Los últimos dos días de mayo, el Senado de la Nación salió del letargo que había mantenido a lo largo del año. En ese 30 y 31 de mayo de este año se conformaron numerosas comisiones y hasta dictaminaron proyectos importantes. La de Salud, dejó listos para mandar al recinto los proyectos de muerte perinatal y de pubertad precoz, muy esperados por las personas y organizaciones que tanto pugnaron por su aprobación y se entusiasmaron ante la media sanción en Diputados, pero se amargaron al ver inmovilizadas esas iniciativas en la Cámara alta.
Pero también pasó a la firma un proyecto reclamado por el ministro de Economía y precandidato oficialista para la presidencia, Sergio Massa: el monotributo tecnológico, que establece un régimen simplificado para pequeños contribuyentes tecnológicos y un régimen cambiario especial, a fin de permitir que esas personas que cobran sus servicios en moneda extranjera puedan liquidarlos en la Argentina y tributar aquí. Ese proyecto también fue aprobado en Diputados hace tiempo y dormía hasta entonces el sueño de los justos en el Senado. Ahí sigue.
La actividad principal de esos dos días fueron las dos audiencias realizadas en la Comisión de Acuerdos, por donde pasaron 47 jueces, fiscales y defensores, aspirantes a cubrir vacantes en diversos puntos de todo el país. Entre ellos, Ana María Figueroa, titular de la Cámara Federal de Casación Penal para la que el Poder Ejecutivo pidió ampliar por cinco años su magistratura, atento a que el 9 de agosto cumplirá 75. Una figura clave para la vicepresidenta de la Nación, pues ella debería decidir si Cristina Kirchner va o no a juicio por la causa Hotesur-Los Sauces.
Durante el interrogatorio al que fue sometida -y del que, hay que decirlo, salió bastante airosa-, el senador radical riojano Julio Martínez le comentó que el Senado estaba “paralizado”, pero que ese día y el anterior había vuelto a moverse. Y le preguntó si se daba cuenta de que había habido “mucha actividad gracias a usted, y el interés que tienen el oficialismo y Cristina Kirchner en que siga siendo jueza”.
Hábil declarante, Figueroa se manifestó orgullosa de ser en ese caso responsable de haber generado la vuelta a la actividad en esa cámara.
La realidad es que después de ese día el Senado volvió al letargo y durante el mes de junio solo se reunió una comisión tan solo para ratificar sus autoridades. Recién volvió la actividad esta última semana, donde tal cual había sucedido a fines de mayo volvieron a ser convocadas numerosas comisiones y hasta se convocó a una sesión especial para tratar cinco proyectos de ley… y los nombramientos judiciales pendientes. Entre ellos el de Ana María Figueroa. Otra puesta en escena para tratar lo que más le interesaba a la presidenta del Cuerpo.
El intento oficialista de sesionar fracasó, tal cual había sucedido el 30 de marzo pasado, cuando el FdT no consiguió quórum. Como el miércoles pasado, las autoridades del Senado habían incluido esa vez en el temario temas de especial repercusión pública, como la Ley Lucio y Alcohol Cero, propiciando también -y sobre todo- la presencia en los palcos de los abuelos de Lucio Dupuy y miembros de organizaciones interesadas en esas leyes, con la intención de dejar expuesta ante ellos a la oposición en caso de fracaso. El mismo modus operandi aplicaron el miércoles pasado, cuando invitaron a Johanna Piferrer -inspiradora de la Ley Johanna de muerte perinatal- junto a otras madres y organizaciones que promueven la aprobación del Programa Pubertad Precoz. A esas personas les pidió perdón la senadora Anabel Fernández Sagasti luego de que se cayera la sesión, aunque cabe recordar por ejemplo que el proyecto de ley de muerte perinatal cuenta con media sanción de la Cámara baja desde el 24 de noviembre del año pasado y nunca el oficialismo mostró premura por tratarlo.
Ya no hay chances de que el Congreso vuelva a sesionar sino hasta después de las PASO. En Diputados hay un pedido para reunirse el 23 de agosto para tratar la Ley de Alquileres, sobre la cual y ante la falta de acuerdos, lo más probable es que terminen derogándola. En la Cámara alta es imposible imaginar cuándo podrán ponerse de acuerdo para volver a abrir el recinto, pero lo único seguro es que la jueza Figueroa cumplirá 75 años sin haber conseguido la luz verde para seguir en el cargo y deberá iniciar los trámites para su jubilación. Tampoco pudieron avanzar por ahora las 75 designaciones judiciales incluidas en esa sesión fallida. Esa es una “victoria” que ya celebra la oposición y una muestra más del poder debilitado de la presidenta del Senado, que ya había debido recurrir a la teoría de la proscripción para justificar su ausencia en las listas, cuando la realidad concreta es que no tiene chances de ganar un balotaje.
