Dicen que “la mentira tiene patas cortas” y nunca mejor aplicada esta frase popular que a esta investigación periodística sobre los “falsos pastores” que hoy en día han hecho de la fe, de la necesidad y de la ingenuidad un excelente negocio para sí mismos.
Charlatanes existen de sobra en el mundo, ambiciosos e inescrupulosos personajes han llenado la historia de la humanidad de páginas tristes. Agitan en sus discursos el miedo a Dios como elemento de presión sobre la culpa y la ignorancia de quienes buscan la verdad en cualquier sujeto dispuesto a “prestarles la oreja”, pero obviamente no los impulsa la vocación santa, sino el vivir bien a costa del dolor y la necesidad ajena.
Ejemplos abundan y esporádicamente los medios dan cuenta de algún vivillo que se enriquece con solo explotar las miserias humanas.
Lamentablemente, como en muchos otros rubros, en nuestra sociedad, obtener el reconocimiento estatal para fundar una iglesia cristiana, y ser reconocido como “pastor” es mucho más sencillo de lo que uno cree, basta con cumplir unos mínimos trámites, con acercarse a alguien que ya posea firma registrada y se puede sacar “chapa” de ministro de Dios.
En la presente investigación periodística iremos describiendo y analizando, punto por punto, cómo para algunos "revolver" las miserias y ensayar actuaciones es un buen negocio, cómo esa misma gente se vale de la influencia sobre sus fieles y cómo nadie se hace cargo de los fraudes religiosos de estos intrépidos improvisados.
Walter Di Nucci, Sandra Oliva y los primeros pasos
En el partido de Berazategui, habita uno de los mejores ejemplos de lo que es un “charlatán religioso”, allí un “personaje” muy conocido en el lugar ha pasado por todos los oficios y profesiones existentes a efectos de no trabajar, Walter Nicolás Di Nucci (1), quien siempre vivió una vida sin necesidades, proveniente de una acomodada familia de ese partido, vinculada al negocio inmobiliario y que supo hacer excelentes negocios y relaciones como para formar parte de la “crema” local, más adelante retomaremos este interesante punto.
A diferencia de sus hermanos, Walter Di Nucci eligió para su vida ser policía, no por vocación como él intenta hacerles creer a todos en sus elocuentes discursos —que sólo pueden creer quienes no lo conocen—, sino que la policía de la que él formó parte se ganó el histórico mote de “maldita policía”. Varios de los entrevistados que compartieron con él su mismo destino lo recuerdan como un tipo soberbio, afecto a las motos, a la diversión y a todos los "vicios" posibles, su carrera terminó de la peor forma, exonerado de la fuerza por graves violaciones a la reglamentación policial y sin que a la fecha pudiera demostrar su inocencia en las imputaciones que contra él se hicieron.
Obviamente, Di Nucci se encarga de presentarse como un policía honesto que fue echado por investigar a corruptos, pero la realidad es que ninguna de sus acusaciones tuvo una investigación judicial que las respalde.
Tampoco ha desmentido las graves acusaciones que el Semanario Verdad e Investigación le ha endilgado en más de una oportunidad al publicar sobre su expulsión de la policía vinculado a las drogas.
Ya fuera de la policía aún hoy suele asegurar a quien lo escuche que él sigue vinculado al Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y que incluso percibe un dinero como miembro de Inteligencia, algo que oficialmente nadie reconoce.
Así, fue probando de todo, tuvo una parrilla, un kiosco, un gimnasio en su domicilio y una ONG, hasta que finalmente en la prensa encontró una buena veta para explotar. Todo esto paralelamente a sus ambiciones políticas, en las cuales nunca ganó nada, pero sí —en cada campaña— pudo recaudar algunos pesos, obviamente él asegura que siempre perdió plata, pero muchos de los que en él creyeron vieron irse sus ahorros en promesas que jamás cumplió.
Siempre ha demostrado ser un improvisado con más "parla" que conocimientos y en esto fue bien acompañado por su esposa, Sandra Oliva.
Por ejemplo, cuando tuvo el gimnasio, los instructores eran él y su esposa, obviamente ninguno de los dos tenía conocimiento alguno para ello, pero él se excusaba asegurando haber sido un experto en artes marciales, y muchos deben ignorar que para ser instructor se deben rendir exámenes y tener el respaldo de la escuela en la que uno practica, en el caso de su esposa, nadie supo informar qué formación poseía esta sobre deporte alguno, pero el fracaso del emprendimiento terminó con el gimnasio familiar.
