Las conclusiones del informe económico elaborado por la FAO
arroja gravísimas falencias, demostrando la corrupción imperante en el sector,
"desmanejos administrativos" y una elevada desinformación que imposibilita la
transparencia de los actos administrativos.
Adunando que la falta de políticas pesqueras no ha mejorado
en la ultima década, “todo desmanejo o violación del control de recursos
pesqueros, trae una caídas en el rendimiento de los recursos que dificultará
cada vez más la implementación de sistemas de control fehacientes", dice el
informe referido.
FAO dice que el impacto social analizado fue escenario de
gravísimos conflictos que no tuvieron su reflejo en los medios más importantes
del país. "El sector pesquero no es reflejado ante la opinión publica
nacional y el país parece no considerar la importancia de sus recursos pesqueros”,
manejados ante las fuerzas de libremercado (lobbystas) siendo este un recurso
natural al que se causa degradación e incluso la extinción de especies más
explotadas.
“En conclusión, sólo la aplicación de un sistema estricto y
severo de control podrá mantener los stocks de peces además de los beneficios
económicos a largo plazo. El valor de la sustentabilidad de los recursos para
las futuras generaciones no tiene, de hecho, precio alguno”.
Lo relevado muestra que la provisión de datos de capturas son
altamente deficientes. Al no cotejarse de manera inmediata y cierta en cada
declaración, mucha información de las bases de datos no es de acceso para el
publico, lo que indica falta de transparencia en los actos administrativos de
recursos del mar. Estos datos falsos conducen a investigaciones y análisis
deficientes.
Los análisis realizados sobre la estructura comercial de
las pesquerías no son comprensibles ni homogéneos entre fuentes. No hay estudios
del sector que incluyan conceptos ecológicos o económicos que puedan ser
avalados. Las actividades son llevadas a cabo sin un genuino conocimiento de la
potencialidad de los recursos donde las autoridades utilizan sistemas de
asignación rudimentarios y discrecionales tendiendo a maximizar capturas sin
control ni obligación de aplicarles un valor agregado en el país, exportando
materia prima en muchos casos en desmedro del desarrollo económico del sector.
Señora Presidente, este informe para las autoridades no
existió y se omitió de aplicar a sabiendas de que en el año 2000 el stock
reproductivo de merluza fue el mas bajo desde 1986. Cuando explico esto, lo hago
a sabiendas de que los funcionarios del Consejo federal Pesquero que
hicieron estos estragos, son los mismos prácticamente
que en la actualidad, y ello los hace responsables absolutos del desastre que
usted hoy heredó en el sector.
En el año 2005 se superó la captura máxima permisible de merluza
establecida por el Instituto de Investigación Pesquera (CMP) en 40.000
toneladas. Lo gravísimo es que esta captura se sostuvo con ejemplares juveniles,
el 93% de la captura se sostuvo con ejemplares de edades "2" y "3", “jóvenes
merluzas, adultas e inmaduras”.
En estas capturas no se tuvo en cuenta la clase
de edad "1" que disminuyó en un 69%, hecho que para los biólogos sólo se explica
por un importante descarte de ejemplares chicos (no comerciales) que fueron
arrojados al mar. Si tomamos en cuenta los avisos biológicos, la caída de la edad
"1" estaba clarísimo que el colapso ya llegaba. La masa reproductiva estaba en
baja y el informe científico se retardaba (año 2005) en seis meses sin saber qué
capturas podrían ser aceptables.
Aquí hay que hacer una mención de este informe "político-científico" pues se abandona el principio precautorio que “supuestamente” regía a
la biología pesquera argentina. Otto Wholer, científico a cargo de INIDEP,
informaba públicamente sobre el caladero y el alarmante estado del stock norte
(zona común Uruguay-Argentina) y, en función del riesgo en que se encuentra la
biomasa reproductiva —con grave deterioro, con niveles por debajo del límite
histórico—, recomendó a las autoridades pesqueras una captura máxima de 62.400
toneladas durante el año 2006.
La autoridad pesquera argentina respondió a este informe
científico mediante una resolución "política": la SAPYA 90/05, que establece la
captura máxima en 84.000 toneladas, 22.000 más que las recomendadas por el núcleo
científico pesquero competente.
