Mientras gran parte de la cúpula de la iglesia católica latinoamericana y sus feligreses cierran filas para luchar por su iglesia, víctima de atroces atropellos por defender los derechos humanos básicos y la democracia, el Papa Bergoglio nuevamente calla. Una actitud a la que ya estamos acostumbrados.
Con ello se hace cómplice de los horrendos dictadores latinoamericanos y de aquellos líderes que están a un paso de serlos. Hoy presenciamos su cobarde actitud ante su iglesia en Nicaragua, perseguida por el maléfico binomio Ortega – Murillo, pero también ante la situación en Venezuela, Bolivia, Colombia, Chile, México y su país natal Argentina. En este caso su hipocresía es tal que se atrevió hace pocos días a criticar la durísima situación económica, moral y política por la que atraviesa Argentina olvidando que él ha sido y es uno de los mayores responsables de este caos por haber apoyado irrestrictamente a la mafia kirchnerista que ha destruido el hermoso país. No olvidemos su repetida frase de apoyo a la delincuente Cristina Kirchner “Cuiden a Cristina, cuiden a Cristina”. También se ha ufanado de su buena relación con los sátrapas cubanos Raúl y Fidel Castro expresando que Cuba es un símbolo importante para nuestro continente.
¡Cómo puede un sumo pontífice estar orgulloso de tener una impía, impúdica relación con una dictadura criminal, que ha sumido a su pueblo a la miseria sin respetar los mínimos derechos humanos durante más de 63 años! ¿Es Francisco un cínico o un ignorante o las dos cosas juntas? Hoy en día le ha dado la espalda a su iglesia en Nicaragua, tolerando que el valiente obispo Rolando Álvarez , que se negó a ser desterrado a los EE.UU., sea condenado por su actitud a 26 años de prisión en una mazmorra del régimen. Pero la Iglesia latinoamericana le está diciendo claramente: Basta ya Francisco con tanta hipocresía. El valiente sacerdote de la Isla de Cuba, el padre José Conrado Rodríguez comentó claramente su decepción al sostener en público: ”Los cubanos sentimos vergüenza ajena por usted”.
Pero las fuertes críticas a su actuación ideologizada y carente de fe, que han transformado durante su papado a la iglesia católica de hoy en una especie de ONG política de extrema izquierda, no vienen sólo de nuestro continente. Las pedradas más fuertes las está recibiendo de su propio entorno romano, tanto dentro del Vaticano, de altos prelados conservadores, como de renombrados vaticanistas y de importantes periodistas europeos. Las críticas han tenido en estas últimas semanas un grado ya más que preocupante para la permanencia de este papado de Bergoglio. Se trata de la aparición de dos libros clave que denuncian la malicia, el rencor y las venganzas ocultas de este Papa, que nació, como es vox populi en la Argentina, para ser un político de izquierda, pero jamás para ser un pontífice.
Estos dos libros han sacudido los cimientos mismos del Vaticano de hoy. Nos referimos a la publicación del secretario personal y confidente del Papa Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gaenswein, titulada “Nient´ altro che la Verita” (Nada más que la Verdad) que vio la luz casi inmediatamente luego de la muerte del Papa emérito, y al libro póstumo de memorias del propio Benedicto “Quasi un Testamento Spirituale”, publicado justamente un día después de su muerte tal como lo había previsto el propio Papa Emérito. En este libro Benedicto XVI da a entender los motivos verdaderos de su dimisión, el odio que lo rodeaba y las intrigas y componendas en su contra de un poderoso círculo vaticano que se extendía por su Alemania natal, por Europa y los EE.UU. , y su debilidad física para poder enfrentarlos. Benedicto era fundamentalmente un hombre de fe, un teólogo y no un hombre político de izquierda como lo es el Papa Francisco.