Con el emprendimiento periodístico las cosas fueron distintas, fundó así una publicación que con el tiempo se transformó en un semanario: pronto los vecinos de Berazategui conocerían el Semanario El Profeta, una publicación que creció gracias al trabajo ajeno y a las dudosas suscripciones policiales.
El medio le permitió a Walter un cargo jerárquico que jamás hubiera obtenido por su capacidad, ahora era "Director Propietario" de un medio que, sin contenidos propios —ni serios— circulaba principalmente en los municipios y las dependencias oficiales, siendo su fuerte las comisarías provinciales.
Su paso por la policía le permitió hacer algunas “amistades” y en otras ocasiones ser el “guardián” de ciertos secretos de varios jefes con los que trabajó; o bien tuvo información “comprometedora” que bien valía una suscripción mensual para no ser pública.
Lamentablemente —aunque uno crea que esto es un hecho aislado— muchos medios zonales subsisten de las suscripciones de las personalidades influyentes del lugar, publicidad oficial de los municipios, de concejales, de ex políticos, etc.
La manipulación de la información y la presión no es algo privativo de los grandes medios: con unos pocos pesos, muchos mantienen medios que al igual que Walter Di Nucci, incumplen todas las leyes laborales y éticas.
Instalados en el conurbano, la mano de obra es barata, las irregularidades laborales rara vez son denunciadas y, por si fuera poco, muchos suelen irse de un medio a otro creyendo que si denuncian por fraude laboral a alguno de sus empleadores no volverán a ser contratados, ya que la mayoría están en lo mismo.
Y el matrimonio encontró la luz
Alentados por la facilidad con la que se podía generar ingresos, hacer relaciones y aparecer gratuitamente en un medio Walter fue por más, comenzó a relacionarse con pastores locales, vio como la gente seguía obedientemente a estos líderes religiosos, pero también vio un excelente negocio en puerta. Las iglesias, vale aclarar, suelen formarse como entidades de bien público y esto les permite estar exentos de muchas obligaciones, ya que no deben rendir cuentas al fisco por sus ofrendas. Para un fracasado político, por otro lado, reunir gente diariamente dispuesta a escucharlo y hasta dejar lo poco que tienen, era una tentación irresistible.
Buscó jóvenes cristianos, a los que les brindó un discurso a su medida, ya que la mejor habilidad de Walter es adaptar el discurso al interlocutor de turno. Así pronto nació el semanario cristiano Hermanos en Cristo, una publicación en principio independiente del semanario El profeta que intentaba captar a las iglesias como nuevos suscriptores. El saber que las iglesias manejaban buenos caudales de dinero, lo hizo creer que podría suscribir a los pastores igual que a los comisarios, la diferencia radicaba que aquí no tenía puntos donde presionar y pronto la publicación dejó de editarse, hasta que la incorporó al semanario El Profeta, al que le agregó pliegos, pero esto tampoco dio los resultados esperados y pronto se achicó el semanario y la publicación pasó a ser una mezcla insana de religión, publicidad, y algunas noticias, eso sí, su rostro y su nombre inundaban las páginas, la tapa, la contratapa y todo espacio disponible, ya no sólo era el Director Propietario del Semanario El Profeta, ahora era el Director Propietario de Hermanos en Cristo, La Guia Vip, Hechos Policiales, Iglesias de Jesús, Ejército de Dios, Hoteles del Mundo, Agencias de Viajes, Perros Pit Bull, Ángeles De Satanás, Inmobiliarias Vip; y todas las guías comerciales de Berazategui, Avellaneda, Solano, Quilmes, Florencio Varela, Lanús, Lomas, FM El Profeta y toda página que en su criterio nada cristiano, pueda reportarle dinero.
Los fraudes laborales
Walter y Sandra siempre gustaron de vivir bien, y qué mejor forma de hacerlo que a costa del trabajo ajeno.
Así como muchos se vieron afectados por sus tropelías en torno a la política y el abuso desde su multimedios. El enganche siempre es el mismo: publicar avisos solicitando vendedores, periodistas, cobradores, diseñadores, etc, obviamente apuntando a lo que él conoce, solicita policías retirados o exonerados y también cristianos.
El discurso también es siempre el mismo: promete trabajo seguro, aumentos paulatinos y "blanquear" al empleado de turno. Para alabarles el ego a los novatos, Di Nucci suele comenzar poniéndolos como "directores" de alguna sección, eso sí, jamás paga a nadie siquiera el sueldo mínimo que fija el convenio de prensa.
Pasado el tiempo, la realidad es que nunca cumplió con sus pagos en fecha, la excusa siempre es que la culpa es de los vendedores, de los cobradores o del Estado (la gobernación) que no le paga la publicidad, o bien la mutual que no le depositó los cheques.
