Una semana muy especial para Patricia Bullrich. Complicada, si se quiere. Etapa de definiciones, momentos en los que solo hay que evitar cometer errores. Sobre todo el que lidera las encuestas, y la candidata de La Fuerza del Cambio hace rato que se siente encabezando en la interna de JxC. Es lo que afirman en privado sus allegados, que en público moderan su optimismo.
La exministra de Seguridad se complicó hablando de economía. Justo el tema en el que ya venía diciéndose que estaba más floja, de ahí que se llegó a pensar en que llevara un economista como vice, para dar esa discusión cuando correspondiera. El elegido era Carlos Melconián.
Este último y Luciano Laspina son los economistas de cabecera de Bullrich, según confió la propia precandidata. De entre ellos -según admitió ella misma- surgirá su ministro de Economía, que a diferencia de casos anteriores, estará bien empoderado, tal cual ella aseguró. Si es la próxima presidenta, claro está.
El diputado santafesino viene hablando como ministro, lo que da que pensar que pica en ventaja en esa carrera. El mismo dice que se ha venido preparando para tal fin. Consultado sobre la salida del cepo, Laspina ha dicho que será “con rapidez, pero no ingenuamente”. “Si salís del cepo sin credibilidad, podés ir a una hiperinflación. Si salís con poca credibilidad, podés ir a un salto de la tasa de inflación”, ha explicado una y otra vez en los últimos días. Y agrega: “Si salís con mucha credibilidad, vas a tener una única corrección de los precios y la inflación va a bajar”. Eso sí: “la salida es inexorable”, garantizó.
Igual, admite Laspina que su jefa quiere que la salida sea lo más inmediata posible. Y en su visita a La Rural, el lunes pasado, ella aseguró directamente que la salida del cepo sería el primer día. A la noche, por La Nación+ morigeró sus expectativas, pero se fue literalmente al pasto cuando habló de solicitar la asistencia del FMI para eliminar las restricciones cambiarias, y sugirió que con eso podría “blindar” la economía argentina. Un grueso error, porque la referencia remite al famoso “blindaje” de Fernando de la Rúa, quien anunció haber alcanzado tal acuerdo con el Fondo a poco de haber asumido, en aquel discurso en el que dijo aquello de “qué lindo es dar buenas noticias”. Ese blindaje fracasó.
Se la dejó picando a Larreta, que no anduvo con delicadezas y le tiró con toda la artillería. El precandidato que dice no hablar de sus rivales -pero lo hace de manera persistente- se preguntó si el eventual gobierno de Patricia Bullrich arrancaría su gestión pidiendo otro préstamo. Y disparó: “El blindaje fue algo que hizo De la Rúay no lo vamos a repetir”. Bullrich, que formó parte de ese gobierno y se lo recuerda el kirchnerismo cada vez que puede, acusó el impacto y optó por callar, a sabiendas de que avivar esa discusión solo le significaría desgaste. Pero desde su espacio el diputado Fernando Iglesias lanzó un desafortunado tuit: “De la Rúa terminó mal, pero peor le fue a Favaloro”, lanzó. Una venenosa dedicatoria hacia Larreta que hasta ahora estaba limitada al kirchnerismo. Al rato borró su mensaje y pidió disculpas, pero el daño ya estaba hecho.
Otro error grueso como el de María Eugenia Talerico, precandidata a senadora del bullrichismo por la provincia de Buenos Aires, que reaccionó de la peor manera cuando Rodrigo de Loredo anunció el viernes que apoyaba a Larreta; una decisión previsible, habida cuenta de que su principal referente es Martín Lousteau.La exvicepresidenta de la UIF lanzó una descalificación que solo complica más y más la unidad del espacio y entusiasma al kirchnerismo: “Es bueno que se muestren ‘los consensos’ de Evolución Radical – El Larretismo – El Massa Kirchnerismo. No salimos más”, dijo, sin calibrar que esta es una interna que deberá ser dejada de lado la misma noche de las PASO. No todo es blanco y negro (o todo o nada, como dice PB en sus spots), y hay cosas que hay que dejar pasar para no trasladar la grieta hacia el propio espacio.
Los dirigentes podrán dejar de lado sus diferencias más temprano que tarde, pasada la contienda; la duda -y debería ser la mayor preocupación de las partes- radica en si votantes tan azuzados durante todo este tiempo podrán resetear sus chips en los 70 días que median entre elección y elección.
La gente de Horacio Rodríguez Larreta insiste en la paridad de los sondeos, aunque admite cierta desventaja. Que de todas formas pone en veremos. El larretismo considera que las encuestas conocidas están nutridas de los sectores más extremos; que hay un porcentaje importante de los más silenciosos que omiten responder, de ahí que las que se difunden tengan un sesgo determinado y adverso.
