En primer lugar, debemos aclarar que “La educación pública” es toda, que se divide en estatal y privada, pero pública es toda porque es, precisamente, para el público. Hecha la aclaración, ya que mayoritariamente nos referimos -especialmente los medios de comunicación- como pública tanto a la educación como al sistema de salud estatal, vayamos al tema en cuestión.
Creo, en lo personal, que existen tres razones fundamentales por las que las universidades estatales deberían ser aranceladas. Para que se entiendan mejor estas tres razones, utilizaremos algunos ejemplos.
1- Todos sabemos que las universidades se financian a través de los impuestos que todos pagamos. Y en este sentido no hay discriminación. Ya sea usted de clase baja, media o alta, indefectiblemente pagará, de una manera u otra, varios impuestos. El ejemplo más claro es que cada gasto que usted hace en alimentos, paga un 21% de IVA, y esto afecta más a los pobres que a las personas de posiciones acomodadas, debido a que el porcentaje de sus ingresos destinado a alimentos es relativamente mayor al de una persona de ingresos altos.
Por ejemplo, un pibe que limpia vidrios en una esquina, cuando compra un sánguche de milanesa está pagando impuestos.
Ahora bien… ¿es justo que parte de lo que le sacan en impuestos a una persona de clase baja o media baja sea destinada a financiar una carrera de alguien que ralmente pueda pagarla? De esta manera, un albañil, un plomero, un carpintero o un playero de una estación de servicio le financia la educación al hijo de un empresario, un productor agropecuario o un emprendedor que posea una PyME. Realmente es algo injusto.
2- Como señalamos en el punto uno, todos aportamos para financiar carreras universitarias. Pero fíjese usted que la misma persona que se graduó de abogado, contador, ingeniero, arquitecto, dentista o lo que sea, ni bien recibido, comienza a facturar.
O sea, si usted va necesitar los servicios de un abogado o un contador que se recibió en una universidad financiada por sus impuestos, le va a cobrar lo que corresponda. Otra vez, es algo injusto.
3- El tercer punto es el peor y más contundente, y nos referimos a los extranjeros que vienen a hacer una carrera gratuita a nuestro país. En este caso un pibe que limpia vidrios en una esquina, un albañil, un plomero, un carpintero, un playero de una estación de servicio, un empresario, un productor agropecuario o un emprendedor que posea una PyME, financia con sus impuestos a un extranjero que al recibirse comienza a facturar en su propio país gracias a nuestro sistema gratuito.
¿Conoce usted a muchos argentinos que hayan ido a estudiar al exterior porque la carrera que desea seguir es gratuita? Yo, realmente no conozco a ninguno. Ni si quiera en Cuba, paraíso de progresistas, los extranjeros cursan gratuitamente en sus universidades (Continuará).