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El fin del populismo (nada que negociar)

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La oposición no debe caer en la trampa de la negociación espuria
La oposición no debe caer en la trampa de la negociación espuria

No es una mera expresión de deseos decir que el populismo peronista está llegando a su fin. Independientemente de las elecciones generales que se avecinan, y que auguran una contundente derrota para el oficialismo, el desastre económico sorprendió al régimen a destiempo. No es lo mismo demoler las instituciones y constituir una tiranía sólida, mientras la ciudadanía goza de una satisfacción relativa de sus necesidades, que hacerlo cuando la crisis duele. Los niveles de tolerancia son otros, y no hay heladera o bicicleta que alcance para tapar una radicalización autoritaria del gobierno.

 

Este concepto no es nuevo. Los conservadores también lo padecieron. O. del Pino Montes de Oca, en su libro “La Revolución del 90” (Ed. “La República”, 1956), rememorando los motivos que dieron origen a dicho evento histórico, sostuvo “Sí, es triste, pero debemos confesarlo: el pueblo se alzó contra el gobierno de Juárez Celman alistándose bajo la bandera reaccionaria de la Unión Cívica, menos por amor a la libertad que por salvar sus intereses económicos, menos por defender sus derechos que por conservar sus propiedades. Tan exacta es la máxima de Polybio, que casi todas las guerras civiles son producidas por causas económicas. No seamos, sin embargo, inexorables con el pueblo; obedecía a las leyes sociológicas de la época: entonces, para muchos argentinos, el estómago había reemplazado a la cabeza, al corazón y a la conciencia; la ignominia y el ejemplo corruptor, venían de lo alto; era una lava nauseabunda que, desbordándose de la cumbre, invadía toda la llanura, manchando los hombres, su carácter, su dignidad, sus leyes progresistas, y hasta sus tradiciones legendarias. Sí, era verdaderamente una época nefanda; y se necesitaba energía de buena ley para combatirla y vencerla”.

Más cerca en el tiempo, tenemos el ejemplo de Venezuela: el estado totalitario chavista no esperó para construirse a que se viera el desastre económico que provoca la economía populista. Gozó de un gran consenso, se consolidó, y está claro que el régimen que ayer se sostenía con los votos, hoy no existiría, si no fuera por las armas de sus militares adictos. El kirchnerismo, en cambio, cada día pierde más apoyo en todos los ámbitos de la sociedad, y ni siquiera controla totalmente a sus fuerzas piqueteras.

El populismo, en definitiva, no puede aspirar ya a una revolución, sino meramente a una curiosa resistencia ejercida desde el poder. Una resistencia con capacidad de provocar un gran daño a la Nación y una capacidad de daño que, sin lugar a dudas, pretenderán utilizar para negociar impunidad.

La oposición no debe caer en la trampa de la negociación espuria, sin importar el grado de extorsión moral a la que sea sometida, porque para desandar el camino populista, los desafíos y los sacrificios serán muy grandes. El gobierno que lidere semejante esfuerzo habrá de ser intachable o será un fracaso.

Para decirlo más claramente: negociar hoy garantiza que vuelvan mañana.


© Tribuna de Periodistas, todos los derechos reservados 

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Pues si estan seguros de que el resultado será negativo, que hagan listas y devuelvan las bicis, las heladeras, los televisores, los bolsos de comida, los bonos, las entradas a cines, conciertos y teatros, y los gastos de las vacaciones pagadas a los jubilados. Que se formen y vayan devolviendo che....que aquí no pasó nada.

  2. Por primera vez el peronismo va a pagar el costo de su propia fiesta. Siempre se las habían ingeniado para dejarle la factura de la fiesta a otros. Ahora la tienen que pagar y espero que la sociedad entienda que las fiestas se pagan! Y la culpa siempre es del que organizó esa fiesta. Y espero que el periodismo deje de ser tan COBARDE y diga la verdad sobre la responsabilidad del peronismo en la decadencia Argentina incluyendo la ENORME responsabilidad del peronismo en los hechos de los 50, 60 y 70, incluidas las dictaduras. Basta de relato.

  3. El Peronismo populista llegando a su fin o está TODO el Peronismo en baja notoria. Pueden tratar de no volver a los ejemplos del pasado que no nos interesan para nada. Hoy es hoy y ésta realidad no tiene comparación con NADA. No preocuparse que la oposición con esta gente no va a negociar NADA , porque ya los conocen muy bien.

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