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Anticipo de libro: "Operación Crystal, el expediente secreto sobre el triple crimen"

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Por Diego Ferrón y Agustín Ceruse.
Por Diego Ferrón y Agustín Ceruse.

A Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina los engañaron, secuestraron y ejecutaron el 7 de agosto de 2008.

 

Antes de matarlos, a Forza lo obligaron a tomar cocaína y a Bina le cortaron una oreja.

Entonces, sí, los ejecutaron uno por uno.

Ocho tiros contra Forza.

Cuatro contra Ferrón.

Cuatro contra Bina.

Los tres murieron en el acto.

Los asesinos guardaron los cadáveres en un lugar frío para conservarlos en buen estado. Aunque el rastro de las víctimas se perdió en Quilmes, recién el 13 de agosto descartaron los cuerpos en un zanjón de General Rodríguez.

Un tribunal condenó en el 2012 a los hermanos Martín Lanatta y Cristian Lanatta y los hermanos Víctor Schillaci y Marcelo Schillaci a prisión perpetua, pero no como autores materiales sino como partícipes necesarios.

Pero nunca se supo quiénes apretaron el gatillo, por qué plantaron los cadáveres en General Rodríguez si los secuestraron en Quilmes, quién era “la Morsa” y quien dio la orden de matar a Forza, Ferrón y Bina. Quién fue el autor intelectual del triple crimen que sacudió a la Argentina.

Se habló de la “mafia de los medicamentos”, de las mesas de dinero y el financiamiento de la campaña del 2007. Pero el triple crimen dejó al descubierto la “ruta de la efedrina”. Fueron 40 toneladas de efedrina entre 2004 y 2008 que la Sedronar, la Aduana, la SIDE y otras agencias del Gobierno dejaron entrar desde India y China y que los cárteles mexicanos instalados en Buenos Aires y asociados a intermediarios argentinos enviaron a México sin mayores problemas.

A quince años del triple crimen, la Justicia tiene tres hipótesis sobre el autor intelectual: la sospecha de que Ibar Esteban Pérez Corradi los mandó a matar para quedarse con el negocio de la efedrina; la pista de los mexicanos Juan Jesús Martínez Espinoza y Rodrigo Pozas Iturbe enojados por el juego a dos puntas de las víctimas; y el hilo invisible de los servicios de inteligencia locales y extranjeros, como la DEA de los Estados Unidos.

Pérez Corradi fue el primer gran sospechoso. Estuvo preso entre octubre de 2008 y octubre de 2011 por otro caso de narcotráfico trasnacional. En ese período nunca fue indagado por el triple crimen. Como estaba imputado en la “mafia de los medicamentos”, la Argentina no lo pudo extraditar a Estados Unidos. Tras tres años en prisión preventiva, fue excarcelado. Recién en marzo del 2012, el fiscal ordenó la detención internacional, pero se escondió en la triple frontera. Cayó en junio de 2016. De vuelta en el país, declaró como “arrepentido”.

Recibió tres condenas: por tráfico de 13 toneladas de efedrina para cárteles mexicanos, por contrabando de 50 kilos más como si fuera pólvora y por lavado de activos.

Cuando recuperó la libertad en el 2021, Estados Unidos desistió de la extradición.

Después de todo este camino recorrido, la jueza federal María Servini llegó a la conclusión de que Pérez Corradi no era “el dueño” del negocio de la efedrina y que las víctimas no pretendían “cagárselo”. Desde entonces se encuentra con falta de mérito.

La magistrada, a cargo del caso desde 2016, reconstruyó los últimos días de las víctimas. Así comprobó que Bina llevaba un año trabajando para Pozas Iturbe.

En la semana previa al triple crimen, Forza, Ferrón y Bina buscaban convertirse en proveedores de Martínez Espinoza y al mismo tiempo del jefe de Bina. De ahí nació la teoría de que el “doble juego” con los mexicanos pudo ser el disparador.

Martínez Espinoza fue sentenciado a 14 años de prisión por fabricar crystal -la metanfetamina hecha a base de efedrina- en la quinta de Ingeniero Maschwitz. Cuando cumplió la mitad de la pena, recibió el beneficio de extrañamiento para extranjeros y en 2016 regresó libre a su país.

Pozas Iturbe fue condenado por el tráfico de cocaína a través de “mulas” y por el contrabando de 1496 kilos de efedrina hacia México y Guatemala con Bina y los amigos.

Estos narcotraficantes mexicanos fueron investigados por jueces, fiscales y tribunales. Ni ellos ni Servini hallaron pruebas que los relacionaran con los Lanatta y los Schillaci, condenados como partícipes necesarios.

Los asesinatos de Forza, Ferrón y Bina perjudicaron a Pérez Corradi, Martínez Espinoza, Pozas Iturbe y tantos otros: el Gobierno prohibió la importación de efedrina.

En Operación Crystal, los autores del libro exponen las tres teorías y llegan a una conclusión en forma de interrogante: ¿A quién le sirvió el triple crimen? La respuesta podría conducir al cerebro de esta historia, que combina narcotráfico, política y espionaje.

