Quizás esta campaña electoral para las elecciones primarias, hechas a imagen y semejanzas de los deseos e intereses de Néstor Kirchner, haya sido de las más mediocres que se recuerden.
Las causas habrá que buscarlas entre la apatía de los argentinos, los efectos de la pandemia, la atención puesta en la falta de vacunas para completar las segundas dosis y las deficiencias de los propios candidatos y sus propuestas.
El Frente de Todos había apostado a una notoria recuperación de la economía y una amplia vacunación en agosto para completar el ciclo de las dos dosis. Pero la estrategia hizo agua.
La oposición careció de propuestas atractivas y terminó aferrada a las propias deficiencias del Gobierno, desde el escándalo que generó la fiesta de cumpleaños en Olivos de la primera dama, Fabiola Yáñez, en un momento crítico de la pandemia, hasta las metidas de pata en declaraciones del presidente Alberto Fernández.
Esto obligó a resetear a cada rato el GPS de campaña de los candidatos del oficialismo en Buenos Aires (Tolosa Paz/Gollán) y Capital Federal (Santoro/Marziotta), para no quedar enganchados en los errores de la Casa Rosada.
Mientras tanto, la disputa entre radicales y el PRO por las internas de ambos distritos fueron puestas a la sombra aprovechando los flancos que daba el oficialismo, a pesar de los dardos que no dejó de enviar Facundo Manes a sus circunstanciales adversarios del macrismo.
Cristina Kirchner había amagado con tener protagonismo en la campaña pero decidió dar un paso al costado en la exposición pública, para no tener que dar explicaciones por lo que ocurría en la Casa Rosada o en Olivos.
De todas formas tuvo una fuerte injerencia, al igual que su hijo Máximo, en el armado de las listas, sobre todo en territorio bonaerense dónde se dará “la madre de todas las batallas”.
Los intendentes fueron testigos y protagonistas del poder K que condicionó el protagonismo que tuvieron en otras épocas. El proyecto a futuro de Cristina y Máximo depende de lo que ocurra en la provincia de Buenos Aires.
En esta última etapa de la campaña, la contracara de Cristina fue la aparición de Mauricio Macri, a pesar de que no pocas voces del PRO y de sus aliados en Juntos por el Cambio se hicieron escuchar para convencerlo de que tenga un perfil bajo y sin declaraciones estridentes.
Pero poco caso hizo. Desde el “para ganar plata hay que evadir impuestos” hasta “cambian o se van a tener que ir”. El kirchnerismo no dejó pasar la oportunidad, y contraatacó a las críticas y denuncias que le venía haciendo la oposición.
De todas formas, en JxC están concentrados en hacer la mejor elección posible en la Ciudad de Buenos Aires, ganar Mendoza y si es posible Santa Fe y que Córdoba marque una victoria que compense una eventual pérdida en territorio bonaerense. Quizás en busca de ese objetivo haya que entender las declaraciones de Macri en el sentido de que le gustaría irse a vivir a Córdoba.
Lo cierto es que el resultado del próximo domingo sigue siendo un enigma para todos los candidatos que decidieron salir a la calle para juntar todos los votos que puedan, y para pedirle a la gente que vaya a votar. Quieren revertir en pocos días el desencanto que ya lleva un largo, largo tiempo.
ALFANO siguen operando con BOBELLI para el Gobierno Nacional. NO ES CIERTO que dentro de un ¨Partido Democrático no se pueda hablar, debatir, discutir. ES FALSO.
La oposición sin propuestas, los periodista de los medios hegemónicos diciendo ganzadas.- Casero paree un adolecente del secundario .-