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El Penguin News, el diario malvinense que no se publicó durante la guerra para no avalar la censura de Menéndez

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Su fundador, Graham Bound, contó a NA cómo fue su vínculo con el gobernador militar, Mario Benjamín Menéndez, y qué hizo ante la presión.
Su fundador, Graham Bound, contó a NA cómo fue su vínculo con el gobernador militar, Mario Benjamín Menéndez, y qué hizo ante la presión.

Con el desembarco en las Islas Malvinas, la dictadura, personificada en el generar Mario Benjamín Menéndez, intentó imponer el mismo sistema de control de la prensa en el archipiélago del Atlántico Sur, que sólo contaba con un pequeño y muy artesanal diario, el Penguin News. Su fundador, el periodista isleño Graham Bound, no aceptó las limitaciones que querían imponerle, dejó de editar el periódico y optó por registrar todo lo que sucedió durante los 74 días del conflicto bélico.

 

Con sólo 22 años, en 1979, Bound comenzó a editar el reconocido diario local, financiado (a mínima escala) por su padre. "Yo era un pibe loco que creía que podía dirigir su propio diario. Mi papá se interesó en la idea y me financió para poder hacer el diario, que no era muy convencional. Había pasado tiempo en el Reino Unido y en esa época había la creencia de que cada uno podía tener su diario o revista, sin importar cómo luciera. Lo llama `periodismo guerrilla´. Era el momento del fenómeno del fanzine, en el que cada uno podía hacer su medio del tema que le gustara", recordó el periodista.

Munido con una rudimentaria imprenta que funcionaba manualmente con una manivela, Bound imprimía varios ejemplares de su diario unipersonal y los distribuía en Port Stanley (Puerto Argentino), que en esa época tenía concentraba la mayor parte de los 1.800 habitantes que vivían en las Islas.

En diálogo con Agencia NA, el periodista, autor de varios libros sobre la Guerra de Malvinas, contó que previo al desembarco argentino del 2 de abril de 1982 los habitantes del archipiélago del Atlántico Sur eran "presionados tanto por el Reino Unido como por la Argentina", por lo que las noticias importantes del Penguin News "eran sobre política, pero también había notas locales, entrevistas con ministros que llegaban desde Londres".

"En esa época no sabíamos qué iba a pasar, pero sabíamos que algo se acercaba. Pensábamos que si algo pasaba en el aspecto militar iba a ser en las Georgias del Sur, no en Malvinas. El último número del Penguin News antes de la guerra lo fui demorando y demorando para tener la información actualizada y finalmente salió pocos días antes del 2 de abril: después de la invasión no lo hubiera podido publicar", señaló.

Con la llegada de los militares a las Islas Malvinas, también llegaron sus métodos, incluyendo la censura. "Los militares argentinos me lo dejaron claro: si quería publicar, tenía que ser en sus términos. Decidí que lo mejor era no publicar, porque no lo iba a poder hacer libremente por la censura", subrayó Bound. Y continuó: "Visité al secretario general del general Menéndez, Carlos Bloomer-Reeve, en tres ocasiones para decirle que quería seguir publicando, pero que quería tener una entrevista con Menéndez. Al principio me dijo que sí, que quería que todo siguiera normal y que se iba a hacer la entrevista, pero cuando se acordaba la entrevista, la cancelaban: me di cuenta de que no se iba a hacer, que no iba a haber cooperación y que tenía que ser algo que sirviera a los militares argentinos".

"Pero hay que ser honestos: no era el Times de Londres, era algo pequeño, hecho por una sola persona, a veces con ayuda de algún amigo, no íbamos a sacudir el mundo con el Penguin News, que era algo muy amateur. No quería hacer algo que fuera complicado, que tuviera el control de los militares argentinos, que tampoco iba a poder distribuir, porque la mitad de la población de Stanley se había ido. No tenía sentido hacer algo de lo que no estuviera orgulloso. Si hubiera hecho algo serio, hubieran cerrado el diario, me habrían detenido".

Pero la vocación periodística del isleño no se detuvo a pesar de que cesó la publicación del diario malvinense. "Opté por grabar y fotografiar todo lo que pudiera, para tener registros. Me tomó casi 40 años usar ese material", expresó Graham Bound, que hace algunos años volvió a mirar todo lo registrado en aquel momento y ahora lo publica en su nuevo libro, "A Falkland Islander´s Wartime Journal" (Diario de guerra de un isleño de las Malvinas).

