La Argentina es un país tan curioso que ha puesto de moda el odio. Habla del odio, escribe sobre el odio, inunda las redes sociales con el odio, lo extiende hasta el Poder Judicial, la oposición al gobierno y a los medios de comunicación. Pretende legislarlo.
El odio es una emoción humana y hasta ahora no se han podido legislar las emociones. Sí se pueden legislar los hechos derivados de las emociones, pero la emoción en sí, no se puede. Aunque algunos países como Venezuela y Nicaragua lo han hecho.
Venezuela, 8/11/2017. La ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia. Es una ley aprobada por unanimidad por la Asamblea Nacional Constituyente, conformada exclusivamente por miembros oficialistas.
El resultado es conocido. En Venezuela y bajo la dictadura de Nicolás Maduro, el destino de los opositores es la cárcel, el de la libertad de expresión la inexistencia y en cuanto al poder judicial es la sumisión a la dictadura chavista.
Nicaragua, 18/1/2021. La Asamblea Nacional aprobó una enmienda constitucional que permitiría la cadena perpetua por delitos de odio definidos en términos generales. Es decir los términos de la dictadura de la dupla Ortega- Murillo.
El comandante Ortega encarceló a los candidatos presidenciales que tenían chances en la última elección. En una elección libre y transparente, para Ortega es un delito de odio tener la posibilidad de ganarle en el uso del poder.
Estados Unidos también tiene una ley Contra los delitos de odio. Esta ley amplía la 1ª Enmienda (1791) a la Constitución del país que prohíbe al Congreso establecer una religión oficial, debe permitir la libertad de culto y de expresión.
El Presidente Barak Obama, 28/10/2009, ratificó la ley del Congreso de los Estados Unidos, Ley para la Prevención de los Delitos de Odio. Incluye los crímenes por odio racial, color de piel, nacimiento de origen, orientación sexual, identidad de género, discapacidad real o percibida. Protege a las minorías.
La ley Del Odio con la que sueñan los K, que de odio saben mucho, tienen varias maestrías al respecto, es una ley que callara a la oposición y al periodismo independiente, prohibiera a los “medios hegemónicos” y desapareciera al Poder Judicial.
El gobierno K, tan afecto a las mentiras que si se encuentra con una verdad no la reconoce. Además olvida los 37 años de guerras civiles entre la declaración de la Independencia (1816) y poder congregar a las provincias alrededor de un contrato social para constituirse en Nación (1853).
Ese contrato social, la Constitución Nacional de 1853 (con todas sus reformas, 1860. 1866, 1898, 1957, 1994), siempre se mantuvo fiel a los primeros 35 artículos, que son el alma de la Constitución. Artículo 14, “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos, a saber, […] de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa […]”.
Este 4º gobierno K, como todos los gobiernos electos democráticamente, al asumir jura respetar y hacer respetar la Constitución Nacional. Es inmoral tener que recordarle a los funcionarios gubernamentales hechos tan obvios.
Con total descaro han distribuido en parte de la provincia de Buenos Aires un cuadernillo con un personaje desagradable que dice “yo odio, tu odias, el odia, nosotros odiamos, vosotros odiáis, el gatilla”. ¿El “nosotros” incluye a los K?
Además son torpes. Y hacer militancia con los chicos debería ser un delito de lesa infancia que no tendría que perimir. Lavar, manipular el cerebro de los chicos es un crimen. Quizás algún día, cuando se recupere la cordura, será juzgado.
Todo este circo existe a partir del fallido atentado a Cristina. Hecho que Durán Barba calificó de “rocambolesco”. Palabra exacta. George Orwell escribió, “el periodismo debe molestar a alguien, el resto son relaciones públicas”.
Si Argentina es capaz de generar una ley “del odio”, le pondría una lápida a la libertad.