¡Recién Publicado!
cerrar [X]

Reflexiones del 2 de abril: la guerra vivida por los kelpers

14
LA COLUMNA DE JOHN FOWLER, EDITOR DE PENGUIN NEWS
LA COLUMNA DE JOHN FOWLER, EDITOR DE PENGUIN NEWS

Tal vez porque los días en las Malvinas se tornan notablemente más cortos de ahora en adelante con la llegada inevitable del invierno, el mes de abril no es el favorito de nadie aquí. Para añadir a la penumbra del momento, casi no pasa un año sin que algún periodista —por lo general argentino—llame a la oficina para preguntar cómo estamos "celebrando" el 2 de abril, que conmemora el aniversario de la invasión argentina de las Malvinas en 1982.

 

Para ser perfectamente honesto, aunque soy consciente de su importancia, hasta que se hace la pregunta, normalmente no estoy pendiente de la aproximación de la fecha. Este año, sin embargo, siendo el trigésimo aniversario, tal feliz ignorancia ha sido imposible. Las llamadas se han multiplicado al igual que el número de equipos de televisión y periodistas de todo el mundo, en nuestra oficina.

Frente a una invasión mediática sin precedentes desde que el príncipe Carlos llegó aquí poco después de bailar el tango con la hija del presidente Menem en Buenos Aires, no ha sido posible simplemente contestar, “¡No lo estamos (celebrando)!" y en cualquier caso, la pregunta ha cambiado sutilmente. Ahora, y de a poco, ya no nos preguntan sobre las no existentes celebraciones, sino por nuestros recuerdos, pensamientos y reflexiones, treinta años después.

Es difícil explicar el impacto de la invasión de Stanley sin ser capaz primero de describir adecuadamente lo tranquilo que era en aquellos días. Si hubiera habido perros en la calle ladrando, inmediatamente habrían sido arrestados por quebrantamiento de la paz. En un día normal, toda la ciudad se cubrió en el tipo de calma sólida que sólo se encuentra en esos días de tarde de domingo en las islas más pequeñas en el oeste de Escocia.

Decir que Stanley era un lugar somnoliento es punto de hipérbole, pero las primeras horas del 2 de abril 1982 ofreció pocas oportunidades para el sueño, con golpes en la puerta de los vecinos en busca de refugio, los sonidos de granadas y ametralladoras al oeste de casa, donde las fuerzas especiales argentinas atacaron el cuartel de los Royal Marines y el fuego más concentrado cerca de nosotros fue hacia el este, en un tiroteo que se dio alrededor de Casa de Gobierno.

Todo el curso de la invasión fue reportado por la estación de radio local, cuyo director, Patrick Watts, mantuvo una línea abierta para los informes del gobernador Rex Hunt, y también para difundir las llamadas de la gente de toda la ciudad, incluso de algunos que estaban bajo sus camas o mirando al cielo a través de agujeros en sus techos, ocasionados por las metrallas.

Con la luz del día y la entrega final de los Royal Marines, las cosas se pusieron más tranquilas, pero no menos aterradoras. Conocer de las atrocidades cometidas contra su propio pueblo por la Junta Militar que gobernó la Argentina en ese momento, no era tranquilizador y, la serie de comunicados de nuestros nuevos amos en inglés y español que comenzaron a emitir en la radio, hizo poco para calmar nuestros temores.

A menos que tuviéramos una buena razón para hacer lo contrario, se nos ordenó quedarnos en nuestras casas, pero el tiempo era tan bueno en la tarde que nos sentábamos en el jardín mirando la madera blindada de los vehículos anfibios, con su tripulación saludando y sonriendo claramente perplejos cuando se percataban de que nadie los saludaba ni les devolvía la sonrisa.

No sé hasta qué punto yo soy una de esas personas que se encontraban en realidad en Stanley cuando la calma habitual se hizo añicos, pero no necesito un día especial para recordar la mezcla de miedo, la incertidumbre y los presentimientos que sentí en ese día y para los siguientes setenta y cuatro. Treinta años después, los recuerdos que yo preferiría mantener enterrados, todavía pueden surgir espontáneamente en cualquier momento.

Ayer, el secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dijo que creía que este aniversario era un momento para la conmemoración en lugar de la celebración. Estoy de acuerdo con ese sentimiento. Demasiadas familias en Gran Bretaña y la Argentina perdieron a sus hijos, padres o hermanos, para que esto sea un momento de celebración pura y, de la lista de los que murieron en combate, se pueden añadir los números iguales de los ex-combatientes de ambos lados que se quitaron sus propias vidas.

