Hoy se publicó en el Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la Resolución N.º 2566/MEDGC/22 dictada por la Ministra de Educación, Lic. Soledad Acuña, que en su art. 1° establece “… que en el ejercicio de sus funciones, los/as docentes en los establecimientos educativos de los niveles inicial, primario y secundario y sus modalidades, de gestión estatal y privada, deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”.
Lo decidido por Acuña se orienta a proteger el idioma español para toda actividad oficial, ya sea educativa o de comunicación, lo cual abarca tanto lo que se expresa oralmente o por escrito. Bajo esta nueva modalidad es de esperarse que el uso de la “e”, entre otras aberraciones idiomáticas sean desterradas aún de los actos conmemorativos escolares.
Ahora bien, la resolución en cuestión, en su art. 2°, aprueba los documentos: “Guía de recursos y actividades para trabajar en la escuela para el Nivel Inicial”, “Guía de recursos y actividades para trabajar en la escuela para el Nivel Primario” y “Guía de recursos y actividades para trabajar en la escuela para el Nivel Secundario” de conformidad con los Anexos I (IF2022-21140337-GCABA-SSCPEE), II (IF-2022-21140505-GCABA-SSCPEE) y III (IF2022-21140738-GCABA-SSCPEE), respectivamente, que a todos sus efectos forma parte integrante de la presente, a fin de continuar brindando herramientas para una comunicación inclusiva, respetando las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza.
De la lectura de los mencionados documentos se advierte que, según el Ministerio de Educación de CABA, el uso del masculino genérico no es inclusivo. Y, por ello, se proponen alternativas que complejizan el idioma, como por ejemplo decir “alumnos y alumnas”, en vez de, sencillamente, referirse a los estudiantes de ambos sexos con un simple y abarcativo “alumnos”.
En definitiva, se protege a los estudiantes de una incorrecta utilización del idioma, lo cual ya es mucho en los tiempos que corren, aunque se reafirma una creencia no compartida por todos los ciudadanos: que el idioma español, nuestro idioma, aquel que aprendimos de boca de nuestras propias madres, es sexista, por el solo hecho de emplear el masculino genérico.
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