Está cercana la aparición de
un libro, ya concluido y con muchas páginas, titulado “La Nurserie
Sindical”, una verdadera tomografía realizada a 200 dirigentes
sindicales, que entre muchas otras cosas dejará expuestas las formas en que los
mismos alcanzaron un meteórico crecimiento en materia financiera.
Dicho de manera más clara:
cómo se llenaron los bolsillos en un relativo corto tiempo estos capitostes del
gremialismo argentino, sin que se les mueva un cabello ni importarles que los
llamen “la mafia sindical”.
Se estima que no bien se
conozca esta obra —destructora para la imagen ya suficientemente venida abajo de
los involucrados, entre quienes se encuentran obviamente la flor y nata de los
“gordos” y sus principales acólitos— se habrá de generar una tremenda
conmoción no sólo a nivel gremial, sino también en las esferas políticas,
económicas y de opinión.
El libro, cuyo autor
responde al curioso nombre de “Alejandro Ivetoy” —apellido que dado
vuelta se traduce en un irónico “Yoteví”— reflejará además todo el cúmulo
de traiciones, ajustes de cuentas, componendas e infidencias que prolijamente, a
lo largo de varios años, fueron llevadas a cabo por esta bien llamada “mafia
sindical”.
Esta detonante exposición de todos los “trapos al
sol” de semejante número de dirigentes gremiales, casi todos eternizados en sus
cargos, verá la luz en marzo próximo en todos los kioscos del país. Es probable
que ello se deba a la negativa de las librerías de contar en sus stocks con
semejante brasa caliente, quizás por un desarrollado instinto de conservación,
de “defensa propia” o debido a “sugerencias” emanadas de niveles gremiales en el
sentido de no aceptar nada que pueda afectar su “buen nombre y honor”.
Habrá que esperar ahora si, tras conocerse esta
novedad que aquí exponemos, no hará de las suyas el sindicato gráfico para que
tampoco los kioscos acepten este detonante libro. Que de todas maneras
aparecerá.
Y que, según algunas fuentes cercanas al oficialismo,
estaría digitado por el propio ex presidente Néstor Kirchner en el marco
de su denodada tarea por hacerse con la jefatura del Partido Justicialista.
Quizás recordando el viejo dicho: “Dividir para
reinar”...
Carlos Machado