En esta ocasión y en el recorrido que realizamos para visibilizar realidades que existen como tal, nos contactamos desde Tribuna de Periodistas con el periodista mexicano Otoniel Martínez, conductor de TV Azteca, que realizó un viaje hacia Nicaragua con todas las dificultades y odisea en cuanto a los riesgos, que más allá de su labor profesional, significó para él y su equipo.

Cabe mencionar que el documental que realizó -en julio 2022-, se llama “Duele Respirar”: un país fachada, es una investigación que desnuda y visibiliza la realidad de la dictadura en Nicaragua de Daniel Ortega y Rosario Murillo y la falta total de libertad de sus habitantes, que solo respiran miedo y angustia.

El documental se encuentra nominado como finalista en la categoría documentales, Festival Pantalla de Cristal 2022, Premio México Mira al Mundo y en la categoría Mejor Fotografía, de dicho Festival entre otras nominaciones.

TDP- ¿Cuál es la motivación para viajar a Nicaragua, recorrer y mostrar esta realidad que se visibiliza en el documental?

OM- Lo que me moviliza, para viajar a Nicaragua fueron los testimonios de los refugiados nicaragüenses que se encuentran en México, con los que he podido conversar sobre la terrible dictadura que los obligó a huir, emigrar y proteger sus vidas, como el testimonio de periodistas nicaragüenses que no pueden hablar, ejercer su profesión con libertad, y deben contar fuera de su país la existencia de una realidad brutal.

-Cuando se habla de Nicaragua y de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo “es venderle al mundo el país que ellos quieren, ya que es una dictadura disfrazada, llegó al poder hace 33 años y se terminó convirtiendo en una dictadura repetida”.

TDP- ¿Que pasó con esos periodistas que no pueden ejercer su profesión?

OM- Como el nicaragüense necesita de un micrófono de una cámara porque desde 2018 que hubo un estallido social del pueblo, que salió a las calles no hay corresponsales, estos colegas se tuvieron que apartar, autocensurarse y salir del país, para contar una realidad desde afuera de Nicaragua.

-“Es una realidad brutal que se debe contar, y con la que hay que sensibilizarse”.

-Entonces, la escena en la se puede mover un periodista nicaragüense es escribir desde otro país, para contar la realidad de un país que ocupa el segundo lugar de pobreza en Latinoamérica y con una población de más de 6 millones de habitantes.

- Población a la no les permiten -inclusive - llegar a escuchar el himno nacional en tono elevado en el celular, sacar fotos en la vía pública, no existe libertad de expresión, no pueden escribir en las redes sociales o bien postear todo aquello que permita contar una realidad del país, porque la consecuencia o resultado final es el exilio, la cárcel, la desaparición o muerte.

“Todo allí se ve reducido a nada”.

TDP- ¿Cómo deciden con el equipo ir a Nicaragua?

OM- En virtud de todo lo relatado -ut supra-, me reúno con el equipo y tengo contacto con algunas personas que están en el exilio en México.

-Sus historias, sus testimonios son fuertes, pero me advierten “no vayas esta tu vida en riesgo”, porque los periodistas o medios no pueden ingresar, no les dan permiso, más allá que los investigan fuertemente.

-“La única forma es ir de manera clandestina, porque de otra forma no se puede”.

- “Por lo menos en Cuba se puede filmar, se puede grabar en las calles, el turista lo puede hacer, en cambio en Nicaragua no se puede sacar fotos, grabar, filmar -aunque sea como turista- y de hacerlo de forma inmediata llega la policía que es la mano derecha de Ortega y decomisan todo el material como lo más leve.

-La conclusión “es que esa persona extranjera puede terminar en la cárcel y en otra situación, de manera que estas son las advertencias que me hacen”.

-Me llegó a decir una exiliada que vino con su hija y quedo en Nicaragua preso su esposo ¡está loco, no hay manera de entrar a Nicaragua!

