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Por qué el servicio eléctrico es la tumba del relato de “estado presente”

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El kirchnerismo fue armando esa bomba de tiempo al congelar el precio de la electricidad y el gas, o solo permitir aumentos de tarifas muy por debajo del nivel de inflación y los costos reales del servicio
El kirchnerismo fue armando esa bomba de tiempo al congelar el precio de la electricidad y el gas, o solo permitir aumentos de tarifas muy por debajo del nivel de inflación y los costos reales del servicio

Después del último apagón que afectó a cientos de miles de usuarios del servicio eléctrico, más de uno se preguntó: ¿cuánto falta para que algún referente encumbrado del kirchnerismo salga a pedir la estatización de las distribuidoras eléctricas con el dedito alzado?

 

No sucedió. Y lo más probable es que nunca suceda, aunque se corte la luz una semana entera: el kirchnerismo prefiere pedir la estatización de otras empresas privadas, como la cerealera Vicentín al inicio de la gestión de Alberto Fernández. Adora disfrutar del monopolio estatal que está construyendo con Aerolíneas Argentinas, aunque eso signifique que mucha menos gente pueda viajar en avión en la Argentina que en ningún otro país de la región.

Recientemente el gobierno del presidente Alberto Fernández anunció que las dos “low cost” que sobreviven en el mercado argentino contra viento y marea -Jetsmart y Flybondi- en lugar de precios máximos, tendrán ¡precios mínimos! para que no sean competencia para Aerolíneas: la línea aérea de bandera nos insume a los argentinos dos millones de dólares diarios en subsidios que pagan los que habitualmente vuelan en avión y la gran mayoría que nunca se subirá a uno en su vida.

Pero la energía eléctrica es otra cosa. Es curioso: el kirchnerismo es un grupo político que cultiva el estatismo y un relato de “estado presente” hasta allí donde el estado no tiene nada que hacer. Sin embargo, a la hora del calor o del frío, a servicios públicos críticos, como electricidad y gas, los prefiere ver en manos privadas.

Y los motivos de esta súbita conversión a las privatizaciones son puramente comunicacionales: si falta inversión para mejorar el servicio y se corta, para el kirchnerismo es siempre mejor que “la cara” ante el usuario la ponga una empresa privada.

Fueron demasiado fuertes los enojos de los que recuerdan los cortes de luz en la era de Raúl Alfonsín, en los 80: por algo el gobierno de Carlos Menem terminó privatizando SEGBA, que era la tristemente recordada empresa estatal que prestaba el servicio en la zona metropolitana, y quedó divida entre Edenor y Edesur.

Pero con la caída de la convertibilidad, el entonces presidente Néstor Kirchner empezó a ver que si se actualizaba el costo de los servicios públicos al ritmo de la creciente inflación que generaba su política económica y con la constante devaluación de la moneda, los precios iban a sufrir una aceleración mayor aún.

Al expresidente Mauricio Macri le resultó imposible desanudar el problema eléctrico, a pesar de que lo intentó autorizando el aumento de las tarifas -lo que le valió un “lindo” cacerolazo, incluso en los barrios de sus votantes. El problema que heredó terminó convirtiéndose de todas formas en la bomba de tiempo que le terminó explotando en la cara y permitiendo el regreso del kirchnerismo. Hoy todavía le recuerdan el tema de las tarifas eléctricas.

El kirchnerismo fue armando esa bomba de tiempo al congelar el precio de la electricidad y el gas, o solo permitir aumentos de tarifas muy por debajo del nivel de inflación y los costos reales del servicio. Los servicios públicos se llevan un tercio de la canasta de precios que se usa para medir la inflación, de modo que al congelar las tarifas, logró una inflación en apariencia más baja. Además de que “dibujando” las estadísticas de precios se ganaba, de paso, un plus en su “lucha” para controlar la inflación, que no era más que un show.

El resultado de tanta manipulación es que las empresas dejaron de invertir como lo venían haciendo, además de fomentar un consumo totalmente irracional. Cuando en el mundo el consumo eléctrico se regula por el precio mismo del servicio, los usuarios eran alentados al despilfarro.

De hecho, en el interior del país, bien lejos del “AMBA”, los argentinos pagan por la electricidad precios mucho más cercanos a la triste realidad. ¿Cristina Kirchner busca beneficiar con una factura de luz barata a una clase media porteña que difícilmente la vote?

Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner nunca pensaron seriamente en estatizar a las empresas eléctricas: así como los “precios cuidados” no son otra cosa que una estrategia comunicacional para desplazar la culpa de la inflación de la política económica del gobierno hacia las empresas que producen esos productos y los comercios que los venden: es mejor que una empresa privada funcione de “pararrayos” de la bronca de los usuarios por los cortes.