La autoridad pesquera “rápidamente” fijó un escenario de
recuperación del caladero a 25 años, tema que no resiste análisis alguno con una
flota de buques congeladores que depredan la merluza día y noche.
Quiere decir esto que en conocimiento de todos estaba el
estado del caladero y nadie hizo nada por detener su "crack" biológico.
Oportunamente, al igual
que hoy, una resolución inconstitucional dejó a la Argentina sin futuro
pesquero.
Señora Presidente, aporto pruebas inapelables de mis dichos. Estos
funcionarios "delincuentes" son quienes administran en
contra de los intereses del país, otorgando recursos pesqueros públicos a manos
privadas impunemente, violando la ley que deberían aplicar. Enterraron el informe de la
UBA favoreciendo una flota
depredadora e ilegal (1).
Nuestros administradores pesqueros son de una calaña
comparable a los que pisotearan los Derechos Humanos, propulsando un verdadero
genocidio.
La aplicación de la RES 65/2007 condena a miles de
trabajadores al hambre y entrega a manos de grupos empresarios poderosos la
potestad del manejo discrecional de recursos que son patrimonio de todos los
argentinos, dado que quienes nos administran "permiten", además de lo expresado,
que la empresa Uruguaya GRINFIN pesque en Argentina y lleve el pescado a
elaborar a su país sin dar mano de obra a nuestro país.
Esto en sí mismo es otra violación más del CFP y de
autoridades pesqueras que vulneran el Art. Nº de la Ley 24.922.
Señora Presidente, yo pido juicio y castigo para los
delincuentes que destruyen la sustentabilidad y el trabajo de miles de
argentinos. Pido la devolución de todos los millones exportados ilegalmente por
las empresas beneficiadas por sus lobbystas que les hacen normas a medida
para que nos sigan depredando.
Pido a Dios, nuestro señor, que la ilumine y detenga este
nuevo avasallamiento a derechos humanos y de medio ambiente, amparados por la
constitución. Sepa que en casi todo el mundo, prácticamente ningún instrumento
moderno ignora estos derechos y principios. La cuestión, además, ha ganado en
cierta medida a la “opinión pública,” merced —lamentablemente— a
grandes desastres ecológicos,
La noción de “desarrollo sustentable” formulada
principalmente a partir de los informes del Club de Roma e incorporada a los
términos del Derecho Internacional en la Declaración de Río de Janeiro de 1992
en el seno de la "Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo" está contenida al manifestarse: “... para que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras.”
Le ratifico a usted mi pedido de audiencia para exponerle un
plan sustentable fehaciente permitiendo su desarrollo y eliminando la corrupción.
Insisto, cárcel y castigo para quienes destruyen la Nación.
Roberto Maturana
Oficial de Marina Mercante-Investigador
(1) http://www.uba.ar/extension/trabajos/derecho_auditoria.htm
Anexo:
Facultad de Derecho
Auditoria sobre permisos de pesca
Otras instituciones participantes
Consejo Federal Pesquero
Responsables del proyecto
Coordinador Académico: Dr. Osvaldo Siseles
Coordinador Jurídico: Dr. Gregorio Flax
Coordinador Técnico: Ing. Luis Cavalitto
Equipo: Dra. Mariana Álvarez, Dra. María Virginia Caferatta, Dr. Oscar Defelippe,
Dr. Claudio Hoistacher, Dr Héctor Ianantuonno, Dra. Paula Oliveto Lago.
Además colaboraron 2 pasantes, estudiantes de Derecho y de Ingeniería,
respectivamente.
Descripción
En el año 2000, el Consejo Federal Pesquero y la entonces Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura de la Nación, por medio de un
concurso de precios, contrataron a la Facultad de Derecho para revisar todos los
permisos de pesca preexistentes a la ley N° 24.922, y los que se hubiesen
otorgado con posterioridad a la vigencia de esta ley y elaborar un informe
individual de cada uno de ellos con excepción de los de Rada o Ría. Debido a la
relevancia del tema, la Auditoria tomó estado público en diversas ocasiones.