Como su némesis Mauricio Macri, hoy en el exterior para evitar participar del tramo final de una campaña en la que prefiere evitar tener que decir a quién votará, aunque esté muy claro cuál es su deseo para el 13 de agosto. El expresidente se reserva el papel de consejero para el caso de que Juntos por el Cambio vuelva al poder, como imagina, aunque la verdad es que mucho no se han atendido sus recomendaciones por ejemplo en el cierre de listas.
Como sea, quien dejará de criticarlo es Horacio Rodríguez Larreta, atento a las encuestas donde se ha verificado que cada vez que el jefe de Gobierno descalifica a su mentor, él baja 3 puntos. El jefe de Gobierno paga en los últimos tiempos pasos en falso como el intento fallido de ampliar JxC con Schiaretti en vísperas de las elecciones cordobesas.
El, que desde los 8 años dice que va a ser presidente, se ilusiona con dar un campanazo este domingo, con Maxi Pullaro en Santa Fe. El tercer distrito más poblado del país es el único donde los precandidatos presidenciales de la principal oposición compiten con candidatos distintos. Respaldada por Patricia Bullrich, Carolina Losada derrotó en 2021 a Pullaro en la interna, siendo luego ella la ganadora de las legislativas santafesinas. Ahora compite con el mismo contrincante, que la aventaja en estructura partidaria; por eso dicen que las chances de la periodista crecen cuanta más gente vote. Las encuestas auguran un final cerrado, con ventaja para el varón tras una campaña electoral descarnada. Imposible que no queden heridos tras semejantes acusaciones cruzadas. Por eso, a pesar de que se descuenta que la sumatoria de JxC dará más alto este domingo, hay dudas respecto de lo que vaya a suceder en las generales del 10 de septiembre, y se ilusiona un peronismo que hasta ahora la daba por perdida.
Es lo que sucede con un oficialismo que se sabe complicado, pero dispuesto a dar batalla. Y a tomar ventaja de una interna sumamente competitiva como es la de Juntos por el Cambio, pero demasiado encarnizada. No solo a nivel de los precandidatos presidenciales. En la Ciudad hubo una muestra concreta, con la eyección de Franco Rinaldi del primer lugar de la lista de legisladores porteños de Jorge Macri. Martín Lousteau jugó fuerte a partir de que trascendieron los videos de un pasado no tan lejano en el que el fallido candidato hablaba sin filtros en las redes. El radicalismo no tuvo contemplaciones y pidió su exclusión; tras un primer embate en el que Jorge Macri aguantó las presiones, una nueva tanda de videos terminó con la resistencia del standupero, que dio un paso al costado. No conforme con eso, y revelando que el verdadero objetivo era erosionar a su rival para la Jefatura de Gobierno, Lousteau insistió en rayar a Macri. Pero tampoco se la llevó gratis, pues esa jugada le generó el efecto contrario con un contraataque de videos sobre el autor de la 125 que van desde su jura como ministro de Cristina -saludo con Néstor Kirchner incluido-, a declaraciones suyas reclamando por Santiago Maldonado…
La pregunta es cómo lograrán convivir las partes a partir del 14 de agosto tras semejante interna virulenta. Pero sobre todo, cómo harán para que los votantes de uno y otro confluyan en el mismo objetivo en las elecciones de octubre.
La campaña sucia está a la orden del día, y el oficialismo ha mostrado ya sus cartas. Lo de la IGJ interviniendo la fundación de Patricia Bullrich es un límite sorprendente que refiere peligrosamente a Venezuela. Dicen que la novedad -que fue instrumentada por el titular de Ricardo Nissen, el titular de la IGJ que hasta antes de asumir era apoderado de los hijos de Cristina Kirchner en Hotersur, y anunciada por el ministro de Justicia Martín Soria, cristinista de segunda generación que es además precandidato a diputado en estas elecciones- habría sorprendido al candidato oficialista. Y que no habría contado con su beneplácito, pues termina victimizando/favoreciendo a la precandidata del Pro. Igual, él tiene lo suyo en esta campaña. Decidido a asegurar el voto duro propio, Massa ha dejado claro que no transitará la avenida del medio en la campaña: arrancó con un video alertando a jubilados sobre un supuesto objetivo de JxC de liquidar el PAMI y siguió citando un incomprobable diálogo en el que gente del FMI alertaba supuestamente sobre pedidos opositores para hacer caer un acuerdo con el Fondo. En línea con lo que se sabe que sí hizo el peronismo a través de Domingo Cavallo con Raúl Alfonsín, o Alberto Fernández cuando Mauricio Macri yahabía perdido las PASO.