"Ah, su hijo juega al rugby en Alumni?".
Estaba despidiéndome del renombrado gastroenterólogo cuando ví la foto del
familiar con la casaca blanca y roja de uno de los más prestigiosos clubes de
rugby de la Argentina.
"Jugaba, por suerte..."
Me llamó la atención su satisfacción, es raro que un ex jugador de Los Pumas
como el doctor se alegrase porque un joven hijo haya dejado el rugby. Haciéndole
notar esto me respondió:
"Me alegré por las cosas que dejó de tomar. Al momento de dejar pesaba 105
kilos, era como convivir con un monstruo: cambió la ropa, la cama, de todo. Hoy
día pesa más de 20 kilos menos que cuando entrenaba".
"Pero doctor, ¿usted no le decía nada como padre y médico?".
"Sí, él me aseguraba no tomar nada. Pero yo sabía que le hacían tomar cosas y me
lo ocultaba, por eso mi alegría cuando dejó".
De estimulantes y energizantes
El 18 de agosto pasado el plantel mundialista de rugby Los Pumas jugó en Cardiff
contra Gales y cayó ajustadamente por 27 a 20. Más que importar el resultado, la
noticia que conmocionó fue el desvanecimiento del jugador Martín Gaitán al
término del partido. El diagnóstico fue elocuente: Gaitán sufrió una
descompensación cardiovascular por el taponamiento de una arteria, salvó su vida
de milagro pero quedaba no sólo afuera del Mundial de Francia 2007 sino del
deporte profesional por el resto de su vida.
El rugby se salvó así de engrosar la lamentable lista de víctimas por muerte
súbita, salvajemente incrementada en lo que va del corriente año. Seis
futbolistas (el caso más mediático, el jugador de 22 años del Sevilla y la
selección de España Antonio Puerta en la primera fecha del campeonato de dicho
país) y hasta un voleybolista en Francia fallecieron en el mundo en los últimos
dos meses con cuadros similares: descompensación súbita, desmayo, paros
cardíacos y muerte final. La primera defensa de las autoridades deportivas
siempre apuntan a razones congénitas, que justificarían la no detección de
causas de muerte súbita en los controles médicos rutinarios. El off the record
deportivo habla de estimulantes disfrazados y hasta sociales, como por ejemplo
la provisión a atletas de elite de creatina y las denominadas bebidas
energizantes. No es secreto – sobre todo en Argentina – que el rugby es un
deporte elitista, muy practicado y valorado en las clases altas, y en el cual se
hace un especial culto tanto a los terceros tiempos al momento de terminar los
partidos como un poco más tarde en las discotecas, donde nunca faltan las peleas
entre integrantes de distintos equipos.
Ivana Bianchi acaba de jurar como diputada nacional por San Luis. Recientemente
consiguió una reunión con el titular de la AFA Julio Grondona para plantearle la
problemática que aqueja a las divisiones inferiores de los clubes de fútbol
relativa a la prescripción a los infantiles de creatina y otras sustancias
dudosas. Bianchi no es una improvisada en el problema: es la viuda del famoso ex
jugador de River y la Selección Nacional Juan Gilberto Funes, muerto en 1992 por
problemas cardiovasculares.
La creatina es un suplemento contenido en carne y pescado que contribuye a una
más rápida recuperación de los músculos. Si bien es natural, desde los ´60 se
logró sintetizar usandola principalmente los superatletas de la antigua Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas ( URSS ), insertadas sus performances en el
debate de la Guerra Fría con EE.UU.. En el fútbol profesional habría comenzado a
consumirse en la década del ´90. Precisamente en 1998 el director técnico de
Roma Zdnek Zeman lanzó una "bomba" en el calcio, la liga futbolística más
poderosa del mundo: denunció que los integrantes de la Juventus debían sus
éxitos deportivos locales y mundiales a la explosión muscular que lograron
gracias a la creatina, comparando el consumo de 20 gramos de esta sustancia con
el equivalente a consumir 20 kilos de carne. Seis años más tarde la Justicia
avaló sus dichos condenando tanto al Manager Antonio Giraudo como al jefe médico
de Juventus Riccardo Agricola.
La diputada Bianchi va más lejos y sostiene que el uso de la creatina está
prohibido en todo el fútbol infantil de Europa. Está comprobado que aumenta la
masa muscular y el rendimiento, como los trastornos hormonales. Dos años atrás
los Springboks – seleccionado de rugby de Sudáfrica – concluyeron en un estudio
que el consumo de creatina era la causa de los frecuentes tirones y desgarros
musculares que sufrían sus jugadores.
El "toro rojo" te da alas...
En Argentina las llamadas bebidas energizantes están catalogadas como
"suplementos dietarios". Esta categorización permite su venta libre con la única
condición de poner recomendaciones de consumo en el envase. De un consumo en
1999 de 500.000 latas se pasó en 2003 a más de 3.000.000, logrando interesar a
marcas prestigiosas como Coca Cola y Gatorade para sacar versiones propias.
