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El clan narco que cayó un Año Nuevo y resurgió con la pandemia: una historia de cocaína y misterio tras la muerte de su primer líder

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En 2005 fueron atrapados varios de los integrantes del clan Motok, con un cargamento colombiano. En agosto de 2021 volvieron a ser detectados en Salta
En 2005 fueron atrapados varios de los integrantes del clan Motok, con un cargamento colombiano. En agosto de 2021 volvieron a ser detectados en Salta

Manuel Motok recorrió los 70 kilómetros que separan a Pocitos de Tartagal rumbo a una reunión secreta con “Jorge”, el colombiano que compraba la cocaína en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Luego del encuentro, el jefe narco retomó la ruta. No llegó muy lejos: murió en un accidente de tránsito en un puente cerca de Aguaray.

 

Ocurrió en mayo de 2005 y, desde entonces, la duda siempre recorrió la familia. Sobre todo en la cabeza de “la Gringa” Carrión, la esposa del primer líder del clan Motok. La mujer sostenía que, en realidad, su marido había sido asesinado. Creía que algún rival o aliado había provocado la fatalidad.

Muerto el rey, el negocio continuó. Sandalio “El Manco” Motok, hermano de Manuel, tomó el lugar vacante y los cargamentos de cocaína siguieron entrando al país desde Bolivia, bajando hacia Buenos Aires y dejando el puerto con destino a Europa.

El apodo que lleva el sucesor tiene una dramática historia: Sandalio perdió gran parte de la mano izquierda a los 12 años, cuando remontaba un barrilete que tenía alambres entre sus componentes. El juguete chocó contra un cable de alta tensión y ocasionó una explosión que le lastimó el brazo.

Una foto, junto al líder muerto, muestra las secuelas: una venda cubre la mano herida, mientras con la otra abraza a su hermano. Posan delante de un afiche que reza: “¡El narcotráfico es... Si no lo paramos, nos destruye!”.

Y a diferencia de Manuel, Sandalio es verborrágico. No se ocultaba. Las reuniones en la vía pública con sus cómplices eran una constante en plazas, calles y bares, los escenarios que el nuevo líder elegía para charlar sobre los envíos.

 

Víctima de su personalidad

La extrovertida personalidad del nuevo jefe permitió a los agentes de Gendarmería que los investigaban conocer los detalles del envío de 752 kilos de cocaína. El procedimiento, realizado en vísperas del Año Nuevo de 2005, marcó la caída del clan y es muy recordado entre los miembros de la fuerza de seguridad.

Así, pudieron saber que cargarían un camión en Yacuiba (frente a Salvador Mazza), con droga provista por narcos colombianos. Según el relato de un investigador, los extranjeros se mostraron bastante torpes para la proeza.

“En las intervenciones telefónicas podíamos escuchar cómo se contradecían con los Motok en cuanto a la mercadería que iban a traer, ellos decían que iban a traer soja, los salteños que sería cera. Era evidente que hablaban de cocaína”, indicó el informante.

No eran tan sencillos, en cambio, los seguimientos para los detectives. “Era gente pesada. Enseguida te cruzaban el vehículo, se bajaban y te preguntaban quién eras. Eran violentos, no había forma de estar cerca de ellos”, detalló la fuente.

Tanto Manuel como Sandalio se movían con guardaespaldas armados.

Incluso, la banda salteña carga con la sospecha de un homicidio similar al de Liliana Ledesmaun crimen adjudicado al clan Castedo, organización asentada en la misma zona.

El crimen por el que es señalada la familia Motok fue informado, pero nunca investigado.

 

El cargamento de 752 kilos de cocaína secuestrado en vísperas de Año Nuevo

El 26 de diciembre de 2005, Sandalio Motok se detuvo en el cruce internacional de Salvador Mazza. Observaba el tránsito que ingresaba desde Bolivia. Lo hizo hasta que vio las enormes ruedas del camión de la empresa “Bolivia Export” deslizarse por el puente. Tomó su teléfono y se alejó. Era la señal.

El vehículo de gran porte entró al canal rojo de la Aduana y tardó solo 10 minutos en ser liberado, llevaba 1.200 cajones de bananas y 752 kilos de cocaína. El dueño del camión, Pedro Arancibia, estaba tras el volante.

