Lo venimos diciendo desde un principio: Marcelo Figueiras es solo un intermediario en el negocio de las vacunas Sputnik. No produce, ni el principio activo ni las dosis.
Lo primero le llega desde Rusia; lo segundo lo hace el laboratorio MR Pharma. O sea que el dueño de Laboratorios Richmond solo está en el medio de la cosa. Sin precisiones respecto de su participación.
En una negociación oscura, que el propio Daniel Gollán reconoció que la impulsó el gobierno argentino para beneficiarlo.
Ahora, a todo lo ya publicado por Tribuna de Periodistas, se suma la famosa carta de Cecilia Nicolini, aquella que le envió al encargado del Fondo de Inversión Rusia que administra la venta de la Sputnik.
Según Carlos Pagni, la misiva tuvo un párrafo que pasó casi inadvertido, que no habla mal del Gobierno ni habla mal de Nicolini, “sino de la opacidad con la que se mueve Rusia en este campo. Opacidad que ya produjo un escándalo en Medio Oriente por la aparición de intermediarios en la compra y venta de la vacuna”.
En ese párrafo, Nicolini dice: “Me gustaría agregar que alguien de su equipo de producción le está pidiendo al laboratorio Richmond que le solicite al Ministerio de Salud argentino que le haga la factura y que reciba el pago completo por las dosis producidas acá”. Es decir, que Figueiras y Richmond funcionen como intermediarios.
Analiza Pagni: “No que Figueiras produzca la vacuna, se la entregue al Fondo de Inversión Ruso y que este, como está pactado en el contrato, se la siga proveyendo al Gobierno argentino. No, ahora quieren que el que cobre sea Figueiras. Gran signo de interrogación sobre para qué quieren ahora un intermediario”.
En la carta, Nicolini le dice ante esa información que no pueden modificar el contrato y aun menos tener un intermediario local y tener que pagar una suma adicional en impuestos. Además, Nicolini aclara que podría generar un gran problema político con la opinión pública que no podrían enfrentar.
“Nosotros estamos siempre dispuestos para encontrar soluciones, pero nunca fuimos informados oficialmente por ustedes para estudiar esta opción, todavía no tuve información oficial de parte de Rusia”, agrega. Aunque, difícilmente la tenga porque lo que le están proponiendo es un negociado. El Gobierno dice que hay un tema de impuestos, pero ella dice algo muy concreto: “Vino alguien de su equipo a hablar con Figueiras”.
“En este momento, esta información que pone por escrito Nicolini en su carta estará siendo festejada por cancillerías como la de Estados Unidos y el Reino Unido, países frente a los cuales Rusia levanta su vacuna como una especie de bandera de combate. No hay que olvidar que la vacuna para Rusia es un instrumento de marketing en el tablero geopolítico internacional. Este es uno de los datos de esta polémica con Rusia”, culmina Pagni.
Algo huele mal en Dinamarca, diría Shakespeare.