Nota de Nicolás Sanz del 26/10/21 titulada «Télam, la militancia y la falta de seriedad periodística»
El periodista reflexiona sobre la idiosincrasia del periodismo militante, su impacto en el ecosistema mediático y los problemas que propone a la propia naturaleza del periodismo como profesión. El caso analizado en la nota es una publicación de Télam, la agencia de noticias, sobre el undécimo aniversario del fallecimiento de Néstor Kirchner. Sanz destaca la redacción cargada de subjetivación, a la que directamente cataloga como “chupamedias”. La toma de posición de Télam no es, señala el redactor, precisamente nueva y tiene su trayectoria histórica.
El debate entre periodismo militante y periodismo independiente es extenso y, como concluye Micaela Baldoni en su artículo“La disputa entre periodismo independiente y periodismo militante: apuntes para analizar las tensiones en la ética periodística en la Argentina contemporánea”, ambas posiciones parten de la idea básica de que la cercanía del periodista al poder genera distorsiones a la hora de comunicar con imparcialidad. Claro que para una posición el poder es político y para la otra es económico.
Precisamente un mes después del fallecimiento de Néstor en el 2010, Martín García asumía la dirección de Télam y declaraba en una entrevista con La Nación: “Los profesionales son como las prostitutas, escriben mentiras en defensa de los intereses de los que les pagan. Los militantes, en cambio, escribimos la verdad al servicio del pueblo. Soy primero militante, después periodista”.
En abril, con motivo de los 76 años desde su fundación, se publicó una breve entrevista a Bernarda Llorente, actual directora de Télam, para repasar el recorrido histórico de la agencia y su proyección a futuro. Irónicamente, Llorente vuelve varias veces sobre la idea del periodismo responsable: “Tenemos un proyecto ambicioso, público y dinámico con responsabilidad social”."Desde Télam, como agencia oficial del Estado, nos parece que un paso importante es volver a prácticas esenciales del periodismo", afirmó también Llorente en una charla virtual realizada por la Universidad Nacional de Lanús.
Nicolás Sanz, en una nota del año pasado, ya había analizado los peligros del periodismo partidario —también con casos de Télam—, en particular cuando involucra a una agencia que provee información a los medios de comunicación. Quienes trabajamos con palabras sabemos la capacidad que tienen estas para construir subjetividades. Una cierta adjetivación, una determinada construcción sintáctica, un poco de ambigüedad o incluso una elipsis son recursos propios de la redacción que intervienen en ese proceso. Los correctores de texto también participan —aunque ya no sean frecuentes en los diarios— en el ejercicio responsable de la labor periodística al podar, corregir o enderezar palabras que puedan estar cargadas de excesiva parcialidad.
Lo curioso del mundo de la corrección es que puede darse el caso contrario. Un corrector contratado —¿una especie de anticorrector?— para intervenir textos y hacerlos encajar en un molde ideológico, por lo general bajo la curaduría de un editor que decide los parámetros de inyección partidaria que deben tener las publicaciones.
Es destacable también la importancia del manual de estilo como documento de consulta que dé cuenta de la postura del medio no solo sobre si los pronombres demostrativos deben llevar tilde o no, sino también sobre el compromiso del medio con un determinado tipo de ejercicio periodístico. En el manual de estilo de Tribuna, por ejemplo, se mencionan aspectos como la imparcialidad, la responsabilidad social y el periodismo como bien público: “Siempre que una nota pueda generar controversia,Tribuna de Periodistas debe asegurarse de recoger y entregar suficiente información para que el lector pueda hacer su propio juicio”. “La información que produzca y emita Tribuna dePeriodistas no acepta presiones de sus fuentes ni de grupos políticos o empresariales para tratar de intervenir en el tratamiento de sus notas”.
Correctores, periodistas, editores y redactores, el sano ejercicio del periodismo profesional es algo que construimos —en el mejor de los casos— entre todos.
Gracias Sr. Farías. Muy interesante desarrollo. También es cierto que las personas podemos tener intenciones de imparcialidad pero ser vencidas por el inconciente. Y en muchas notas de este periódico se nota la parcialidad. Todos somos parciales y nuestro discurso depende del punto del cual miramos. Yo he notado también cómo usan en oportunidades los títulos y las fotos de las notas. MUY evidentes usos intentionales de títulos y de fotos. HOY, por ejemplo hay una nota sobre la extradición de un narcotraficante, y en el título se lo vincula a Espert. No tengo información sobre esa vinculación, pero en la nota tampoco se da esa información que declama el título - título que curiosamente no es el que le dio el autor de la nota. También recuerdo muchas quejas de foristas que hablan de censura, que les han borrado sus comentarios, hechos que he comprobado personalmente. Pero bueno, nunca había leído esta columna y me parece muy útil. Espero arpovecharla seguido. Gracias
Voy a abusar de su función. En mi opinión, los recurrentes "deslizamientos" del lenguaje, ya sea por la adjetivación y otras estrategias, funcionan como la gota que perfora la piedra. En la nota de hoy del Sr. Espósito, hay un párrado que diría que produce ese efecto y lo registré porque no es la primera vez que lo percibo en sus notas: El autor dice: "Si bien la causa está en un estado embrionario, una primera aproximación a los hechos arroja que el beneficio para los privados (y el consecuente perjuicio para el Estado) podría rondar los 100 millones de dólares." A mi entender da por constatado el hecho del delito ya que se aboca a evaluar los efectos del delito sin advertir que si ese delito se comprobara....... ¿Es correcta la redacción a su entender? Gracias.