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El video del testigo que complica a los oficiales acusados de encubrir a los policías que mataron a Lucas en Barracas

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Un documento demoledor
Un documento demoledor

Aquella mañana tal vez Nicolás no se dio cuenta de que lo que acababa de hacer podría servir para que ninguno de los policías que mataron a Lucas González o que quisieron encubrir el crimen se saliera con la suya. Para él era un día más hasta que el ruido de los disparos terminó con la tranquilidad en Barracas. Cuando llegó al lugar, los uniformados ya habían «acordonado» el área con patrulleros por todos lados para que nadie pudiera pasar. Pero en vez de desentenderse de lo que había visto, decidió grabar la secuencia con su celular. Para que no lo descubrieran, prendió la cámara y giró el teléfono hacia bajo, como quien lo lleva en la mano sin más mientras camina. Encripdata lo dio vuelta para facilitar la visión (ver al pie).

 

Uno de los policías lo invitó a irse por donde había venido: «¿Usted también vive por acá…?». Lo mismo hizo con una chica que sí tenía que atravesar esa cuadra para llegar a su casa. Ella dio la vuelta para ir a su hogar.

En el video revelado por Encripdatael testigo le comentó al uniformado: «No, no, no. Yo porque vi la secuencia desde allá arriba, no, yo porque vi la secuencia desde allá. ¿Qué eran? ¿Unos chorros o qué?«. Por toda respuesta, el agente le dijo que sí como quien no quiere seguir hablando y busca que el otro se vaya.

Lo que Nicolás le comentó al policía fue lo mismo que declaró ante los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim. Obviamente, más ampliado ante las repreguntas de los investigadores: «Pensé que era un afano y todo el tiempo me pareció lo mismo. No escuché ni una sirena ni un pito ni un grito de alto policía».

Aunque a Lucas lo acribillaron a las 9.30 de la mañana del 17 de noviembre y murió al día siguiente en el hospital, la investigación ya pasó por muchas manos: el juez de menores Alejandro Cilleruelo, la fiscal María Fernanda Poggi, el juez Martín del Viso y, ahora, los fiscales que tienen delegado el expediente. Lo primero que hicieron Gómez Barbella y Heim fue solicitar la inmediata detención del inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva por el crimen del juvenil de Barracas y por «intentar dar muerte» a sus amigos Julián, Niven y Joaquín, todos menores de edad.

Mientras más inexplicable parece la forma en la que actuaron Isassi, López y Nieva, más probable es la hipótesis que sobrevuela el expediente: que, como en tantos otros casos, estos policías porteños hayan querido cobrar un «peaje» a los ocupantes del auto que, por moverse cerca del barrio Zavaleta, pensaron que habían comprado o vendido droga. En esos «cortitos», los uniformados siempre se quedan con la plata o la droga y los extorsionados, con la libertad. Tras indagarlos, los fiscales avanzaron sobre los que, una vez producido el ataque, participaron de la privación ilegal de la libertad de los chicos.

Con la secuencia reconstruida, los fiscales ahora pidieron la detención de seis policías más por detener a los tres amigos de Lucas, encubrir el crimen y falsedad ideológica. Para eso tuvieron en cuenta el video aportado por el testigo y revelado por Encripdata. A Julián y Joaquín, los de la Policía de la Ciudad los retuvieron diez horas en la escena del crimen de su amigo, luego los llevaron, ya oficialmente imputados y detenidos, al Centro de Admisión y Derivación. Niven, acompañado por su mamá a una comisaría, terminó en el mismo lugar. Por unas horas, Isassi, López y Nieva consiguieron imponer su versión, la del «enfrentamiento con delincuentes», Así, mientras Lucas luchaba por su vida en el hospital, sus amigos pasaron la noche privados de la libertad.

Con el video, los investigadores comprobaron otros detallescuando Nicolás filmó la secuencia, en la escena solo había uniformados de la fuerza a la que pertenecen los tres acusados del crimen. Ni siquiera había llegado la ambulancia. En ese período, un policía plantó el arma de juguete en la Volkswagen Suran en la que viajaban los chicos. En la grabación, de hecho, se observa a un oficial sacar cosas de una mochila.

No tres sino ya nueve son los acusados por el crimen de Lucas.

Una brigada hecha para matar y echarle la culpa al muerto.

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Hay que encontrar una solución; aunque no sé cuál es. Es una mala combinación de sueldos bajos, estándares éticos bajos, armamento, impunidad... Por supuesto no hay que pensar que cada uniformado que anda por la calle es corrupto, pero permenentemente saltan casos así. Cuando el otro día, apenas sucedió este caso, el presidente salió a usarlo políticamente, sin querer se olvidó que bajo su gestión hubo más de 90 casos. Todavía no cumple dos años, y desde casos de bajo impacto mediático, hasta éste o el de Astudillo que fueron tema de mucha presencia, ya fueron muchos. Por ahí estaría bueno que haga dos cosas: 1) Se manifieste en contra no sólamente de los que ocurren en CABA sino de todos los demás. 2) Que haga algo al respecto, además de hablar. Un golazo si se pusiera los pantalones largos y acordara con gobiernos locales de otros signos políticos, así no queda como una acción aislada, pero aún si fuera solamente a nivel nacional ya ayudaría mucho.

  2. El emprendedurismo resulta positivo como expresion de la voluntad e iniciativa personal y PRIVADA, pero cuando ese "valor" se dá en organismos del ESTADO y en especial en el sector de SEGURIDAD se vuelve PELIGROSISIMO. Por supuesto que esa "iniciativa" no se "despierta" porque si, sino por la MALA EJEMPLARIDAD de los mandos superiores, incluidos LOS POLITICOS. Si esos MANDOS expresan ANOMIA o transmiten mensajes PARADOJICOS, como justificar a los delincuentes e inclusos liberarlos con argumentos disfrazados de "fallos ajustado a DERECHO", como en el reciente caso de sobreseimiento del clan Kirchner, es entonces la PERCEPCCION DE LA AUTORIDAD se deteriora. Las fuerzas de seguridad deben estar sujetas a una linea de CONTROL VERTICALISTA con escasos margenes para vulnerar los PROTOCOLOS que rigen su accionar cotidiano. Son como una NORMA ISO que no pueden vulnerar, pues de hacerlo se convierten en un riesgo para la sociedad e incluso para la misma fuerza. Los MANDOS POLITICOS y el que debería ser EL RESPALDO en manos del PODER JUDICIAL deben actuar en SINTONIA con EFICACIA Y EFICIENCIA, sin margenes de dudas que luego transmiten a sus mandos intermedios y es alli cuando la ANOMIA reina. Las fuerzas de seguridad necesitan que quienes LOS MANDEN sean TESTIMONIOS VIVOS de lo que DEBE CUSTODIAR LA FUERZA DEL ORDEN, es decir, HONESTIDAD, LEALTAD, AUSTERIDAD Y EJEMPLARIDAD CON VALORES GENUINOS NO ACTUADOS. De lo contrario, este tipo de situaciones se repetiran y cuando en una ORGANIZACION, los errores se repiten, la RESPONSABILIDAD Y CULPA ya no es de los individuos que cometen los errores sino de SUS INEPTOS JEFES.

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