lo van a hacer como ya lo hizo la yarará, cuando acordó con Chevron en Vaca Muerta, con la Barrick Gold en San Juan, Irán con la AMIA y con los chinos en Neuquén.

  4. No quiero ir contra ningun comentarista en particular, cada cual tiene su mirada. Lo que pasó con Menem, fué achicar el Estado, ya que el Estado no tiene nada que hacer cuando lo puede hacer un particular. Claro que muchos protestaron porque se les acababa el curro de vender cosas inutiles fabricadas en el Pais, controlando los dolares, endeudando el Pais, es decir pescando en una pecera. Soy liberal, y por supuesto anti-peronista, pero valoro lo hecho por Menem en economia, hasta que siguio endeudandose y elevando el riesgo, fué cuando Cavallo se retiró. En cuanto al dr. Alfonsin, no era el elegido, el verdadero presidente era Borrá, Ministro de defensa, era quien le daba las ordenes al gallego charlatan, y como falleció Borra, nos quedamos con el charlatan de feria. Nos quedamos con el DNU 158 que ordeno, ilegalmente juzgar a los milicos por orden presidencial es decir anticonstitucional, trajo los famosos planeros, el PAN, y tantos disparates. Yo juzgo con mi optica solo los resultados. Recuerdan Punto final y Obediencias debida, dos errores radichetas, pero peor fue la ANULACION de esas leyes, promovidas por la Dra. Carrio, que permitio sean los que nos trajeron la libertad, sean juzgados nuevamente, acabaron con los militares, hoy pueden dar rienda librfe a sus proyectos, que no hay nadie para pararlos.. Es lo que hay. En cuanto a las " empresas " que se fundieron, lo lamento sino podian competir, la solución es fundirse, a menos las maneje el Estado, y nos traigan los imposibles perdidas anuales como Aerolineas Arg, del orden de los 700 palos verdes por año. Eso es lo que quieren algunos fundamentalistas del Estado? En cuanto a los valores de los FFCC fué un negocio peronista, eso lo saben todos, hasta Cafiero admitio que fué una " solucion politica " cambiarlos por la deuda del Reino Unido a la argentina, cuando todos sabiamos que era mas caro levantar las vias y llevarselas, y nos dejaron maquinas recontra usadas, pero Peron choco con el FFCC argentino, y vendió. Recuerdo mis charlas con diputados oficialistas que puteaban contra RA, y al final terminaban..." es mas zurdo que el peor zurdo .." eso era Alfonsin. Al que le cabe aquel cuento de gallegos,.." se tiro al vacio, y cayó afuera..." El radical que tenia personalidad y decencia fue el Dr. Illia, de otro, habra, pero no me recuerdo. RA se apropio hasta de la Coordinadora radical, la cual fué fundada por Borrás. En cuanto al tema izquierda y derecha, proviene de la epoca de la rev.francesa, y en eso somos todos de izquierda, es decir los que queriamos y sostenemos un Estado moderno dividido en 3 poderes PE que dirige, PL que hace las leyes y PJ que aplica la ley, la CN, y mantiene vigilancia sobre los demas poderes para evitar los excesos que genera a veces el tener poder, la derecha queria el rey, o un soberano, o un virrey que siga controlando. Por eso hoy digo, los republicanos que siguen con los mismos ideales de libertad, y el zurdaje, que apuesta a la pelotudez del lenguaje inclusivo, al aborto, al casarse entre el mismo sexo, a los planeros, a los okupas, y los cientos de sellos de goma que quieren vivir sin trabajar y que el Estado los mantenga, con impuestos al que trabaja, o con inflacion y papel pintado.

  5. Le aclaro jerinqueg, que no estoy con una apertura de la economia como la que hizo Martinez de Hoz cuando por la Circular 6 abrio las importaciones y el BCRA proveeia los dolares a precio artificialmente bajo, para frenar los precios (no la inflación) Pero en epocas que asume Menem se encontro con que la industria argentina se habia desarrollado con un regimen autarquico, sin tener en cuenta la competencia internacional, y mantenido artificilmente con altisimas protecciones. Ademas la ind.nacional cargaba las leyes sindicales, sistema restricctivo financiero y tasas de interes absurdamente altas, y una serie de restricciones burocraticas absurdas y paralizantes. NO QUIERE ESO PARA EL PAIS. Menem lo explico, que no queria continuar con este sistema, sin crecimiento y con costos altisimos. Lea el decreto 817 . Por eso privatizo, puso aranceles con reducciones importantes, y modernizó el sistema productivo. Habia que seguir a Chile que cada año bajaba sus aranceles y se habia convertido en exportador de industria. Alfonsin habia dejado una hiper de mas de 400% anual, y nada de crecimiento. Por ello el gobierno de Menem promovio la actualizacion de maquinaria industrial modernizando estructuras y aumentando la eficiencia. Lamentablemente el costo fué que algunas empresas tuvieran que cerrar, eran las ineficientes, o las sobreprotegidas. Ud,. me dice que yo miro mi bolsillo, pero el que salio a flote en esos primeros años fué el Pais, las Empresas, y los que apostaron al crecimiento. Lamentablemente al final el Estado se siguio endeudando faltando la acertada direccion economica de Cavallo. Esa es mi mirada de lo sucedido.

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