El ministro de economía Sergio Massa realizó un anuncio de campaña a favor de su candidatura presidencial que quiero analizar junto a vos.
“En los próximos 45 días se juega el futuro de la Argentina… o volvemos al 2015 o caminamos hacia adelante, yo estoy comprometido, me voy a romper el alma no solo la voz, voy a dejar hasta mi última gota de sangre y transpiración para darle a los trabajadores argentinos un país en el que valga la pena vivir”.
Que Massa use los recursos y la autoridad del estado en su propia campaña presidencial es un acto inmoral. Inmoral e hipócrita, porque estos impresentables que se llenan la boca de igualdad de oportunidades, no dudan un instante en usar el dinero de tus impuestos y el poder del estado para tomar ventaja sobre los otros candidatos.
“Hemos tomado la decisión de, por decreto, impulsar desde el 1 de octubre un mínimo no imponible de $1.770.000. En la Argentina solo van a quedar 80.000 gerentes, jubilados de privilegio o beneficiarios de altos ingresos pagando el Impuesto a las Ganancias”.
Acá tenemos varios puntos para analizar.
La economía del estado sigue una regla que es la misma que aplicás en tu casa. No debés gastar más de lo que ganás, si lo hacés te fundís. Si vas a renunciar a un trabajo y vas a ganar menos dinero, tenés que bajar tus gastos. Lo mismo sucede en el estado, si cobrás menos impuestos tenés que bajar los gastos.
Si querés mantener tu ritmo de vida con menos plata vas a tener que vender algunas cosas o pedir prestado. El estado argentino, no tiene qué vender y ya nadie le presta plata; la única opción que le queda es imprimir dinero e imprimir dinero genera inflación.
La inflación es el impuesto más perverso que puede existir, ataca a todos pero afecta sobre todo a los más pobres, a aquellos que no tienen posibilidades financieras para defenderse.
Según las estimaciones publicadas por Telam, con esta medida unos 800.000 trabajadores dejarán de pagar ganancias mientras que unos 80.000 la seguirán pagando. Hagamos un pequeño ejercicio matemático: hoy en argentina hay unos 13.000.000 de trabajadores, de estos 13.000.000 unos 880.000 pagaban ganancias porque ganaban más de $700.875, por lo tanto,esta medida no les va a mejorar sus ingresos a 12.120.000 trabajadores; o sea, este anuncio no le mejora el sueldo al 95% de los trabajadores argentinos.
Incluso no solo no beneficia a esos 12.000.000 de trabajadores, sino que los perjudica, porque como dije con antes, bajar los impuestos sin bajar el gasto público genera más inflación; o sea, estos 12.000.000 de trabajadores a los que no les retienen ganancias van a ganar la misma cantidad de pesos, pesos devaluados que les va a alcanzar para mucho menos.
El nuevo piso de ganancias anunciado por Massa es de $1.770.000, unos 2.500 dólares y lo pagarán unos 80.000 trabajadores. Es muy triste pensar que en Argentina apenas el 0,6% de los trabajadores ganan lo mismo que gana un lavacopas en Estados Unidos. ¿Te das cuenta?, el 99,4% de los argentinos no somos pobres, somos indigentes.
Otra idiotez demagógica que dijo Massa fue la siguiente: "Argentina le cobra un impuesto a los bienes que se importan de otros países, o sea, le estamos poniendo un impuesto al trabajo extranjero". Massa no te cuenta que el importador toma este tan nacionalista impuesto al trabajo extranjero y lo suma al precio final del producto, o sea, ese impuesto al trabajo extranjero lo terminás pagando vos.
Finalmente, dos declaraciones para reflexionar acerca de lo que es el salario y la ganancia. Dijo el ministro: "para mí, el salario no es ganancia, el salario es remuneración, es el pago por el trabajo y esfuerzo que hace cada trabajador a lo largo del día, de su semana, del mes…”. Parece ser que para Massa el empresario, a diferencia del operario, no trabaja ni se esfuerza a lo largo del día, de la semana o del mes para alcanzar su “remuneración”, sin contar que pone en riesgo su capital de trabajo, cosa que no hace el operario. Este es un tema muy extenso como para tratarlo ahora; solo voy a decir que no hay diferencia conceptual entre la remuneración que recibe un operario por un trabajo o un empresario por un producto, ambos pretenden ganar dinero.
“Tenemos que terminar con esta locura de que un trabajador no quiera hacer horas extras para no perderla en el impuesto". Este apartado reafirma lo que expresé en el párrafo anterior. Ese trabajador que no quiere hacer horas extras porque pierde dinero por los impuestos, es el equivalente al comerciante que no quiere crecer y dejar de ser monotributista para convertirse en responsable inscripto, porque pierde lo que gana en impuestos. Esta sentencia de Massa es el mejor ejemplo que puede existir para demostrar que la remuneración del operario y del empresario son conceptualmente lo mismo.
El ministro de economía, presidente de hecho y candidato a presidente Sergio Massa nos recuerda a Pirro, rey de Epiro quien luego de triunfar en una sangrienta batalla contra los romanos en la que perdió gran parte de su ejército dijo: “otra victoria como esta, y tendré que regresar a Epiro solo”. Massa está sacrificando a todos los argentinos en pos de su victoria pírrica.