El Ministerio de Salud de la Nación comenzó a implementar una nueva estrategia de monitoreo de COVID-19 para integrar esta enfermedad a la vigilancia de las infecciones respiratorias agudas, tras al menos 10 semanas de baja de casos y la alta cobertura de vacunación: más del 80% de la población general cuenta con el esquema completo. Esto significa cambios en cuanto a la política de testeo, cuarentena y difusión de la información.

En esta nota te contamos qué se modificó y cómo continúa la vigilancia del virus en esta nueva etapa de la pandemia.

No más testeos masivos

En la última reunión del Consejo Federal de Salud se definió que se priorizará el diagnóstico de COVID-19 en personas con enfermedad respiratoria que pertenezcan a los siguientes grupos: personas mayores de 50 años y con condiciones de riesgo y poblaciones especiales que residan, trabajen o asistan a ámbitos que por las características propias presentan mayor riesgo de transmisión o generación de brotes (instituciones carcelarias, instituciones de salud, centros con personas institucionalizadas, personas que trabajen o presten cuidado a personas vulnerables).

También se va a testear a personas con antecedente de viaje en los últimos 14 días a una región en la que esté circulando una variante de interés o de preocupación que no esté circulando en el país; personas con enfermedad grave (internados), o fallecidos y casos inusitados; y en ocasión de la investigación y control de brotes.

Por otro lado, los jefes y jefas de las carteras sanitarias de todo el país acordaron reforzar las recomendaciones de cuidado generales para la prevención no solo de COVID-19 sino también de otras enfermedades respiratorias agudas. Es decir, continuar con el uso adecuado del barbijo en espacios interiores; asegurar la ventilación de los ambientes; mantener el lavado frecuente de manos; y evitar acudir a actividades laborales, sociales y educativas ante la presencia de síntomas.

Sin cuarentena para los contactos estrechos

En tanto, para los casos confirmados de COVID-19 leves o personas con síntomas de infección respiratoria se recomienda fortalecer las medidas de cuidado generales (uso adecuado de barbijo, evitar el contacto con poblaciones vulnerables y no asistir a actividades educativas o lugares públicos durante la presencia de síntomas o hasta 5 días desde la fecha del diagnóstico).

En el caso de los contactos estrechos de un caso positivo no se indicará cuarentena, recomendando extremar las medidas de prevención durante 10 días y evitar el contacto con personas vulnerables. Por último, para los casos confirmados en pacientes internados se continuará con el aislamiento respiratorio de acuerdo a las normativas vigentes.

Con respecto a los indicadores y la difusión de la información, se definió que pasará a ser semanal (antes era en forma diaria) con actualización los días domingo del monitor con los datos epidemiológicos y los martes de la sala de situación completa. Así, el domingo último la cartera sanitaria comunicó que en la última semana se notificaron 11.307 nuevos casos de coronavirus, 198 muertes y 372 personas que permanecen internadas con COVID-19.

Qué variables mirar

“El número de casos se ha vuelto un dato poco confiable porque en la Argentina se testea poco y en Europa también se ha bajado mucho el número de testeos. El seguimiento de la pandemia hoy pasa por ver la frecuencia de hospitalizaciones y el número de muertes”, explicó a Chequeado Jorge Geffner, profesor de Inmunología de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet.

Y agregó: “Si bien estamos en un momento de baja circulación viral y eso se traduce en un bajo número de fallecimientos y hospitalizaciones, hay un concepto subyacente: la pandemia no es cuestión del pasado. Si uno se fija Europa hoy por hoy en Reino Unido no baja de 150 a 400 fallecidos diariamente y Alemania 150 muertos diarios”.

Para Elena Obieta, médica infectóloga, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles de la municipalidad de San Isidro, al no estar buscando individualmente caso por caso, hay varios indicadores que ayudan a saber cómo va progresando la pandemia, como las unidades centinela.

“En determinados lugares del país, funcionan como centros centinelas, buscan a todas las personas con sintomáticos respiratorios y le ponen el nombre: es virus influenza, es virus sincicial, es adenovirus, es coronavirus. Eso luego permite establecer un panorama epidemiológico. Otro de los indicadores que uno puede tomar es ver la ocupación de las camas de terapia intensiva que a estos pacientes sí se los diagnostica con PCR y saber si esas neumonías graves son virus influenza o COVID-19”, señaló la especialista.

Además, el Ministerio continuará con la vigilancia genómica para saber qué variantes circulan en la comunidad, tanto en pacientes ambulatorios como internados, y detectar nuevas variantes de SARS-CoV-2 en escenarios de alta transmisibilidad y en viajeros provenientes del exterior. “Es importante seguir haciendo vigilancia epidemiológica, lo mismo que se hace con la gripe, porque a futuro esto va permitir establecer qué vacunas son necesarias”, sostuvo Obieta.

También la cartera planea implementar la vigilancia de aguas residuales, una estrategia que tiene por objetivo detectar el ARN del SARS-CoV-2 para predecir cambios en la prevalencia de la COVID-19 en diferentes áreas geográficas. Por ejemplo, un estudio de este tipo llevan adelante desde mayo de 2020 investigadores del Conicet en la provincia de Córdoba.

Para Geffner es clave en esta nueva etapa de la pandemia avanzar con la aplicación de las terceras y cuartas dosis de la vacuna contra el coronavirus. Los datos del Ministerio de Salud de la Nación al 14 de abril último muestran que aún resta vacunar a 14 millones de personas con la primera dosis de refuerzo.

“La tercera dosis es necesaria por si tenemos una nueva ola con Ómicron. De hecho, hay que ver como sigue Ciudad de Buenos Aires pero ese descanso ininterrumpido de casos se ha detenido y hemos empezado a detectar una subvariante de Ómicron que es la BA.2 que sabemos que es un 20% más contagiosa que la BA.1”, sostuvo el experto.