El Papa Benedicto narra en sus memorias, con mucha amargura y tristeza, sus desavenencias y enfrentamientos con el actual Papa y el giro que ha tomado su Iglesia luego de su retiro, afirmando su filosofía fundamentalmente conservadora, anti globalista, anti Lgbt, anti la nueva cultura woke, decididamente en contra del marxismo cultural y evidentemente anti aborto. Con esta filosofía se granjeó desde el inicio de su papado una lucha frontal con el gobierno de Obama y su entorno y sus seguidores. Es de destacar su deseo expresado explícitamente por escrito que no quería que estuviera presente en sus exequias religiosas el presidente norteamericano Joe Biden, hecho que fue confirmado por la propia secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jean Pierre, y que se interpretó como una bofetada para la política progre tanto de Obama como de Biden. En el Vaticano el vengativo Bergoglio redujo las ceremonias fúnebres en honor a Benedicto a un mínimo, lo que fue muy criticado en círculos católicos en todo el mundo
La segunda y devastadora publicación contra el papado de Francisco que queremos mencionar es de la autoría del secretario personal de Benedicto XVI y confidente durante todo su papado , el arzobispo Georg Gaenswein. El libro titulado “Nient altro che la verita” , Nada más que la verdad, fue publicado casi inmediatamente luego del fallecimiento del Papa Emérito y produjo una tormenta perfecta dentro y fuera del Vaticano por las revelaciones de las cruentas luchas internas, de los enfrentamientos que tuvieron lugar y de los verdaderos motivos que llevaron a la dimisión temprana de Ratzinger. Gaenswein, en la misma línea expresada por importantes vaticanistas, narra la gran desilusión y tristeza que le producían al fallecido Papa las medidas que tomaba Bergoglio para cambiar de raíces su iglesia. La publicación de este libro obviamente enfureció a Bergoglio que le quitó de inmediato a Gaenswein el importante cargo como Prefetto della Casa Pontificia, echándolo inclusive de sus aposentos vaticanos en el Monasterio Mater Ecclesiae.
La venganza de Bergoglio se extendió mas allá de la expulsión de Gaenswein, sino que continuó con la persecución de prominentes teólogos que comparten las ideas del extinto Papa. Tomemos tan sólo como ejemplo la persecución que ha sido objeto el insigne cardenal alemán Gerhard Mueller, teólogo y filósofo, muy cercano a Benedicto, que hace muy poco afirmó que Francisco está rodeado de un círculo mágico sin preparación teológica, hablando también del nihilismo antropológico que está amenazando y envenenando la Iglesia Católica en estos momentos críticos de una modernidad sin Dios. Como era de esperar, por órdenes directas de Bergoglio, el Cardenal ha sido separado de su importante cargo como Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, función que ocupara durante años. Mueller cuenta que Bergoglio prescindió de él a través de una simple nota que decía: “Has terminado tu mandato, gracias por tu trabajo.” A diferencia de su amigo, el fallecido Papa Benedicto, Mueller no se muerde la lengua a la hora de decir que Francisco está conduciendo la iglesia por un mal camino. “En este momento veo la iglesia al borde de un precipicio”. Bergoglio no pudo echarlo del todo del Vaticano porque Benedicto en vida le había cedido a Mueller un aposento suyo que poseía dentro de la Santa Sede. La actitud vengativa de Bergoglio se extiende a muchos otros opositores, que uno a uno los obliga a jubilarse antes de tiempo para sustituirlos por otros de su ideología, preparando así un sucesor de su medida ante un eventual próximo Sínodo, dada su precaria salud física.
¿Y qué puede esperar la población cristiana, católica latinoamericana de este Vaticano dirigido por el Papa Francisco? Muy poco en lo que se refiere a su lucha por un futuro mejor en un marco democrático, más aún ahora que está empañado por una ola roja de gobiernos de izquierda. El Papa Francisco, amigo de los dictadores latinoamericanos, muy cercano a la nefasta Teología de la Liberación que pensábamos superada. Pero más y más las iglesias latinoamericanas buscan un rumbo diferente al propuesto por el Vaticano acompañadas por sus feligreses que quieren salir del pobrismo propuesto por el Papa y por su desprecio por la clase media y la meritocracia, que parece ser un pecado para Bergoglio. La Iglesia Católica Latinoamericana es hoy en día, quizás, todavía la última institución independiente con la que cuenta la mayoría de la población de nuestro continente. También porque Dios no ha muerto y Jesucristo no es fake news.