El
líder del mercado nacional e internacional es Red Bull, firma austríaca que
vende anualmente más de 3 mil millones de latas en el mundo.
Cuentan que su presidente compró la marca de casualidad en un viaje a Japón al
constatar que muchos trabajadores, para incrementar su rendimiento, tomaban una
bebida conocida como "Toro Rojo". Red Bull promociona entre sus virtudes las
mejoras en la resistencia ante momentos de stress físico, en el estado de alerta
y en la concentración.
Numerosos especialistas nacionales, por el contrario, vienen alertando sobre su
mal uso. Tres años atrás, en concordancia por lo señalado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), plantearon la recategorización de estas bebidas: de
"suplementos dietarios" deberían pasar a considerarse "estimulantes". La OMS
fundamenta este criterio en que "por sus componentes provoca un alto uso de los
ácidos grasos: poseen una cantidad de hidratos de carbono que duplica la
concentración diaria recomendada. Además tienen una alta concentración de
azúcares y cafeína no ayudando a la absorción de agua por los intestinos,
favoreciendo la deshidratación". Finaliza citando como efectos más comunes de
consumir más de 3 latas diarias el sufrir de insomnio y taquicardias.
También el Hospital Italiano emitió un comunicado alertando por "el aumento de
infartos de miocardio en jóvenes por la mezcla de los energizantes con bebidas
alcohólicas". El Toro Rojo, como las más de diez otras marcas de bebidas
energizantes del país, no tardarían en embestir...
La unión hace la fuerza
Cuando en 2004 se planteó el hecho de considerar las bebidas energizantes como
"estimulantes" inmediatamente hubo repercusiones inéditas. La embajada austríaca
reaccionó con vehemencia de conflicto diplomático, y hasta hubo una insólita
solicitada en defensa de mantener a las energizantes como "suplementos
dietarios" firmada por deportistas conocidos (Carlos Espínola y Eduardo Heguy)
como "figurettis" deportivos (el árbitro de fútbol Héctor Baldassi y Virginia
Elizalde).
¿Cuál era el motivo de tamaña revuelta?. De considerarlas "estimulantes" las
bebidas energizantes sólo podrían venderse en farmacias, eliminando su principal
canal de venta: los boliches y discotecas. Se estima que en las mismas se venden
cuadruplicando su valor de kioscos.
Mónica Nápoli, docente de la UBA, remarcó la peligrosidad de su componente
estimulador cafeína combinado con el consumo de un depresor como el alcohol:
traducido, las energizantes retardan los efectos del alcohol. A mayor consumo de
latas en las discos, mayor consumo de alcohol; y los efectos de este último
terminan apareciendo indefectiblemente más tarde.
Numerosas provincias y localidades del interior comenzaron a restringir su
consumo. En Santa Fé y Venado Tuerto está prohibida su venta en discotecas. En
Mendoza comenzó un debate similar al identificar los nombres de los tragos
energizantes vendidos en los boliches con su correspondiente componente
alcohólico: "Fuego Sagrado" (energizante con vodka); "Acid Psycho" (con
champagne); "Hysteria" (con licor); y "Sónico" (con pisco).
Ante la enorme presión mediática generada por las productoras la
recategorización quedó en suspenso, para benéplacito de sus fabricantes (por
razones obvias), de los medios de comunicación (nunca es bueno perder a un
auspiciante generoso), de los dueños de las discos ( venta de energizantes trae
más expendio de alcohol, que todos saben que también puede abrir las puertas al
consumo de drogas ) y en última instancia de los actores de ocasión que se
prestaron para la mencionada solicitada. Algunos bromeaban con la solicitada
diciendo que faltaba otra igual con la firma de quienes van a las raves, fiestas
de música electrónica famosas por su descontrol en el consumo de drogas.
La lista indeseada
Nada puede asegurar que la desgracia sufrida por el rugbier Gaitán se
deba al consumo de creatina o de bebidas energizantes. Sí que es el segundo caso
en el seleccionado de elite argentino de un rugbier que por problemas cardíacos
debe dejar el deporte, y no murió por milagro: Alejandro Allub, un cordobés
elegido como uno de los mejores 15 jugadores del Mundial de 1999, pasó por un
trance similar. Y en muchos clubes de rugby se conocen historias difundidas o no
de muertes súbitas, varias de ellas en jugadores juveniles. En muchos casos se
cuestiona que a los jugadores se le hace un electrocardiograma pero no una
ergometría, que complementaría mejor un estudio preventivo.
Antonio Puerta es el último nombre que se sumó a la lista de futbolistas
fallecidos en un campo de juego, como Chaswe Nsofwa ( Zambia ), Marc Foe (
Camerún ), Serginho ( Brasil ) o Miklos Feher ( República Checa ). Todos ellos
eran profesionales, y menores de 30 años.
Más que culpar a la fatalidad la creciente profesionalización del deporte
debería estar acompañada de un crecimiento similar de sus responsables médicos y
dirigenciales. Porque como dijo Gaitán : "Más que estar preocupado por no volver
a jugar al rugby me alegré por estar vivo".
Tomás Ryan