Objetivos, desarrollo y logros
Cada informe debía mostrar:
a)
Las características del otorgamiento de cada permiso de pesca, y su adecuación a
las normas vigentes.
b)
Las características de la autorización de cada transferencia de permiso de pesca
y su adecuación a las normas vigentes.
A fin de conocer adecuadamente el marco jurídico que reguló el otorgamiento de
los permisos de pesca sometidos a la revisión de esta Auditoria, se procedió a
la recopilación de los antecedentes normativos.
Efectuado el estudio pormenorizado del régimen aplicable a la actividad sujeta a
control, se elaboró una síntesis de la legislación que fuera presentada al
organismo contratante que incluye más de 50 normas jurídicas –leyes, decretos,
resoluciones y disposiciones–, lo que forma un verdadero Digesto Jurídico
temático.
Posteriormente se elaboraron matrices de trabajo acordes con los períodos
normativos. Paralelamente se designó a los interlocutores operativos de la
auditoria. Por parte del Consejo Federal Pesquero (en adelante CFP), el Jefe del
Departamento de Fiscalización de la Dirección Nacional de Pesca. En
representación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (en
adelante la Facultad), uno de los coordinadores jurídicos.
La determinación del período de análisis fue efectuado por el CFP. Este
organismo consideró la necesidad de revisar los permisos otorgados desde 1975 a
la fecha.
En la primera reunión entre los interlocutores operativos, el CFP proporcionó un
listado que incluía: número de matrícula actual; número de matrícula anterior;
nombre del buque pesquero (en adelante b/p); nombre del armador; medida de
eslora (L) obrante en los registros internos; capacidad de bodega expresada en
metros cúbicos; potencia del b/p expresada en HP; número de expediente; año de
inicio del expediente.
Con este listado como única información se solicitaron los expedientes sometidos
a control, en orden cronológico. Una vez recibidos por parte de la Facultad, en
primer lugar se verificó la última foliatura, su correlatividad y la
inexistencia de fojas faltantes.
A partir de allí se asignaron códigos internos de auditoria identificados con AU
seguido de un dígito, que se registraron en una base informática de datos.
Posteriormente los expedientes fueron derivados a cada uno de los b/p para que
el ingeniero naval o sus colaboradores integrantes del equipo de trabajo
pudieran corroborar los datos técnicos (eslora, puntal, capacidad de bodega,
potencia de máquinas, etc.).
Una vez individualizados los datos técnicos los expedientes fueron enviados al
Coordinador Jurídico para que los distribuyera y asignara entre los distintos
abogados.
Los abogados verificaron en cada uno de ellos: el régimen jurídico aplicable; la
legitimidad de la actuación administrativa; la legalidad de los actos
administrativos.
Esa información se volcaba en las matrices de trabajo elaboradas por el equipo
de trabajo de la facultad, a fin de visualizar la totalidad de la información
obrante en los expedientes y determinar así la existencia o inexistencia de
irregularidades.
A continuación cada uno de los profesionales procedió a elaborar un informe
individual de los permisos, transferencias, peticiones, recursos etc. de los b/p
que obraban en el expediente, que remitió al cuerpo técnico de Ingenieros, para
confirmar a través de un nuevo análisis la información vertida con anterioridad
en planillas y realizar distintas verificaciones técnicas (aumento de capacidad
de bodega, aumento del esfuerzo pesquero, etc.).
Registrada la totalidad de la información en los papeles de trabajo e informes
preliminares de los auditores, se dio pase a los coordinadores jurídicos quienes
verificaron la totalidad de la información y redactaban el informe individual
final de cada b/p, que se registraba en el programa informático elaborado a tal
efecto. Estos informes individuales se acompañaron también en 9 (nueve) tomos en
soporte papel.
Los informes contenían la siguiente información:
::
Identificación del/los número/s de expediente/s auditados (incluidos los que
corren por cuerda)
::
Número interno de auditoría
::
Tipo de permiso (definitivo, provisorio, restringido, irrestricto, revocado,
etc.)
::
Nombre del b/p.