Algo es seguro: el triple crimen de General Rodríguez cortó para siempre la “ruta de la efedrina” desde la Argentina hacia México y Estados Unidos.

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. A leer éste Libro que debe ser muy interesante y me imagino a quién le sirvió este horroroso crimen. Si va para el lado de la Política y el narcotráfico ..........tiene nombre y Apellido.

  2. ya lo han dicho los chilenos de la banda que roba camionetas Nissan para mandarlas a Paraguay....."ARGENTINA ESTA FACIL".....los KK son particularmente generosos con los delincuentes, ¿¿¿¿porque no vendrian a trabajar a nuestra patria?????

  3. De la 3 hipótesis que cita Diego Ferron LA ÚNICA que tiene sustento es la de la DEA con ayuda de services locales, las otras 2 no tienen el mínimo de gollete. Veamos, el mal llamado "triple crimen de Gral. Rodríguez"(no se sabe todavía donde los mataron, y obvio tampoco ni por quienes ni porque) NO FUE UN SIMPLE CRIMEN MÚLTIPLE sino un retorcido "operativo"("de inteligencia" por lo sofisticado y eficaz de su hechura), que duró casi una semana y se desarrolló en un amplio espacio geográfico, el oeste y sur del conurbano y la Capital y que contó con el plantamiento de elaboradas pistas falsas que confundieron a los "investigadores"(o estos hicieron finta de confundirse) por años, entre las que estuvieron los perejilazos hnos. Lanata y Schillacci para cargarles el fardo y cerrar con sus condenas truchas el caso(como ocurrió). Otro aspecto clave y que ha sido soslayado por periodistas y opinadores varios es que el perejil Pérez Corradi, al que el "fiscal" encubridor Bidone de Mercedes(destituido y procesado luego por canchullos con el falso abogado D'Alessio) le pretendió endilgar en 2012 la autoría intelectual(otro disparate mayúsculo), era un buchón de la DEA desde por lo menos 2005(antes del triple crimen) cuando un juez yanki le imputó contrabando de oxicodona y pidió su captura internacional, la cual era trucha y sólo para darle cobertura de buchón, porque el quía se movió por el mundo sin problemas hasta que en 2016 lo trajeron los PRO para joderlo a los K(en lo que no tuvieron suerte), en 2021 los yankis terminaron con esa farsa y le levantaron esa imputación, también el "aparato" Forza, que a cada santo le debía una vela para "protegerse" se había convertido en un buchón de la DEA y/o SIDE, y su "culata".era el ex-SIDE JC Pose un subordinado de Jaimito Stiuso. La clave del artículo está en la frase: "...Los asesinatos de Forza, Ferrón y Bina perjudicaron a Pérez Corradi, Martínez Espinoza, Pozas Iturbe y tantos otros: el Gobierno prohibió la importación de efedrina...", con eso sólo se caen sin remedio las hipótesis de la participación de los "narcos" mexicanos Espinoza y López Iturbe, aunque luego aparecieran algunos vínculos de Bina con éste, además ni cerca estos podrían haber tenido los recursos para semejante "operativo" y el poder para ser encubiertos durante ¡15 años!. LOS ÚNICOS BENEFICIADOS FUERON LOS YANKIS, que merced a la buscada espectacularidad del "operativo" lograron cortar de cuajo el triangulado de efedrina iniciado en 2006 cuando lograron hacer prohibir ésta en México y los narcos y no narcos de ahí empezaron a venir en tropel a comprarla acá donde no era claramente ilegal ese triangulado, y a pesar de sus reclamos al "bigotónn" Fernández(el interlocutor de gobierno K con los yankis) de que hicieran algo para pararlo, éste se hacía el dolobu, pero con los yankis no jode y tienen con qué, les metieron el "operativo triple crimen" y ni un gramo más de efedrina fue triangulado. Que apareciera en el "operativo" Quilmes, y el bolazo de "la morza" y que los perejilazos elegidos para cargarles el fardo fueran de Quilmes(aunque no lo conocían al bigotón), fue un vuelto de los yankis para el "bigotón", Gral. Rodríguez fue incluido porque había funcionarios de ese municipios implicados en el triangulado de marras. La participación de la DEA surge clara además de una investigación del periodista Cristián Alarcón, publicada en el diario de efímera vida de Lanata, “Crítica de la Argentina” en setiembre de 2008, que fue recogida por el analista internacional y periodista Víctor Ego Ducrot en un artículo publicado en el portal “Rebelión”, ver: “Más sobre el largo brazo de la DEA - Embajada de EE.UU. implicada en el triple crimen”, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=72515 . Esta hipótesis(LA ÚNICA que se sostiene a esta altura) la vengo difundiendo urbi et orbis desde hace años, pero en este país enfermo todos se hacen los dolobus cuando los yankis están metidos, como ocurre con los bombazos indiscriminados en Baires en 1992 y 1994 desde hace más de 31 años y desde hace más de 8 con el SUICIDIO del CORRUPTO GATERO Nisman.

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