Desde hace una semana, cuando el presidente Alberto Fernández realizó el anuncio, en el Congreso se habla del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional bastante en el aire. Tanto desde el oficialismo como desde la oposición todos esperan conocer la “letra chica” y nadie revela cómo votará el proyecto, aunque sí hay quienes afirman que se necesita respaldarlo.
Sin embargo, con la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque del Frente de Todos en Diputados, disconforme con la negociación del Gobierno con el organismo internacional de crédito, se abrieron todas las posibilidades para que los legisladores camporistas y del núcleo duro kirchnerista puedan llegar a oponerse. En total son más de una veintena.
Desde la principal oposición, esto es Juntos por el Cambio, cuyo interbloque reúne dos diputados menos que el oficialismo en la Cámara baja, ponen como condición de acompañamiento al acuerdo que el Frente de Todos lo vote también en conjunto.
Germán Martínez, flamante presidente de la bancada oficialista, aseguró que trabajará en el objetivo de lograr una postura única, pero las chances no asoman positivas.
La discusión se estima arrancará en marzo, luego de la Asamblea Legislativa del 1ro. de ese mes, y en la que seguramente el tema central del discurso de Fernández sea éste. Lo que diga, lo que detalle, lo que calle y el tono en que se refiera al asunto será clave. En este caso, el mensaje no sólo podría ir dirigido a la oposición, sino al interior de la propia coalición.
Se descuenta que la mayoría de los 118 diputados del Frente de Todos respaldarán el acuerdo, aunque no todos lo hacen conformes, según ya manifestaron varios. Si se entra en el terreno de las especulaciones, Juntos por el Cambio (116 diputados) podría aportar más votos a favor que el propio oficialismo -pues quienes ponen reparos son menos de una decena- en el caso de que el Frente de Todos se fracture a la hora de votar; esto es, con los “rebeldes” votando en contra, absteniéndose, o ausentándose.
E incluso, si se logra el acompañamiento de espacios como el interbloque Provincias Unidas y el interbloque Federal, en la global, la oposición parlamentaria sería más numerosa que las voluntades aportadas desde el propio oficialismo.
Pero para ver esos resultados todavía falta que pase bastante agua debajo del puente. Además, también asoma muy complicado que en Juntos por el Cambio voten todos de la misma manera: si bien hay voces que aseguran que el país necesita del compromiso de la dirigencia, los más duros ya anticipan su intención negativa a votar el acuerdo.
El escenario atomizado dentro de la principal oposición tendrá un capítulo aparte ya que las discusiones para mantener a la tropa unida tampoco serán fáciles.
Otro paso importante será por qué Cámara comenzará el debate. Si el acuerdo ingresa por el Senado, cámara presidida por Cristina Kirchner, quien todavía no emitió opinión -aunque el presidente reconoció que “tiene diferencias” en el tema-, la posición que adopten los senadores oficialistas será toda una señal. En la Cámara alta son mayoría los legisladores que responden a los gobernadores y se aprestan a acompañar el proyecto.