El multibillonario George Soros a sus 92 años sigue con su obsesión de dominación de los medios de comunicación aún independientes en el mundo, poniendo así una mordaza totalitaria a la libertad de expresión, y lo hace a través de sus incontables fundaciones y participando directamente o solapadamente en gran parte de los más importantes órganos de prensa internacionales. Por eso canaliza unos 25 mil millones de dólares de su capital a sus fundaciones para que se encarguen de controlar los medios de prensa y a los periodistas involucrados, lo que es simplemente obsceno para llamarlo de alguna forma.

En el último discurso importante que pronunciara en la ciudad de Munich, el 6 de febrero de este año, con motivo de la Conferencia de Seguridad Mundial, se lo vio balbuceante y con una voz temblorosa y casi de ultratumba, pero no dejó de demostrar que su ideología mundialista, globalista sigue vigente más que nunca. Confesaba que a sus casi 93 años no dejaba de considerarse un referente ideológico, financiero y de política global. Es la Agenda Soros, que incluye para dominar el mundo temas como el cambio climático, las minorías raciales y sexuales, el aborto, la reducción de la población mundial, la guerra contra la familia tradicional, eliminación de las fronteras y de las naciones, guerra contra las visiones religiosas judeo cristianas de las democracias occidentales . Todo esto con una fuerte dosis de marxismo cultural, un engendro que le permite estar a ambos lados del mostrador, para mejor dominar la escena política mundial.

Tiene toda la razón el multimillonario Elon Musk, el nuevo dueño de Twitter que cambió el rumbo de esa plataforma para hacerla más plural, más democrática, al afirmar que Soros “odia la humanidad”. Lo compara, burlándose de él, con Magneto, el villano de los personajes de la serie de comics X-men que aspira a que sus seguidores, mutantes , dominen la humanidad, erosionando el tejido mismo de la civilización occidental.

Donde más nefasta es la influencia internacional de Soros es en el marco del dominio y manipulación de los medios de comunicación del mundo. La compra por altas sumas de dinero de renombrados presentadores de noticias y la creación de jugosas becas para la formación de futuros jóvenes de prensa que sigan sus totalitarios delirios globalistas están en la orden del día de sus proyectos. Un estudio de MRC Business, que forma parte del Centro de Investigaciones de Medios, descubrió que tan sólo en los EE.UU. 30 de los mayores conglomerados de información reciben ayudas directas de Soros y publican artículos de su autoría. Y otro tanto sucede con importantes órganos de prensa europeos. Joseph Vasquez y Dan Schneider, autores del informe, afirman que el multibillonario ha obtenido excelentes resultados con sus manipulaciones en los órganos de prensa mundiales. De acuerdo a sus investigaciones la Open Society Foundation, la fundación más importante de Soros, financia los estudios de cientos de futuros periodistas pagándoles becas que oscilan entre los 63.OOO y 85.OOO dólares garantizándose así una influencia importante en los órganos de prensa mundiales. Los analistas Joseph Vasquez y Dan Schneider agregan al informe una lista bastante completa y detallada de los nombres de los órganos de prensa y los periodistas que están al servicio de esta infame degradación de la libertad de prensa.

Las manipulaciones de Soros son a menudo cofinanciadas por el propio gobierno norteamericano o por parte de la Unión Europea que por ejemplo acaba de aprobar una financiación de 3 millones de Euros para un proyecto de la Open Society Foundation titulado “Ciudadanos, Igualdad, Derechos y Valores” que en esencia está destinado a promover principios anticristianos, mundialistas, totalitarios, que afectarán a toda la sociedad europea.

Todas estas preocupantes revelaciones se encuentran avaladas en un fascinante libro publicado hace aproximadamente dos años del escritor y analista político conservador Matt Palumbo bajo el título “The Man Behind the Curtain – Inside the Secret Network of George Soros.”

Es increíble ver la alfombra roja que le ponen en los EE.UU. a sus frecuentes visitas a la Casa Blanca y a los diferentes ministerios claves del gobierno de Biden; lo mismo en Europa. En la Comunidad Europea, en cuyo parlamento gracias a la compra de diputados Soros cuenta ya con 226 de los 751 asientos existentes, según denuncian diputados independientes. Es evidente así su gran influencia política en las decisiones del parlamente sin que nadie lo haya votado; una vergüenza para la democracia en Europa.

Si pensamos, si tenemos la esperanza que toda esta pesadilla que significa para nuestras sociedades democráticas desaparecerá con la muerte del anciano maligno, nos equivocamos. Hace unas semanas nos enteramos que George Soros acaba de nombrar como su sucesor y único heredero de su imperio a su hijo menor Alex Soros, de tan sólo 37 años, que hereda así sorpresivamente un imperio valorado hoy en día en millones y millones de dólares. Alex es hijo del segundo matrimonio de su padre y su nombramiento fue una sorpresa. Ya en sus primeras declaraciones enfatizó que el será mucho más político que su padre, y si su padre fue azote de la derecha y centro derecha él lo será aún más, declaró recientemente. Destruir definitivamente a Donald Trump, sea como sea, acentuar las posiciones extremas del globalismo y de la agenda Lgtb y priorizar su influencia en Latinoamérica serán sus metas inmediatas, como ya lo ha explicado. Hasta el momento se lo conocía como un frívolo fiestero, un playboy de la izquierda caviar norteamericana, con acceso a los más importantes políticos progresistas del círculo de Obama.

Ya desde hace unos meses entra y sale de la Casa Blanca en forma regular. Evidentemente ha dado un giro radical a su vida y se prepara para gobernar al imperio que ha heredado con mano de hierro. Muy malas noticias para la democracia norteamericana, europea y para nosotros en Latinoamérica.

¿1984 en el 2023? Esto es lo que nos espera si no desenmascaramos y combatimos esta pesadilla que son George Soros y su hijo Alex . En su famosa distopia literaria George Orwell construye una metáfora de la perdida de la libertad y la muerte de la cultura occidental, consecuencia de una elite internacional que deja al individuo en una nada existencial. Ese es el mundo que busca férreamente George Soros, que se considera a sí mismo como un Mesías, como un deús ex machina, en medio de maltrechas democracias que no saben defenderse y que ahora parecen estar heridas a muerte. Bien lo dijo Martin Luther King, tan actual en nuestros días: “No me preocupan los violentos, los miserables sin escrúpulos y los que carecen de ética, me preocupa el silencio de las personas buenas”.