Cuando alguno de los empleados se pone "molesto" para su gusto, viene el inevitable despido, obviamente sin abonar lo adeudado y sin indemnización. Todo esto posible gracias a la falta de controles estatales y a la complicidad de las asociaciones y sindicatos de prensa. De hecho, Di Nucci estuvo afiliado a ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) durante un tiempo, hasta que dejó de pagar la cuota —ya no figura entre los miembros de la asociación—, pero nunca nadie se acercó para constatar de qué manera funcionaban sus medios.
Las mentiras del pastor y la ¿pastora?
Ya en año 2005 Di Nucci y su mujer se decían fieles creyentes y practicantes del evangelio, aún así, sus mentiras no cesaban, sino que, por el contrario, mentían incluso a los propios “hermanos” que depositaban en ellos su confianza.
A mediados de marzo del 2005, en la redacción del Semanario El Profeta, la redacción estaba en teoría a cargo de Aurora Nidia Torterola, en el staff del medio se podía leer "Dirección Periodística Nidia Torterola". La joven en cuestión cumplía como muchos en el lugar varias funciones por las que obviamente no se le pagaba ni el sueldo de un cadete. Debía ocuparse de los contenidos y además de la diagramación del medio en papel.
El padre de la joven había fallecido el día 31 de diciembre del 2004 y ya para marzo su situación económica era agobiante, por lo que sus reclamos de pago comenzaron a molestar a Sandra y Walter, quienes más allá de cumplir con sus obligaciones económicas —dejemos de lado que estaba trabajando en negro— empezaron a realizar acciones humillantes para con esta con el objetivo de que se cansara y se fuera sola del medio, los pagos eran ridículos y muchas veces esta debía ir hasta la casa de ellos y esperar en la puerta hasta la hora en que ellos llegaran de dar “vueltas” para pagarle algo de lo que le correspondía. La relación laboral terminaría en abril y aquí comienzan las andanzas del “pastor”.
Ante la firme posición de la ex empleada de cobrar lo que se le debía les advirtió que haría una demanda laboral, la respuesta del pastor y su esposa fue cerrar la puerta de la oficina y aprovechando que ya no había nadie allí amenazarla con una frase bien mafiosa “vos pensá que ahora estás sola, y si te pasa algo nadie te va a reclamar”. No conforme y apelando a sus tretas aprendidas en la policía, concurrió a la comisaría local a denunciar el robo por parte de la joven de su agenda y de estar realizando llamados a sus contactos para difamarlo. Una actitud maliciosa y que no tiene nada que ver con Dios o con un hombre converso como él dice ser.
Contrariándose el mismo, como suele hacer, incluso llegando al ridículo, mintió al recibir los telegramas de la demandante, a quien dijo no conocer, no haber tenido relación laboral alguna y desconocer todo lo reclamado.
Hoy ese reclamo lleva el Nº 18.106 caratulada Torterola Aurora Nidia c/ Semanario El Profeta y Otro s/Despido ante los tribunales de Quilmes.
Al ser entrevistada, la joven nos comentó cómo fue difícil salir adelante para ella, sufrió llamados a su domicilio, seguimientos y hasta acoso por parte de desconocidos, pero tal vez lo más doloroso fue saber que Walter buscó como aliado a su propio hermano, conociendo este que la relación familiar no era buena, lo convenció de ir a acompañarlo a visitar al pastor de la iglesia a la que concurre Nidia para que este intercediera y le pidiera a ella que desista de su demanda laboral, además le aconsejo al hermano que le reclame la casa donde había vivido su padre.
Con este primer caso documentado cerramos la primera parte de la investigación, pero surgen muchas preguntas sin respuesta que trataremos de ir desarrollando a lo largo de las entregas sobre este “personaje” que amparado por sus superiores parece poder hacer lo que quiera, eso sí siempre y cuando él no deje de abonar el diezmo.
Es dable mencionar, antes de terminar, que hoy hace exactamente un mes que espero una respuesta oficial por parte de los dirigentes de la Iglesia Mensaje de Salvación, ya que ni su presidente el Pastor Pablo Gomelsky, ni su superior internacional Omar Bravo, ni el Presbítero Samuel Teixido han brindado una respuesta oficial respecto de la denuncia, en el caso del último, ha sido quizás el único que ha respondido los mail y ha prometido tratar el tema, pero no ha existido un pronunciamiento concreto al respecto. Es de esperar que antes de concluir las entregas tengamos alguna novedad. Lo mismo respecto de ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina).
Marcelo Ricardo Hawrylciw
(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/articulo.asp?Articulo=1492