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A qué juegan los candidatos ante una sensación de partido definido

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Las PASO confirmaron una vez más la poca fiabilidad que en este tiempo merecen las encuestas. Así y todo, siguen marcando el ritmo de los candidatos. El que al final no sacó más del 30% ya piensa que ganará en primera vuelta; la segunda debe convencer a los propios de que aún hay chances y el tercero juega a liderar aun perdiendo.
Las PASO confirmaron una vez más la poca fiabilidad que en este tiempo merecen las encuestas. Así y todo, siguen marcando el ritmo de los candidatos. El que al final no sacó más del 30% ya piensa que ganará en primera vuelta; la segunda debe convencer a los propios de que aún hay chances y el tercero juega a liderar aun perdiendo.

La Constitución nacional establece que la elección del presidente se hará a través de una elección general que se gana en primera vuelta si el más votado sobrepasa el 45% u obtiene más de 40 puntos, con 10 de ventaja sobre el segundo. Si eso no sucede, se define en segunda vuelta o balotaje, que consagra de manera directa a quien obtenga allí más votos. Pero previo a esas dos instancias están las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que no figuran en la Carta Magna, sino que fueron impuestas a través de una ley que se le ocurrió impulsar a Néstor Kirchner luego de perder la elección que él encabezó como candidato a diputado nacional ante el bisoño Francisco de Narváez.

 

Las PASO han pasado a ser una suerte de incómoda “primera vuelta”. Una gigantesca encuesta real que permite proyectar el resultado final, más allá de que lo que en agosto sucede no sea exactamente lo que termina aconteciendo en las elecciones generales.

Como sea, puede decirse sin riesgo de exagerar que las de octubre son una suerte de “segunda vuelta”. La novedad que han introducido estas elecciones tan parejas de 2023 es una especie de “segunda elección” entre las PASO y las generales de octubre que no figura ni en la Constitución, ni en las leyes, ni tiene lugar en las urnas: es la que se ha instalado en la opinión pública.

Sin necesidad de escrutinio, eso que bien podríamos denominar “sensación térmica” anticipa como ganador a Javier Milei, al punto tal de encumbrarlo ya en un holgado primer lugar para octubre, abriendo incluso la posibilidad de un triunfo en primera vuelta. Pero como eso no es seguro, se da por sentado que el balotaje será entre el candidato libertario y Sergio Massa, sacando virtualmente de carrera a quien en realidad salió segunda en agosto.

¿De dónde surgen los datos que anticipan semejante desenlace? ¿De las encuestas que se han revelado tan poco confiables? Es seguro que al menos estas hipótesis no se relacionan con el sentido común. Porque a priori siempre se especuló con que el mayor riesgo de conservar todos los votos obtenidos por el espacio lo tendría la única alianza que disputaría una interna competitiva. Así las cosas, siempre se advirtió sobre el riesgo que implicaba que una eventual derrota de Patricia Bullrich llevara a sus votantes a refugiarse en Milei en octubre. Por el contrario, se consideraba más probable que a la presidenta del Pro le resultaría mucho más sencillo retener al votante de Larreta, más refractario al líder libertario.

Ya hay encuestas que dan a Bullrich no pudiendo retener la totalidad de los votos de Juntos por el Cambio, lo que resulta curioso. ¿Por qué un votante del moderado jefe de Gobierno porteño se refugiaría ahora en una postura tan extrema como la de Milei? ¿Realmente podrían mudarse a los brazos de Massa? Siempre se supo de la afinidad entre Rodríguez Larreta y el tigrense, mas resulta cuando menos improbable una proximidad ideológica entre ese voto y el kirchnerista…

Desde el gobierno se hace trascender que tienen datos que dan muy encumbrado a Javier Milei, a expensas de una Patricia Bullrich en un lejano tercer lugar. ¿Será que el propio voto de la exministra de Seguridad es el que migra hacia el líder libertario? ¿Qué tan confiables pueden ser encuestas que ni siquiera anticiparon los tres tercios tan definidos que confirmaron las primarias?

Las PASO de 2019 revelaron un resultado impactante, por la holgura del triunfo del Frente de Todos: 16 puntos a favor de la fórmula de los Fernández. 47,79% contra 31,80 de Juntos por el Cambio. Ahora bien, en las elecciones venideras, Alberto y Cristina sumaron apenas medio punto más (48,24%), mientras que Macri-Pichetto subieron casi 10 (40,28%). Derrota al fin, pero tan maquillada que dejó sabor a una epopeya que todavía hoy se reivindica.

Resulta curioso que la sensación extendida a partir del resultado de las PASO 2023 sea tan contundente, siendo que apenas 2,77 puntos separaron a los tres principales candidatos. O menos, si se tiene en cuenta que el escrutinio definitivo ubicó finalmente a Javier Milei por debajo de los 30 puntos, con 29,86; JxC 28% y Unión por la Patria 27,28%. Los tres separados por apenas 2,58 puntos. Casi un empate técnico…

En 2011, la fórmula Cristina-Boudou obtuvo 48,98% en las PASO, y llegó al emblemático 54,11% en octubre. Semejante escalada fue atribuida a la gran diferencia a favor del Frente para la Victoria -una oposición dividida mostró a Ricardo Alfonsín Eduardo Duhalde segundo (11,65%) y tercero (11,57%), respectivamente-, que hizo llegar a las elecciones generales con la sensación de “partido definido” y en consecuencia un relajamiento total en los controles. No es por ejemplo lo que se espera para estas elecciones de octubre, cuando desde el oficialismo se admite que esta vez no será como en agosto, cuando le cuidaron las boletas a Milei.

