Un hipotético enfrentamiento bélico con los trasandinos sería una tragedia para la Argentina. ¿Cuál es la razón?
Chile ha desarrollado en las últimas décadas un reaprovisionamiento permanente de sus Fuerzas Armadas mientras nosotros hemos convertido al equipamiento terrestre, naval y aéreo en meros despojos.
Ellos mantienen hipótesis de conflicto con todos sus vecinos: Argentina, Bolivia y Perú.
Han comprado un total de 46 cazas F 16 norteamericanos que se mueven a una velocidad de 2200 kms por hora, supera dos veces la velocidad del sonido.
Se trata de un formidable bombardero de Lockheed con misiles aire-aire de largo alcance y bombas guiadas por GPS. Sus radares detectan blancos a más de 300 kilómetros de distancia.
Mientras tanto, nosotros tenemos apenas 14 cazas A 4 que se fabrican solamente para nuestras Fuerza Aérea ya que se trata de un modelo obsoleto que apenas supera los mil kilómetros por hora.
Resumiendo: nos derribarían como moscas.
Esto no hace falta comprobarlo en la práctica. Basta con colocar pilotos de elite en simuladores para ver lo que podría llegar a ocurrir
¿Qué ocurre mientras tanto con ambas fuerzas blindadas?
Los trasandinos tienen varias decenas de tanques Leopard 2, una maquina alemana que convierte a nuestros vecinos en la mejor fuerza terrestre de América Latina.
Le pueden disparar a blancos ubicados hasta cuatro kilómetros de distancia. Poseen visión nocturna y un blindaje especialmente reforzado.
Ostentan cañones de 120 milímetros.
Por su parte, nuestro ejército tiene varias decenas de TMA, un tanque diseñado y construido en nuestros propios talleres.
Tiene cañones de 105 mm y son claramente inferiores a los germanos.
Si hablamos de equipa miento naval, Chile tiene nada menos que ocho fragatas artilladas con exocets y misiles anti aéreos.
Es una Armada mucho más temible que la nuestra, donde apenas contamos con cuatro destructores, un tipo de embarcación que cada vez se utiliza menos en todo el planeta.
Solamente trece países los mantienen entre sus activos destinados a la defensa de los mares debido a su gran tamaño y complicada operatividad.
Por último, el régimen de Santiago podría movilizar al unísono cuatro submarinos mientras que la Casa Rosada apenas podría alistar a un cilindro, el Santa Cruz, ya que el Salta se utiliza apenas para instrucción interna.
Como se recordará, el ARA San Juan explotó hace cuatro años cobrándose la vida de 44 profesionales.
Resumiendo: como ocurre en materia económica (donde ellos tienen mucho menos inflación y mucho más crecimiento) como en materia sanitaria (donde han colocado más del doble de segunda dosis que nosotros) los trasandinos saben que también están haciendo las cosas mejor en materia de defensa nacional desde hace varias décadas.
Argentina es un país inerme, abandonado, desarmado.
El presidente Sebastián Piñera lo sabe perfectamente y por eso se muestra tan envalentonado.
Está dispuesto a someternos a sucesivas humillaciones.
A mojarnos la oreja como suelen hacer los más preparados con los débiles e indefensos.
En lugar de buscar responsables de lo ocurrido, en lugar de preguntarnos cómo pudimos llegar a esta situación límite, el gobierno del Frente de Todos pone al dos veces ministro de Defensa, Agustín Rossi, como su principal candidato electoral en la provincia de Santa Fe.
La confusión es clarísima.
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