Varias de las imágenes capturadas por el malvinense actualmente están expuestas en una exhibición en el Astillero Histórico de Chatham, cerca de Londres. "Mi mamá no sabía que yo estaba sacando fotos y grabando, pero mi papá me ayudaba: creo que un poco vivía a través mío y hacía cosas que le hubiera gustado hacer. Me ayudó a tomar notas, me contaba cosas que había visto u oído", rememoró Bound en una entrevista con Noticias Argentinas.

Sin embargo, esa actividad también se tornó complicada para Bound: "Sacar fotos era bastante tranquilo, no era algo riesgoso los primeros días, porque los militares argentinos estaban exaltados con lo que habían hecho. Pero eso cambió rápidamente y después sí tuve que ser más cuidadoso. Un día me arrestaron, me interrogaron, armaron un legajo y me preguntaron por qué había sacado fotos: les expliqué que tenía un diario y que así me ganaba la vida. Más que nada querían intimidarme".

"El capitán (Miguel Ángel) Romano (de la Policía Militar), entró y dijo: `Tranquilos, tranquilos, ¿qué pasa? Vamos a calmarnos´. Me ofreció un cigarrillo. Yo hacía mucho que no fumaba. Me dio un Jockey Club, que son terribles. Aspiré profundamente y empecé a toser, a atragantarme. Eso rompió la tensión, porque fue medio gracioso. Después de eso me dijeron que me fuera, pero que volviera con pruebas de lo que había estado haciendo y por qué lo había hecho. Pero nunca volví, porque un par de días después la Comisaría fue destruida por un misil", detalló.

Y profundizó: "Ese momento fue peligroso, porque yo sabía cómo la Junta había tratado a algunas personas en la Argentina (en alusión a los desaparecidos). En esas ocasiones, o cuando allanaban tu casa, te asustabas. El principal miedo era que no sabías qué iba a pasar".

Tras retratar a las tropas argentinas y sus movimientos durante varias semanas, Graham Bound volvió a editar el Penguin News: apenas sucedida la rendición de las tropas argentinas, el 14 de junio de 1982, el periodista isleño trabajó en la nueva edición del tradicional periódico local.

"Ese mismo día volví a hacer el Penguin News y habrá salido unos diez días después", relató. La tapa de aquel primer número tras los 74 días en que se extendió la Guerra de Malvinas es elocuente para el sentimiento de los isleños: "Victory, freedom and a future" (Victoria, libertad y un futuro), con grandes letras rojas se destacaban en el frente de esa edición, publicada "no en Puerto Rivero, Puerto de las Islas Malvinas o Puerto Argentino, sino Port Stanley, Falklands Islands".

El fundador del Penguin News, hoy ya jubilado y viviendo en Londres, consideró que "si la Argentina quiere restablecer la relación (con los habitantes de las Islas Malvinas), debería mostrar respeto por los isleños, que sólo quieren vivir en paz". "Y debería pedir perdón. Las disculpas dignifican. Después se puede volver a restablecer la relación. Las disculpas tienen que ser oficiales", subrayó Bound.

El periodista, que pudo rastrear el origen de su familia en el archipiélago en 1843, profundizó: "Lo que pasaron los isleños en 1982 fue muy extremo, una experiencia traumática. Después tuvieron que reconstruir sus vidas, su pueblo, sus casas, sus granjas y nunca nadie les dijo `ustedes vivieron un momento terrible, algunos de ustedes estuvieron encerrados durante semanas´".

En ese sentido, destacó el vínculo que se generó entre varios ex combatientes de ambos bandos. "Un poco de simpatía con los isleños y una disculpa oficial, porque hubo muchos aspectos de la Convención de Ginebra que no se respetaron (durante la guerra). Y tampoco deberían seguir demonizándolos. Mis ancestros llegaron a las islas en 1843: no tenían una agenda política, sino que buscaban una vida mejor en tiempos de la Revolución Industrial, no fueron implantados por el Reino Unido. Y sus descendientes sólo quieren vivir tranquilos su vida", añadió.

Bound aún recuerda los vuelos del Fokker F28 de LADE que unían a las islas con el continente durante su adolescencia y también la provisión de gas, combustible, las becas educativas y la atención sanitaria: "Era muy bueno eso, muy conveniente, pero había que pagar un precio político. Nos llevábamos bien, pero la política estaba a la vista".

"La política argentina, y muchos argentinos también, no muestran ningún respeto por los isleños, no respetan nuestro derecho a discutir nuestro futuro, nos llaman piratas, dicen que somos una población implantada con fines políticos. Si la Argentina quiere establecer algún tipo de confianza con los isleño, deberían tener algún respeto por ellos y dejar de demonizarlos. No es lindo que te llamen pirata o que te digan que no tenés ningún derecho", insistió.

