Vamos a reiterar una pregunta que ya nos hemos echo muchas veces: Alberto Fernández ¿es o se hace?
El presidente acaba de decirle, y encima por escrito, a la gobernadora de Río Negro, Arabela Carrera, como si le estuviera dando una lección que, bueno, por esta vez, algunos gendarmes que ya están en la zona van a colaborar con la policía rionegrina ante la violencia de tipo terrorista que están haciendo grupos que se autodenominan mapuches. Pero que no es una función del Gobierno Nacional reforzar controles en las rutas nacionales o brindar mayor seguridad en esa zona. Le explica que la ley de seguridad interior defne que las fuerzas nacionales pueden colaborar con las provinciales para restablecimiento la seguridad interior y le dice que ese no es el caso en Río Negro.
Es alucinante que diga esto. La semana pasada nomás Aníbal Fernández mandó los primeros 500 de mil gendarmes, sólo a Rosario, y dijo que los gendarmes llegaban ahí “para quedarse”.
Pero hay algo mucho más contradictorio. El sábado, el gobierno lanzó en la provincia de Buenos Aires, en el conurbano, el plan “trenes seguros”. ¿Sabés cuántos gendarmes pagados con el presupuesto nacional pone Fernández para hacer el trabajo que no hace Axel Kicillof: 6.000.
Es más: hace más de una década que miles de gendarmes, prefectos y policías federales vigilan el conurbano bonaerense, donde lo que hay son choros y criminales liberados por la teoría Zaffaroni, ni siquiera hay organizaciones que desconozcan al Estado argentino como parece ser el caso en Río Negro.
Fernández no sólo le regala miles de patrulleros y equipamiento a la policía bonaerense, que todas las demás provincias deben pagarse por su cuenta. El año pasado incluso hasta le robó a la Capital Federal parte de su coparticipación para regalársela a la provincia de Buenos Aires para que, con eso, Kicillof aumentara los sueldos de los policías bonaerenses, que se habían amotinado.
Eso sí, para el gobierno más unitario, centralista y discriminador de la historia defender la unidad del territorio nacional en una provincia patagónica es un tema meramente local que no merece, siquiera, movilizar a los gendarmes que ya están allí.
Insisto: Alberto, ¿es o se hace?