Unos y otros, todos en general, reconocen que los sondeos han dejado de tener credibilidad; son tan solo registros para no andar a oscuras, pero con precisión muy dudosa. Las últimas encuestas no han hecho más que abonar esos pensamientos. Por eso el panorama está totalmente abierto.
En Santa Fe, se auguraba una paridad extrema que la realidad disipó totalmente. En Córdoba fallaron en las dos elecciones principales. En la provincial, porque le daban al ganador una ventaja considerable que terminó esfumándose el domingo electoral; y en la capital, cuando mostraban a Rodrigo de Loredo al frente por amplio margen. Dos boca de urna, el domingo pasado, diferían dándole el mismo porcentaje de diferencia a uno y otro. “Los hice venir al pedo”, se disculpó De Loredo desde el mismo escenario ante los precandidatos presidenciales de su espacio, cuando todavía no había datos oficiales, pero la oposición ya aceptaba la derrota.
Este domingo habrá otra elección provincial. La última antes de las PASO. Juntos por el Cambio venía embalado y se ilusionaba con ganar todo en el rush final, pero no pudo ser, por el traspié en la capital cordobesa. Se verá este domingo en Chubut, donde el joven senador del Pro Ignacio “Nacho” Torres es favorito. Ya ganó en 2021 y ahora es apoyado por Larreta y Bullrich. Está previsto que ambos viajen este domingo. ¿Se dará la foto de unidad en el festejo, como no sucedió el domingo anterior en Córdoba? Ahí hubo foto igual, pero con caras demasiado largas que le restaron por completo cualquier efecto positivo.
Las encuestas lo dan a Torres primero por 3 puntos; se esperaba que fueran más, pero una lista libertaria, a priori, se llevaría 15 puntos clave. A propósito, la encuesta de Trespuntozero tiene a Unión por la Patria primero en las preferencias, con 31,4%. El dato saliente está en que Patricia Bullrich tendría 16,6 puntos y Larreta 11,2, lo que suma 27,8% para JxC. Javier Milei da la nota colándose entre ambos sectores, con 21 puntos.
¿Se reavivará en la elección el esquema de tres tercios que había perdido efecto los últimos tiempos? Los principales contendientes y los propios encuestadores vienen relativizando el efecto Milei en las últimas semanas. Sin embargo sigue latente, con mayor o menor fuerza. Alentado sobre todo por el oficialismo, en un juego que apuesta a ganador, pero que en la práctica puede jugarle muy en contra.
Mauricio Macri comprobó en carne propia lo difícil que es gobernar en minoría en ambas cámaras. Con alianzas y acuerdos con los gobernadores peronistas que le salían bastante caros, sorteó los dos primeros años con eficacia, pero los siguientes, cuando los problemas se desmadraron, fueron un suplicio. Y lo está experimentando este gobierno, con una Cámara de Diputados donde con 118 diputados está lejos de tener quórum propio (129) y sin aliados para conseguir casi nada. El Senado, en tanto, está paralizado desde que se le fueron 4 senadores al interbloque que preside José Mayans. En la Cámara baja debe renovar nada menos que 68 diputados, producto del gran triunfo de 2019, y un esquema de tres tercios lo dejaría debajo del centenar. Si los libertarios no hacen tan buena elección, tampoco mejorará mucho el panorama para el actual oficialismo. La mala noticia para el futuro bloque UP es que siempre estará por debajo del número actual, e inexorablemente sin sectores con los que acordar, si sigue siendo gobierno.
Distinto es con Juntos por el Cambio, que renueva 55 diputados, número que tampoco alcanzará aun ganando, pero con posibilidades ciertas de avanzar en acuerdos con los diputados que vayan a ingresar de la mano de Milei, al menos para las leyes que más puedan interesarle.
Sergio Massa tiene demasiados problemas como para preocuparse por ese futuro legislativo. Va paso a paso y esta semana consiguió ponerle el moño al dificultoso acuerdo con el FMI, que le garantizará llegar con cierto aire al menos hasta las primarias. La inflación es un tema irresuelto que se agravará en lo inmediato con la devaluación que implican las medidas anunciadas la última semana como la aplicación del impuesto PAIS para la compra de dólares para importaciones. Igual, el índice de julio se conocerá después del 13 de agosto.
A su vez, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (un compendio de estimaciones que hacen bancos y consultores sobre la inflación futura, el valor del dólar y el nivel de actividad), a partir de agosto se dará a conocer después de la publicación del Indice de Precios al Consumidor. A mediados de mes, o sea también después de las PASO.