Los agentes aduaneros, que debían revisar toda la carga, solo sellaron la documentación y lo dejaron seguir hacia su destino final en Buenos Aires. Antes, el camionero hizo una parada en Tucumán para el trasbordo de carbón.

El líder de la organización no perdió pista de la droga que transitaba las rutas argentinas sin ser controlado. El 29 de diciembre viajó a Buenos Aires en una camioneta Blazer bordó. Lo acompañaron dos guardaespaldas, con los que se alojó en el Hotel Campitelli, de General Pacheco.

 

El secuestro

El cargamento llegó a un galpón de José C. Paz, sobre la calle Tegucigalpa.

En ese lugar irrumpieron los agentes, el 31 de diciembre de 2005, a pocas horas del brindis de Año Nuevo: secuestraron la cocaína y detuvieron a los camioneros y a Alejandrino Motok, el hermano al que “El Manco” le había dado la tarea conseguir un lugar en Buenos Aires para “una carga grosa”. También Héctor Motok fue arrestado en el operativo.

Sandalio fue atrapado con sus guardias que, ante la redada, no ofrecieron resistencia. Mientras tanto, en la casa quinta en la que se habían descargado las bolsas de carbón los efectivos que participaron del allanamiento ponían en una piscina la droga incautada.

El traslado hacia prisión se realizó en un avión Hércules del Ejército Argentino, bajo la vigilancia de agentes de Los Alacranes, el grupo de elite de Gendarmería. Los responsables de la causa temían que se lleve a cabo un operativo rescate del jefe y de la droga.

Las condenas llegaron en 2008. En el juicio resultó clave el testimonio de Juan Carlos “El Rengo” Luna. Al líder le dieron 18 años de cárcel, pero ya está en libertad.

Dicen que sigue al frente de la organización, que volvió a las noticias en agosto tras un procedimiento en el que cayeron otros integrantes, una nueva generación comandada por Fernando Motok, el menor de los hermanos, prófugo desde entonces.

La causa, en la que intervienen el fiscal general Eduardo Villalba y la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, develó el funcionamiento de una estructura que ingresaba cocaína y marihuana por pasos no habilitados de Salvador Mazza o se la robaba (”mejicaneaban”) a otras organizaciones. Luego era distribuida a vendedores que la comercializaban al menudeo.

La organización operaba en pleno centro de Salta. Incluso uno de sus miembros fue atrapado a una cuadra del shopping, cuando transportaba droga en un remis.

A mismo tiempo, ocultaban la droga en domicilios del barrio Tres Cerritos, una de las zonas más caras de la ciudad del norte argentino.

Los investigadores ubicaron a Yanina Ordoñez, pareja del líder, como una pieza importante dentro del esquema narco. Cumple prisión domiciliaria, porque es madre de tres menores de edad.

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Las familias que no entienden que el narcotráfico nos está destruyendo y siguen apoyando al narcotráfico porque da mucha plata............. van a pagar sin lugar a dudas un precio muy superior a ese dinero que hoy reciben. Nos condenan a todos, caemos todos pero ellos mueren con más plata en el banco........... WOW qué vivos que son.

  2. A no confundirse: los criminales qué transportan la droga y hacen el trabajo sucio de coimear, amenazar y hasta matar a la gente argentina, son todos maleantes colombianos. Pero, la droga la producen los bolivianos, en Bolivia, en su mayor parte y quienes allí la producen estan bajo el mando de Pedofilo " Evito" Morales, el aymara amado y protegido de Fernández. Morales, por una parte produce la droga y por otra permite a los colombianos que la traigan desde Colombia y la guarden en Bolivia hasta hacerla pasar a la Argentina. Lo que hay que hacer ahora es investigar si Fernandez le dio asilo y plata al aymara por compasión, o por algún otro motivo non sancto. Los colombianos son el auténtico peligro, no deberiamos permitir que entren aquí y se establezca cómo si fuera su casa. Son todos gente criminal, sin el mas mínimo escrupulo y aquí, aprovechando la ausencia de sentimiento nacionalista de los argentinos, llegaran a tomar el poder. En ciudades del Norte, ya lo hacen, sólo en Oran, hay como 1.500 de ellos, todos criminales, extorsionadores y matones.

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