Cuando esta tarde el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de a conocer la inflación de febrero, estimada por los privados en 6%, habremos llegado a la marca del 100% en los últimos 12 meses, algo impensado desde la hiperinflación de Carlos Menem de 1990.
Atrás habrá quedado esa mezcla de alegría y consuelo de la vocera Gabriel Cerrutti que anunció en diciembre que no se llegó al 100% en el 2022. El ministro de Economía Sergio Massa había bajado las expectativas tras la salida de Martín Guzmán, y luego, de Silvina Batakis, del Palacio de Hacienda, y postergado los ajustes para comienzos de este año, or lo que el Índice de Precios terminó en 94,8%
En el 2021 había finalizado en el 50,1% y desde el oficialismo aún se podían consolar con que era menor al que dejó Mauricio Macri al terminar su Gobiernocon el 53,8%.
Claro que en el primer año de gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, en plena pandemia y con una de las cuarentenas más prolongadas del mundo, la suba de precios fue del 36,1% acompañada de una caída inédita del 10% del Producto Bruto Interno.
Ahora llegamos al 100% de nflación, que “suena” como algo mucho mayor al 94,8% del año pasado, aunque en el bolsillo se sienta de la misma manera,
Todo esto a pesar de la innumerable cantidad de acuerdos de precios, de precios justos, cuidados, de restricción a las exportaciones de carne vacuna, fideicomisos para el maiz, acuerdos con las petroleras para que suban mes a mes los precios de los combustibles, de la tan proclamada segmentación de tarifas….y seguramente de algo más que no me acuerdo.
“No solo estamos sin Estado, sino que también sin moneda”, descubrió la semana pasada Cristina Fernández de Kirchner, quien forma parte de este Gobierno e impulsó la fórmula presidencial a la que sumó a Alberto Fernández.