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La columna de Estilo y Ortografía de TDP: tres de los errores más comunes y naturalizados en la redacción

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Errar es humano, pero no periodístico
Errar es humano, pero no periodístico

Nota de José Calero del 12/07/21 titulada «Guzmán, Georgieva y una buena sintonía que aún no alcanza para un acuerdo con el FMI»

 

“Y alimenta las dudas de un mercado al que sólo conmueve tener claros cuáles son los números”.

En 2010, cuando salió al público la última Ortografía editada, muchos se escandalizaron con la “novedad” de que ni solo ni los pronombres demostrativos debían ya llevar tilde. Muchos escritores y redactores siguen utilizándola —por hábito, rebelión, ignorancia, elitismo o lo que sea— y, en la práctica, cada editorial y manual de estilo resuelve la cuestión de forma muy personal; por lo general aplicando el criterio de la homogenización (sea que se use o que no se use, aplicar esta regla siempre) o el de la usabilidad (lo que resulte más amigable para el lector).

Lo interesante es que, en rigor, este caso de tilde diacrítica nunca fue correcto y muchos académicos así lo han expresado desde hace casi cien años. La tilde diacrítica, en primer lugar, apareció para diferenciar palabras que se escriben igual, pero que se diferencian en ser tónicas o átonas, como por ejemplo el (artículo) de él (pronombre). La tilde para diferenciar solo (adjetivo) de sólo (adverbio) fue introducida por la RAE en 1880 para resolver situaciones de anfibología o ambigüedad, aunque nunca se ajustó a la regla de la tilde diacrítica, pues las dos palabras son igualmente tónicas. Su uso se proponía como obligatorio solo para resolver casos de ambigüedad en las normas ortográficas de 1959 y en la Ortografía de 1999.

En el artículo del 2016 “Sobre la tilde en solo y en los demostrativos” del boletín de la RAE se enfatiza que las reglas generales de la acentuación (y el sistema de la acentuación ortográfica) se diseñaron para resolver el puntual problema de determinar el acento prosódico tanto en la lectura como en la escritura, no para “resolver posibles anfibologías léxicas”. Por ejemplo, al decir “Vino de Mendoza” hay al menos dos sentidos posibles (vino como verbo y vino como sustantivo) que no se distinguen por medio de la tilde diacrítica.

En 1925 el gran don Tomás Navarro Tomás argumentaba lo siguiente en su obra Palabras sin acento: “Debería suprimirse, en beneficio de la claridad y sencillez de la ortografía, el uso, contrario a la pronunciación, de escribir solo, adverbio, con acento y solo, adjetivo, sin él. Con esta idea coincide José Martínez de Sousa, otro gran catedrático, en su edición del 2004 de Ortografía y ortotipografía del español actual: “En lo referente a solo/sólo, la Academia sigue sin admitir que el oficio de esta palabra lo manifiesta el sentido y que este depende del contexto, de manera que con tilde o sin ella la palabra solo significará una cosa u otra según el contexto en que esté utilizada”.

 

Nota de Emilia Ferragni del 13/07/21 titulada «¿Qué pasará con el dólar luego de las nuevas restricciones? Datos para entender»

(…) el SENEBI duplicó el volumen de negocios habitual, que hasta la semana pasada promediaba los $80.000 millones diarios, para saltar a un impensado nivel de $160.000 millones”.

(…) entre las que el tope mensual de US$ 200 por persona es solo una de una amplia serie”.

Con respecto al uso del símbolo monetario, la Ortografía actualizada indica que es correcta tanto su escritura pospuesta como antepuesta. En España se prefiere la forma pospuesta y con separación, como es normal con el resto de los símbolos: 20 km, 35 $, 40 €, etc. Sin embargo en América se prefiere —quizás por influencia anglosajona— el uso antepuesto y sin separación: $35, €40.

Los símbolos trilíteros de las monedas (USD, EUR, etc.) se escriben siempre con espacio de separación, ya sea que se coloquen de forma antepuesta o pospuesta: 40 ARS, ARS 40. El uso de híbridos como US$, que combinan signos alfabetizables con no alfabetizables, se considera incorrecto.

 

Nota de Graciela Miriam Catalán del 15/07/21 titulada «Inflación: el índice de precios al consumidor del mes de junio fue de 3,2%»

“Acumuló en los primeros seis meses del año en curso una variación de 25,3% y una variación interanual total nacional de 50,2%”.

La Ortografía actualizada indica también, en su apartado sobre expresiones numéricas, algunos parámetros para el uso de los porcentajes y del signo correspondiente. Mientras que la locución por ciento puede acompañar tanto a cifras como a palabras, el símbolo % solo debe emplearse cuando el porcentaje se escribe con cifras.

Cuando aparecen varios resultados coordinados, el símbolo % suele colocarse solo tras la última cifra: “Entre el 60 y 70 % de los habitantes” o “Entre el 60-70 % de los habitantes”. Sin embargo, en textos de índole técnico o científico es preferible repetir el símbolo para evitar cualquier posibilidad de confusión: “Entre el 60 % y el 70 % de los habitantes”.

¿Por qué se escribe con espacio de separación? Nuevamente, porque esta es la norma de uso para la escritura de símbolos. 35 km, 18 kV, 83 cm, etc. Aunque es frecuente ver, en particular, el símbolo % escrito sin separación, así lo pide la norma establecida por la Oficina Internacional de Pesos y Medidas.

 

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