Pese a eso, el candidato de LLA se quejó diciendo que le robaron supuestamente unos 5 puntos el 13 de agosto, lo que llevó el viernes al presidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Vía a reprenderlo: “Preocupa que un candidato afirme que le han ‘robado boletas’, cuando no se han radicado denuncias en la Justicia Electoral”, expresó.

La instalación de un escenario con Milei y Massa ubicados en ese orden es un denominador común entre ambos candidatos. El libertario, porque sabe que puede crecer a partir de los que no votaron el 13 de agosto, más los desencantados de JxC, razón por la cual es notoriamente más áspero con ese espacio que con el oficialismo. El ministro de Economía, en tanto, porque siempre fue su objetivo llegar al balotaje. Sino ganar, al menos tener una decorosa actuación en la segunda vuelta que le permita proclamarse “jefe de la oposición”. Es como piensa autopercibirse Massa a partir del 10 de diciembre, si las cosas se dan como imagina. Porque a la luz de los hechos, su optimismo visceral no llega a tanto como para imaginar que pueda remontar el plano empinado que representa una economía con inflación de tres dígitos.

Massa “firma” un segundo lugar en las elecciones de octubre, con entre 30 y 35 puntos; y si bien sueña con dar el batacazo en el balotaje si su rival es -como imagina- Milei, se asignará el papel de líder de la oposición, así pierda allí por diez puntos. Dirá en ese caso que sumó un 45% a pesar de las circunstancias adversas que debió timonear; con eso le alcanzaría para armar una épica como la de Macri en 2019, cuando registró la remontada de la que hablamos al principio.

Cristina Kirchner también imagina una victoria de Javier Milei; no faltan quienes sugieren que incluso la alienta. Por algo se ha excluido definitivamente de la campaña, igual que su hijo. Semejante resultado le serviría para cumplir varios objetivos a la vez: 1) Massa no quedaría bien parado, pues el peronismo no reconoce liderazgos en la derrota; 2) si Kicillof retiene la provincia, él debería ser el verdadero líder de la oposición; 3) un tercer lugar rompería Juntos por el Cambio, piensa la vicepresidenta; e incluso un segundo puesto, si gana Milei y el macrismo duro resuelve ayudarlo; 4) sin la menor estructura, con minorías extremas en ambas cámaras, le sería muy difícil gobernar y el fracaso del liberalismo revalorizaría al kirchnerismo, piensa su líder. Por último: un desenlace semejante precipitaría los acontecimientos, como ya no pocos actores se han encargado de anticipar.

En este contexto Massa justificó esta semana su doble rol de candidato presidencial y hombre fuerte del gobierno, al lanzar un paquete de medidas que incomodó al FMI por la magnitud del gasto que implica. No todas las medidas fueron bendecidas por el candidato; se sabe que la suma fija obedeció a un deseo impuesto por los Kirchner, madre e hijo. Desde hace tiempo insistían con una medida semejante, a contramano de la CGT, que prefiere priorizar las paritarias. Pasa que la suma fija beneficia especialmente al electorado propio, piensan quienes la impulsaron, y reditúa para el gobierno, no para los sindicatos. Lo que no esperaba el ministro de Economía era que tantos gobernadores lo desautorizaran. Incluso muchos propios. Para ellos es suma cero: deben hacer el esfuerzo para pagar y el crédito es para el gobierno nacional.

La noticia de la semana para JxC fue el revulsivo que representa la presentación de Carlos Melconian como eventual ministro de Economía si gana la que hoy es la principal oposición. El economista es un hábil declarante en una materia que hoy representa la mayor demanda de la sociedad: la economía. El extitular del Banco Nación sale al ruedo para desenmascarar la imposibilidad de llevar adelante una dolarización, al tiempo que buscarán mostrar que son el verdadero cambio posible.

Cuentan con el plus de tener dos voces potentes en los dos temas que figuran al tope de los reclamos de la ciudadanía: economía y seguridad.

El tema es que los primeros que deben convencerse de ello son los propios dirigentes de Juntos por el Cambio, algunos de los cuales quedaron tan impactados por el resultado de las PASO que se autoperciben manteniéndose en la oposición para el próximo período.

 
 

8 comentarios Dejá tu comentario

  1. massa dijo voy a ser el presidente que termine con la inflacion y defender el salario de la gente .¿que esta haciendo como ministro de economia para terminar con la inflacion y defender el salario ?. Tambien dijo voy a terminar con el kirchnerismo y la campora ahora es parte de la banda

  2. Las elecciones mas amañadas de la historia.Un partido,el que gobierna,les cuida los votos e inflo,segun confeso un militante del PJ, a un competidor en lugares donde no tiene ni candidatos ni fiscales.Nunca de vio.Sencillamente, porque es el nuevo envase donde se se refugia el kirschsnerismo. Ayer,Pagni citaba el caso de una funcionaria de la provincia de Bs As oficialista,que va en segundo lugar de la lista de Milei en Mar del Plata.Y no es el unico caso.Que lo explique ,si puede.

  3. Completo:la funcionaria(Sabat de apellido) del gobierno de Kiciloff, trabajaba(acaba de renunciar)en el ministerio de transporte de la provincia .No es el unico caso. Hay otro funcionario(de apellido Luayza) del area de equipamiento escolar que hizo exactamente lo mismo.Y debe haber varios casos mas.Las listas de Milei ¿,invadidas por miembros del PJ.?Sinceramente,no se da cuenta de lo que esta pasando el que no quiere.

  4. luis: Solo faltaría que cuando veamos a Milei cantar "la marchita", diga "Si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie". ¡Ja,ja! Slds.

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