::
Número de matrícula
::
Iniciador del expediente
::
Detalle de las actuaciones obrantes en el expediente
::
Irregularidades determinadas en cada uno
::
Observaciones técnicas que describen las diferencias advertidas en la
información consignada en los distintos instrumentos obrantes en el expediente,
con determinación del número de fojas respectivo
Debemos señalar que el equipo de trabajo de la Facultad de Derecho se vio
sometido a limitaciones o restricciones relativas a los expedientes y al acceso
a la base de datos de la Dirección Nacional de Pesca.
Los expedientes
En este ítem debemos hacer referencia a la falta de celeridad en el envío y la
no recepción de expedientes.
En términos generales, la facultad recibió los expedientes en tiempo y forma
sólo en los dos primeros meses de trabajo, cuando se analizaron los períodos
comprendidos entre los años 1975/1986 y 1986/1991.
A partir del tercer mes, cuando se procedió al análisis de los expedientes
correspondientes a los permisos y transferencias otorgadas entre 1991/2000, y
aquellos cuyo trámite se encontraba regido por la Ley N° 24.315 (B.O: 12/05/94),
que aprueba el “acuerdo sobre relaciones en materia de pesca marítima celebrado
con la Comunidad Económica Europea”, surgieron serias dificultades que
oportunamente fueron puestas en conocimiento del Consejo Federal Pesquero.
Asimismo, una gran cantidad de expedientes no fueron recibidos por lo que no se
pudieron auditar.
El acceso a la base de información
No fue posible acceder a la base de datos a fin de verificar la actividad o
inactividad de los b/p, las capturas efectuadas en los casos de transferencias,
etc. A pesar de que la facultad incorporó equipos informáticos de última
generación de acuerdo con las especificaciones del área de informática de la
Dirección Nacional de Pesca y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca,
Acuicultura y Alimentación, diversos problemas técnicos de la “red” impidieron
nuestro acceso.
Se auditaron más de 600 expedientes administrativos correspondientes al período
comprendido desde el año 1975 hasta el año 2000. En los expedientes examinados
tramitaron diversas peticiones de los administrados, tales como: permisos de
pesca; inscripción en los registros creados por el organismo para las personas
físicas o jurídicas que desarrollaran actividades con los recursos vivos del
agua; aprobación de proyectos pesqueros; transferencia de permisos de pesca;
cambio de titularidad de permisos de pesca; cumplimiento de diversas medidas
ordenadas por el Poder Judicial, etc.
Esta diversidad de trámites impuso al equipo de trabajo la necesidad de analizar
en forma paralela varios expedientes a fin de permitir reseñar la evolución
histórica de los permisos de pesca otorgados. La revisión de las actuaciones
administrativas precitadas se efectuó de forma tal que permitiera al equipo
interdisciplinario auditor determinar finalmente si fue preservada la
regularidad de cada trámite ejecutado por la Administración, como así también si
los intereses de aquella estuvieron, desde el punto de vista legal,
correctamente defendidos.
El examen pormenorizado efectuado indicó que, en muchos casos, la normativa que
ha regulado el trámite de las peticiones indicadas, tendiente a organizar y dar
publicidad y transparencia a la gestión, no resguardó debidamente el
desenvolvimiento organizado y conforme a derecho de la Administración. Tampoco
protegió la prosecución del interés general y el logro de la verdad objetiva.
Finalmente, se observó falta de control por parte de quienes tramitaron las
actuaciones administrativas auditadas, evidente en la falta de vigilancia sobre
los mecanismos implementados por la Administración y el incumplimiento de las
normas legales vigentes.
Del análisis de los expedientes y el estudio de los informes individuales
correspondientes a cada uno de ellos, así como del estudio de la interrelación
registrada entre distintos trámites referidos tanto a la incorporación de buques
en el marco de proyectos de pesca, como a la transferencia de los permisos, se
detectaron irregularidades de distinta gravedad, que requerían una continuidad
de las actividades a fin de corregirlas.
Si bien la Dirección de Pesca de la Nación solicitó a la Facultad de Derecho la
elaboración de un plan de trabajo para poner en práctica las correcciones
necesarias a las irregularidades detectadas, el equipo interdisciplinario de la
Facultad de Derecho no ha tenido la posibilidad de llevarlo a cabo.