TDP- ¿Cómo logran tramitar y realizar permisos, documentación, acreditación e ingresar con los compañeros como turista?

OM- Managua es la Capital de Nicaragua y para llegar allí hay que tener un permiso expedido por el gobierno nicaragüense, no se puede entrar al país de otra forma, además un periodista no puede ingresar.

-A ello se suma que existe una lista de profesiones, que el gobierno de Ortega no permite que ingresen y entre ellas se encuentra la de ser periodista.

-Primero viajamos hacia San José de Costa Rica, durante 9 horas, de allí tomar un micro para Managua que son 14 horas. Realmente las fronteras terrestres son más vulnerables, con riesgo total.

-Fuimos con mis dos compañeros vestidos como mochileros, sin nada de equipo profesional, con muy poca ropa, como unos turistas mochileros de verdad.

- Atendí todas las recomendaciones, tuve que estudiar todos los puntos turísticos, reservaciones en hoteles, parques y demás. Íbamos por 15 días con regreso al final a Costa Rica y México.

- Cuando llegamos tuvimos que soportar dos horas de interrogatorios y nos interrogaron de todas las formas que existen y nos quitaron los pasaportes para analizar nuestros perfiles. Las fronteras terrestres son más vulnerables con el riesgo que ello implica.

TDP- Si les analizaban los perfiles, ¿cómo hicieron para que en sus perfiles no figuraran como periodistas? Dado que son conocidos públicamente en televisión, notas y en las redes sociales.

OM- Tuvimos que desaparecer de las redes sociales por completo, con otra identificación, durante todo ese tiempo que estuvimos en Nicaragua.

- Me blindaron mi nombre, el de mis compañeros y toda mi realidad. Esta es una realidad que me impresiona, porque en Nicaragua estaba en riesgo todo el tiempo mi derecho a la profesión, a documentar, a ser periodista.

-Si bien en México no es fácil ser periodista, toda vez en lo que va del año fueron asesinados 15 periodistas, más las mujeres que son asesinadas por día, sin embargo y a pesar de esto no me siento en riesgo en mi país como en Nicaragua.

-Desaparecí por completo en mi perfil y documentación. La realidad es que en Nicaragua los policías son los tentáculos de Ortega y por suerte el guía turístico que nos acompañaba nos ayudó a recorrer y nos decía: “por aquí sí y por acá no”.

-Esto nos permitió documentar también, todos los escenarios donde se habían producidos las protestas sociales de 2018 y pudimos grabar los murales de la universidad de Managua, pero nos detuvieron policías, que nos preguntaron ¿porque graban? Solicitaron la identificación, fuimos interrogados.

TDP- ¿Cómo fue la sensación que experimentaron y lo que pasaba alrededor?

OM- Puse en duda todo, cuestione todo, llegamos a la frontera poniendo en duda todo, porque me remitía a los hechos, hablar con la gente y observe como la policía es el tentáculo más peligroso que existe.

-Desde ya, que no se podía grabar con el celular y con estrategias de seguridad, de cuidado, estuvimos dos semanas reflejando la realidad de país.

-La gente en general tanto fuera del país como adentro no quieren hablar, tienen miedo. Fuimos a mercados populares y cuando sacaba el celular la gente se agachaba, se escondían. No obstante, otras personas dan sutilmente su opinión pero en voz baja y pedían “no me grabes”.

-A pesar de ello, hubo personas que quisieron hablar y nos invitaron a su casa, y algunas de las entrevistas fueron realizadas de manera escondida.

-Se sabe que el presidente Daniel Ortega controla las redes sociales y existe toda una red especial para saber, indagar, interrogar ¿quién está con el gobierno y quién no?

TDP- ¿Cómo lograron hacer las entrevistas y circular en medio de tanto miedo, coerción y falta de libertad?

OM- A pesar de todo, hubo personas que quisieron hablar, llegamos a grabar una entrevista en un hospital y en el consultorio más escondido y afuera del consultorio se colocó una radio a todo volumen, para que no se escuche lo que estábamos haciendo y conversando.