De hecho, el gobierno de Néstor Kirchner, además de empezar a subsidiar a las empresas eléctricas, sí estatizó CAMMESA, que es la empresa que provee de energía a las distribuidoras.

Leé también: Mismo consumo, más distribuido: la estrategia del Gobierno para evitar otro apagón

Pero esa estatización tenía como objetivo “permitir” que las eléctricas se atrasaran con sus pagos: una forma adicional de subsidio a las tarifas que termina pagando el consumidor del interior en favor del de la zona metropolitana.

Y mirando detrás de los subsidios a la energía es como se entiende buena parte del déficit fiscal de la Argentina que hoy solo se cubre con emisión monetaria y que, a su vez, genera más inflación: la misma inflación que se buscaba reprimir al principio congelando las tarifas de servicios públicos en el AMBA.

El sistema eléctrico y de servicios públicos termina siendo un verdadero “chino” sin el más mínimo sentido, totalmente irracional y que no refleja otra cosa que la muerte del relato del “estado presente”.

 

4 comentarios Dejá tu comentario

  1. Excelente resumen del relato para termos que es el peronismo y el kirchnerismo. El problema no son los adoctrinados K , esos son ovejas y junto a los adoctrinados peronistas solo representan el 30% del electorado. El problema son todos los idiotas del medio que se comieron el verso del "tarifazo" y puteaban a Macri y ahora (no lo dicen fuerte pero) se quieren cortar las venas por haber votado al desastre , mediocre e inoperante gobierno de Alverso y Kretina. A esos, a los que votaron Alverso y se fundieron en la pandemia, a los jubilados que este gobierno peronista ajustó brutalmente, a los periodistas, a los que querían seguir teniendo agua, luz y gas regaladas... JODANSE TODOS!

  2. Muy buena nota Diego, con un error, CAMMESA es una empresa privada, con participaciones del 20% c/uno del Estado, Generadores, Transmisión, Distribución y Grandes Usuarios. Hay que recordar que durante casi 10 años, y con la excusa que las distribuidoras tenían que "colaborar" con el país que salía de la crisis del 2001, Nestor K congeló las tarifas de Edenor, Edesur y Edelap, y ya durante el gobierno de su Esposa los subsidios a dichas empresas fueron monstruosos y crecientes, sin ningún tipo de control, al igual que la compra de GNL y Fuel Oil necesarios para la Generación por la caída de la explotación de hidrocarburos en el país. La "patria subsidiada", permite enriquecerse a las gobernantes corruptos, y comprar votos a mansalva en pueblos con falta de educación.

  3. Yo creo que el relato del Estado presente ha demostrado que es un fraude en todas las áreas y no sólo en el tema energético. Es más, una breve lista nos permite entender de un vistazo que tal vez el energético sea el menos grave de los problemas que nos regala el Estado presente. Patrimonio público y recursos naturales? Corrupción, negligencia, abandono, usurpación. ¿Seguridad de las personas y sus bienes? Abolicionismo, negligencia, corrupción indiferencia cuando no hostilidad hacia las víctimas. ¿Resguardo de los derechos REALES como propiedad, circulación, trabajo? Vial libre para la usurpación y el vandalismo si es con una excusa de odio político, impuestazo a las herencias y donaciones, cuarentenas encierros decomiso de vehículos, pases sanitarios, etc. ¿Educación? Cero habilidades y todo mentira política hipocresía y adoctrinamiento. ¿Justicia? Lo mismo que para seguridad. ¿Planificación del uso del suelo? Negligencia, negociados, usurpaciones, sobrecostos para dar servicios a zonas no habitables. ¿Austeridad y cuidado de la presión impositiva? Todo lo contrario, sueldos del Estado como solución social, subsidios vitalicios a la militancia, cultura de la pobreza y de la dependencia y principalmente una actitud partidaria soberbia y prepotente en defensa de su modelo de gasto y déficit crecientes. ¿Salud pública? Sometimiento a foros internacionales, abolición de la medicina y reemplazo por un protocolo, subsidios a la internación y a la muerte, censura de los tratamientos preventivos, campaña de vacunación irresponsable y contraproducente, persecución a los no vacunados, desinformación creciente afirmando que la vacuna "inmuniza" o "protege", o "garantiza", censura típica de situaciones de guerra. Y ni siquiera empezamos a hablar de economía o impuestos. Y si, el Estado presente es una tiranía, una mentira y un fraude monumental, y está más vivo que nunca. Los cortes de luz son lo de menos.

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