En diciembre de 2001, las pantallas de los canales de televisión seguían el minuto a minuto del riesgo país, que trepaba a medida que los funcionarios hacían alguna declaración sobre la crisis sin precedentes que soportaba la Argentina, corralito incluido.
Ahora, lo que recalienta minuto a minuto las redes sociales es el alza del dólar ofrecido en el mercado marginal, que quedó a un paso de los $320.
Ya casi nadie habla del riesgo país, a pesar de que también está por las nubes, encima de los 2.800 puntos.
A diferencia del 2001, la situación en los bancos es de calma, y nadie piensa en la posibilidad de una confiscación de depósitos, en gran medida porque la mayoría de las colocaciones están en pesos.
Igual, existe un goteo de salida que se puede volver significativo en el caso de depósitos en dólares.
El escenario es de alta tensión, en especial luego de trascender el panorama dramático que la ministra de Economía, Silvina Batakis, trazó ante el Gabinete nacional y los gobernadores.
"No hay plata" y "aguantar hasta que pasen estos dos meses", fueron algunas de las frases sueltas que se desprendieron de esos encuentros.
Mientras tanto, Batakis y el presidente del BCRA, Miguel Pesce, estudian nuevas medidas para tratar de contener la salida de divisas, que ya dejaron las reservas por debajo de los US$ 40.000 millones.
La última idea en estudio es desdoblar la divisa para turistas y pagarles lo mismo que el contado con liqui si la liquidan en el sistema financiero.
La idea nace con éxito improbable: es que para qué los turistas van a hacer un trámite bancario si son los propios comercios y hoteles los que se las reciben al tipo de cambio blue, o incluso un poco por encima.
El problema de fondo, como ocurrió en Venezuela, es la multiplicidad de tipos de cambio, que desalienta las exportaciones e impulsa las importaciones.
Todo el mundo quiere dólares en la Argentina, pero sobre todo busca sacarse de encima los pesos, que queman en los bolsillos mientras el BCRA no para de emitir.
A la recién asumida Batakis se le acaban las palabras para describir la magnitud de la crisis. También explicó que el escenario es "muy complejo", durante sus reuniones con gobernadores, como si hiciera falta decirlo.
La portavoz del presidente, por su lado, continúa ninguneando al dólar blue, pero admite que se analizan medidas ante la disparada de esa cotización que es la que en realidad miran todos los argentinos.
La última anécdota de esta crisis muestra a argentinos revolviendo la basura porque aparecieron dólares olvidados en el cajón de un ropero.
Credibilidad
El problema de fondo es que ya pocos creen que el Gobierno tenga la receta para afrontar esta crisis.
Y los inversores temen que todo termine impactando en una renegociación de pagos de la deuda.
El escenario internacional es cada vez más adverso, ya que a la suba de los commodities que presionan sobre la inflación, se sumó la casi segura nueva alza de tasas en Estados Unidos.
Esa decisión muy probable de la Reserva Federal terminará por llevarse las pocas divisas que tenían alguna chance de llegar a estas pampas.
Mientras tanto, a la dirigente con más peso en la coalición gobernante, la vicepresidenta Cristina Kirchner, sólo parecen preocuparle sus causas judiciales y aplicar una reforma insólita para elevar a 25 los jueces de la Corte Suprema.
Otra vez los intereses de la clase gobernante se distancian de los problemas que día a día sufren los argentinos, que tienen en la escalada de la inflación y la pobreza su costado más duro.
Ante semejante miopía, no habrá medida que alcance para enderezar el rumbo y esquivar el iceberg.