-En otra circunstancia viajamos dos horas y cuando llegamos al lugar, no quisieron darnos la entrevista por el temor y el miedo a las consecuencias que son graves. Es más esas personas que iba a entrevistar me bloquearon para no dejar nada en el celular y evitar que la policía de Ortega no se entere.

-TDP- ¿Qué pasó con las personas que entrevistaron teniendo en consideración el tiempo que transcurrió desde el momento que volvieron a México y la presentación del documental?

OM- A cuatro meses de lo que vivimos en Nicaragua, “puedo confirmar que hubo represalias con los entrevistados”.

-Es decir, uno de ellos esta exiliado en Costa Rica, otra persona se encuentra resguardado y escondido en casas de seguridad que nadie sabe dónde están dentro de Nicaragua .

-Y el testimonio de una maestra que me pudo mostrar con libros en mano, cómo se encargó el gobierno de meterse en la educación y están las historias como héroes de Chávez, de Maduro, del presidente de Bolivia, de Cuba y además nos ofreció pruebas concretas de los programas educativos para adoctrinar a los niños”.

-Esta maestra una vez que la entreviste, fue asediada por la policía orteguista, la vigilaban las 24 horas de todo lo que hacía y fichaban. Por lo que debió decidir salir del país escondida, primero estuvo en México -que me contacto y volvimos hablar- . En la actualidad se encuentra en California, Estados Unidos.

TDP- ¿Existe un antes y después en tu vida personal y profesional al volver de Nicaragua y todo lo vivido?

OM- En efecto, existe un antes y después en mi vida personal y profesional, son esas historias que se deben contar, es mostrar la radiografía de un país que se traduce en un mapa político, donde se ve que la izquierda está gobernando con tintes dictatoriales, con regímenes que acaban con familias y con la creación de un país del que apodera y solo porque la gente opina diferente y no puede hablar, expresarse.

-Con este documental “quise rendir un homenaje todos los periodistas que no pueden ejercer sus derechos, no pueden ejercer su derecho de libertad a la expresión y que tienen que hablar e informar fuera de su país”.

-Es para el periodista internacional que demuestra que existen realidades, reaccionan y ven lo que pasa.

-Homenaje para todos aquellos que no pueden ejercer su profesión y personalmente lo consideró un homenaje “porque hay un amor especial por la vida, por mi país, México, país lacerado, también por todo lo que nos pasa.

-Además, países como México me duelen y como consecuencia con lo que realice en Nicaragua fue una forma de abrazar la vida que viven los millones de habitantes en la dictadura de Daniel Ortega.

TDP- ¿Qué repercusión tuvo el documental que ya está circulando y seguramente debe conocerse en Nicaragua?

OM- Ocurre que el gobierno de Daniel Ortega, después que regresamos a México, otorgó, impuso una ley que permite a la Cinemateca nicaragüense confiscar cualquier material que muestra la realidad del país y de las opiniones en contra. Quita el teléfono, decomisa el material y la persona va a la cárcel.

-Esta ley se aprobó en el Congreso y con la ley en la mano ya no existen más permisos para ingresar, para grabar y demás. Confiscan todo el material por violar derechos y se basan en los ciberdelitos para perseguir a los periodistas y a los que están en contra de la dictadura acusados de dar noticias que son falsas para el régimen o bien por criticar, disentir o no estar de acuerdo con el gobierno, se confisca, hay cárcel, desaparición y muerte.

- “Este documental demuestra “que duele respirar por el miedo, por la falta de libertad, por la vida y Nicaragua vive con miedo y tristeza” y ese miedo se contagia”.

“Es una paradoja que todos los dictadores hayan subido al poder por la escalera de la libertad de expresión. Inmediatamente después de alcanzar el poder cada dictador suprimió la libertad de expresión a todos excepto la suya propia”. Herbert Clark Hoover.