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Lo que se soslaya en el intríngulis Argentina/british/kelpers y que es la clave para entender el nefasto “operativo” invasión toco-y-me-voy de los milicos del Proceso de 1982, es que por más que los kelper se empeñen JAMÁS VAN A PODER TENER UNA AUTO-DETERMINACIÓN CON LA HOSTILIDAD DE ARGENTINA, QUE SE VA A MANTENER POR SIEMPRE. Esto siempre fue así y explica porque cuando los prácticos british emprendieron en 1965 la decolonización de su colonia Falkland(ya entonces lo habían hecho con casi todas las suyas del mundo), optaron para ésta por la cesión de la soberanía a la Argentina. El escollo para ellos justamente eran los kelpers, que no querían ser argentinos y a los que por británicos no los podían dejar en la estacada, por eso el plan del Foreing Office entonces fue, que nosotros nos fuéramos haciendo paulatinamente cargo de ellos, y la vez la metrópolis los fuera abandonando, para obligarlos a aceptar el cambio de soberanía, ese plan estaba cumplido en abril de 1982, de hecho la soberanía había sido cedida y sólo faltaba hacerla oficial con el retro-arriendo que ellos habían ofrecido reiteradamente, ver artículo de Clarin del 20-7-2005: “Malvinas: cuando los militares tuvieron el traspaso de soberanía en sus manos”, https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/malvinas-militares-traspaso-soberania-manos_0_S1ZUHOkAFl.html. Esto llevó a nuestros milicos a creer que una invasión toco-y-me-voy iba a terminar en una negociación en la que los british confirmarían la cesión de la soberanía en los términos que ya habían ofrecido y ellos quedarían frente al pueblo argentino, que ya no los soportaba más, como “los conquistadores de Malvinas”. Fue la Thatcher la que les arruinó el plan, y cuando ellos finalmente tiraron la toalla y aceptaron el retiro de las tropas con una negociación posterior por la soberanía(propuesta “de las 3 banderas” de Belaunde Terry) hizo hundir el Belgrano, haciendo la guerra que ella sabía ganaba fácil, inevitable, con lo cual revirtió su desprestigio interno que le hubiera hecho perder por muerte las próximas elecciones, las que finalmente ganó fácil gracias a esa guerra, ver al respecto el YouTube de 5:50 minutos: “El vídeo escandaloso de Margaret Thatcher”, https://www.youtube.com/watch?v=gViDjx8PJVI&t=7s .

  2. Sí Petrosino. Aún después de la guerra, y mientras estudiaba en la universidad un grupo del Foreign Office dio una charla abierta y los asistentes hicieron muchas preguntas, sobre distintos temas de la política exterior del Reino Unido, entre ellas sobre el apartheid y algunos también preguntaron sobre Las Malvinas. Y el convencimiento de que eventually regresarían a sus dueños era sincero y fue repetido por varios disertantes. Creo que la incursión de las tropas argentinas fue un desastre lamentable, pero recuerdo también la Plaza de Mayo LLENA, Y TODOS VITOREANDO A GALTIERI. Como siempre, ese populismo y ese amontonamiento propio de una cancha de futbol siempre nos jugó en contra, y nos sigue jugando en contra.

  3. Y sí Zulema, le plan de los milicos, una invasión toco-y-me-voy y luego una negociación por la soberanía que llevaría al retro-arriendo que los british habían ofrecido reiteradamente, fracasó porque el apoyo popular a la invasión fue tan grande que superó incluso a la que los mismos milicos habían esperado. Salvo Alfonsín y Alsogaray que se opusieron tímidamente los primeros días, el resto de todos los otros politicastros(no había ninguno exiliado entonces) no sólo la apoyaron entusiastamente, sino que vomitaban en los medios que les hacían la claque: QUE LA BANDERA ARGENTINA JAMÁS DEBÍA SER ARRIADA EN LAS ISLAS. Eso fue lo que provocó que los milicos no aceptaran la propuesta de Haig del tipo "de 3 banderas"(soberanía compartida, retro-arriendo y cesión final) de los primeros días(cuando la flota british no había partido todavía), del tipo de la que luego reiteró Belaunde Terry y que los milicos aceptaron, pero ya fue tarde, porque eso le dio tiempo a la Thatcher y a los conservadores en el poder a decidirse por aprovechar tener una guerra ganada, que esa propuesta les arruinaba, por eso ahí hicieron hundir innecesariamente desde el punto de vista militar el Belgrano, y esa guerra provocada por ellos les permitió ganar por muerte las elecciones que antes de la invasión tenían perdida. Los kelpers han sido los grandes beneficiarios del nefasto "operativo" de abril de 1982, ergo al lado del monumento a la Thatcher en las islas, le tendrían que hacer uno a Galtieri.

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