Entre muchas cosas tristes que surgen de este episodio es que, a pesar de todos los sacrificios hechos, la paz duradera en el Atlántico Sur no se ha establecido todavía y nada ha cambiado. Me permito sugerir que esta situación continuará hasta que se cumplan los siguientes requisitos:

- Que la Argentina elimine de su Constitución las cláusulas añadidas recientemente que no admiten ningún otro resultado que el de soberanía argentina y por lo tanto que cualquier discusión sobre otras opciones sea imposibles.

- Que Gran Bretaña siga defendiendo nuestro derecho a la autodeterminación y nuestro derecho a considerar a los recursos naturales dentro y alrededor de las islas como nuestros, para ser explotados como mejor nos parezca.

- Que la Argentina acepte que ya no somos una colonia británica o una parte de Gran Bretaña y que reconozca la existencia y legitimidad de nuestro gobierno elegido democráticamente.

- Que la Argentina deje de inducir a error a sus jóvenes al alimentarlos con una versión de la historia que niega los hechos registrados sobre los acontecimientos de 1833, que son clave para su reclamación.

- Que la Argentina se recupere de la amnesia selectiva que permite catalogar a Gran Bretaña como un agresor colonial, olvidando no sólo que en 1982 invadió un país pequeño y tranquilo y luego desafió la orden del Consejo de Seguridad de la ONU a que retire sus tropas, sino también olvidar cómo, a diferencia de las Malvinas, sus antepasados ​​inmigrantes barrieron sistemáticamente a los habitantes anteriores de su tierra.

Es una lista larga y que podría llevar un largo tiempo, si alguna vez, antes de todas las condiciones contenidas en él se realizan, pero a menos que todos los interesados ​​puedan dejar a un lado los prejuicios y trabajar de manera constructiva hacia el establecimiento de nuevas relaciones, pacíficas y justas en el Atlántico Sur, debemos considerar a aquellos cuyos sacrificio se conmemora entre hoy y el 14 de junio, no ya como vencedores o vencidos, sino solo como víctimas.

 

(Traducción: Tribuna de Periodistas)

 

John Fowler
Penguin News

 
 

14 comentarios Dejá tu comentario

  1. GLORIA ¡¡¡¡¡¡Muy bien !!!!, primero deberían ser siceros con nosotros, mostrarnos a quién le "REGALAN" nuestros recursos, nuestras tierras, nuestra "PATRIA" que informen por discurso y por escrito: ¿que compañías explotan nuestros cuantiosos recursos?, ¿cuáles son los nombres de las compañias?, ¿quienes son sus accionistas, los porcentajes de acciones que tienen en las compañías? y después "LLORAR LOS MUERTOS, ELLOS SÍ FUERON PATRIOTAS CON LAS HAGALLAS BIEN PUESTAS A PESAR DE SU EDAD, Y PERDIERON INÚTILMENTE LA VIDA POR SU PATRIA" "¿PARA QUÉ SIRVIÓ?" De que vale que el gobierno haga tanto "RUIDO", si por otro lado le dejan explotar todo lo mencionado anteriormente y sin controles de ninguna clase a empresas extrajeras. Nuestra patagonia está llena de propietarios extranjeros, no tienen una o dos hectáreas de tierra, tienen extensiones que van desde el Atlántico al Pacifico, ¿donde está la ley de suelos? ¿a quién se la aplican? ¿a los argentinos? NUESTROS FUNCIONARIOS SON UNOS HIPÓCRITAS Y CORRUPTOS, SE MUESTRAN COMPUNGIDOS POR LAS MUERTES DE LOS SOLDADOS EN MALVINAS Y POR OTRO LADO VEO COMO HACEN SUS NEGOCIADOS CON TODAS ESTAS EMPRESAS EXTRANJERAS, ESPECIALMENTE CON LAS QUE MENCIONASTE. Los soldados en Malvinas murieron por esos tres delincuentes que había en el poder, ¿los argentinos tenemos que morir viendo como extranjerizan nuestro país los corrutos?

  2. A LOS HIJOS DE MIL P... DE LOS PERIODISTAS, COMO MUCHOS EN ESTE PORTAL, QUE HABLAN DE "LOCURA" LA GESTA DE RECUPERACION DE MALVINAS LES DIGO: QUE FUE MAS LOCURA, LA RECUPERACION DEL ARCHIPIELAGO POR PARTE DEL GOBIERNO MILITAR O LA RECONQUISTA DEL INVASOR INGLES QUE NAVEGO MAS DE 8000 MILLAS NAUTICAS DE SU PAIS CON UNA FLOTA JAMAS VISTA POR UNA POSICION COLONIAL EXTRATERRITORIAL? QUE FUE MAS LOCURA, LA COMPOSICION DEL EJERCITO ARGENTINO, O LA COMPOSICION DEL EJERCITO BRITANICO CON GURKAS NEPALESES Y MERCENARIOS? NO ES LOCURA LAS MISIONES DE BOMBARDEROS BRITANICOS VULCAN CON MISILES BACTERIOLOGICOS Y NUCLEARES A LAS CIUDADES DE CORDOBA Y BUENOS AIRES? USTEDES PERIODISTAS, SON UNA REVERENDA MIERDA, AL SERVICIO DEL IMPERIALISMO SIEMPRE. LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD, Y LA REALIDAD MARCA QUE ARGENTINA FUE JIBARIZADA POR DERECHA Y POR IZQUIERDA, LA SUBVERSION MARXISTA DE LOS SETENTA, LA CASI GUERRA CON CHILE PROVOCADA POR EL FALLO DE LA CORONA BRITANICA, Y EL ACORRALAMIENTO DE LA JUNTA MILITAR MEDIANTE EL INCIDENTE DAVIDOFF.

  3. Señor Fowler: De todo lo que usted escribió quiero detenerme en este parrafo: "Treinta años después, los recuerdos que yo preferiría mantener enterrados, todavía pueden surgir espontáneamente en cualquier momento" Debe saber señor, que pensando como piensan, sus temores estan justificados. Han desaparecido ustedes de esta cuestion, el tema USURPACION. De por seguro Sr que nunca como padre, hare esto otro que expresa Ud en su nota: "Que la Argentina deje de inducir a error a sus jóvenes al alimentarlos con una versión de la historia que niega los hechos registrados sobre los acontecimientos de 1833, que son clave para su reclamación" Vuestro futuro no es con GB. Es con nosotros.

  4. Dejo otro para los que se sienten del pais nuestro: A un sitio sagrado como nuestras queridas e irrenunciables Malvinas, no permitiria se ensucie y contamine con las lacras de nuestra sociedad, esas que abundan en todas las clases sociales del pais. LLevaria alli a los mejores argentinos, no a cualquiera a que haga "la suya" Alguna vez sera y por la gracia de Dios, que seamos soberanos en el continente. Cuando eso ocurra y hayamos pegado un salto en calidad como pueblo, todo lo demas vendra por añadidura.

  5. No me extraña que los ingleses no sepan la verdad, pero si , que algunos argentinos acepten esas opiniones como verdaderas. Las Islas Malvinas pertenecen a la Argentina por razones geográficas e históricas. Y eso no se puede negar .El 2 de abril, el gobernador Hunt, se rindió, sin una sóla baja en sus filas. Además fueron respetados la vida, los bienes y los intereses de los kelpers. Los ingleses violaron todos los tratados internacionales. Tampoco respetaron la Resolución 502, de las Naciones Unidas que ordenaba el cese de las hostilidades para los dos países. En cambio Argentina sí respetó todos los puntos de la Resulución. Y deben reconocer los kelpers que ningún civil, fue atacado por los soldados argentinos. Porque en las dos guerras mundiales murieron más civiles que militares. Y los llamaron "daños colaterales" Los soldados argentinos lucharon por Dios y por la Patria, en cambio los ingleses era mercenarios de un estado pirata y usurpador. Además, los ingleses no saben lo que es luchar por la SOBERANÍA. Rouseau dijo : "LA SOBERANÍA NO PUEDE SER REPRESENTADA" Y "EL PUEBLO INGLÉS CREE SER LIBRE; Y ESTÁ MUY EQUIVOCADO; LO ES SOLAMENTE DURANTE LA ELECCIÓN DE LOS MIEMBROS DEL PARLAMENTO ;PERO TAN PRONTO COMO SON ELEGIDOS, VUELVE A SER ESCLAVO, NO ES NADA".:

Dejá tu comentario

El comentario no se pudo enviar:
Haga click aquí para intentar nuevamente
El comentario se ha enviado con éxito
Tu Comentario
(*) Nombre:

Seguinos también en

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
LinkedIn
Pinterest
Whatsapp
Telegram
Tik-Tok
Cómo funciona el servicio de RSS en Tribuna

Recibí diariamente un resumen de noticias en tu email. Lo más destacado de TDP, aquello que tenés que saber sí o sí

Suscribirme Desuscribirme

Notas Relacionadas

Lecciones a 33 años de un error

Se cumplen 33 años del desembarco argentino en Malvinas. Es preciso recordar y homenajear a los jóvenes soldados, algunos incluso adolecentes, que sin instrucción suficiente fueron enviados a luchar en medio del viento, el frío y el hambre, contra un enemigo militar y...